Los estudios sobre microbiota intestinal -también conocida como flora intestinal- han escalado en los últimos años. El interior de los intestinos está lleno de bacterias beneficiosas necesarias para retener algunas vitaminas. Por eso los especialistas ponen cada vez más énfasis en la relación que hay entre microbiota, salud mental y salud general del cuerpo.
La flora intestinal debe pensarse como un órgano que se adquiere a lo largo de toda la vida: “Desde el momento en el cual el bebé toma la primera leche de su mamá, a lo largo de su vida cuando se va exponiendo a distintos alimentos líquidos, semisólidos y sólidos y hasta la edad adulta, se empieza a formar y desarrollar la flora y microbioma propios de la persona", explica la hepatóloga y gastroenteróloga Claudia Gadea.
Un ser humano sin flora o microbiota no tiene un sistema inmunitario óptimo, dado que su principal función es prevenir enfermedades, y no está protegido contra infecciones o agentes externos.
Cómo cuidar la microbiota intestinal para prevenir enfermedades
Hay factores como los antibióticos, el estrés, las enfermedades, el sedentarismo, la deficiencia de vitaminas y la dieta, que pueden perjudicar la microbiota intestinal. Para cuidarla, es importante mantener una dieta equilibrada y rica en alimentos que contengan pre y pro bióticos. Estos se encuentran en frutas, verduras, yogures y alimentos fortificados.
Por el contrario, los alimentos que contengan altos niveles de grasas saturadas o azúcares perjudicarán el equilibrio de los organismos intestinales. Del mismo modo ocurrirá con los alimentos ultraprocesados que no tienen suficientes minerales y vitaminas o que no cuenten con una buena proporción de fibras.
Microbiota intestinal y salud mental
La evidencia científica demuestra que la microbiota intestinal tiene incidencia directa en la salud mental y en el desarrollo e intensidad de enfermedades como ansiedad, depresión y hasta trastornos obsesivos o alimentarios. Las personas con trastorno obsesivo compulsivo, por ejemplo, tienen una menor cantidad de GABA y serotonina. Estos son producidos por bacterias intestinales y, según el portal "Plandsalud", modular la microbiota con probióticos mejora el trastorno.
Por otra parte, un grupo de científicos irlandeses considera que hay "psicobióticos", una especie de probióticos que tienen efectos positivos sobre el cerebro. En este sentido, Bifidobacterium Infantis aumenta los niveles de triptófano y, por tanto, la producción de serotonina. Lactobacillus Rhamnosus incrementa la expresión de GABA y recude los niveles de cortisol inducido por estrés o ansiedad. Bifidobacterium Longun alivia el estrés y disminuye la depresión.