Cómo y a quiénes impacta la iluminación artificial o la luz azul en la salud visual

Cómo y a quiénes impacta la iluminación artificial o la luz azul en la salud visual

Pasamos la mayor parte de nuestro día bajo estas luces sin prestar atención a si nos hacen daño o no.

ALERTA. Si te frotás con frecuencia los ojos, consultá con tu oftalmólogo. ALERTA. Si te frotás con frecuencia los ojos, consultá con tu oftalmólogo.
05 Enero 2024

Desde las luces en el hogar y en el trabajo hasta las pantallas de los dispositivos electrónicos, estamos constantemente expuestos a fuentes de luz artificial, lo que podría estar afectando nuestra salud visual. El grupo de investigadores y científicos de Novar, empresa de lentes oftalmológicos, exploró el impacto de la iluminación artificial en la salud visual y compartieron consejos para protegernos:

Ajustar la configuración de pantalla: reducir la intensidad de la luz azul y el brillo.

Tomar descansos regulares: cada 20 minutos mirar algo a la distancia durante 20 segundos.

Iluminarse adecuadamente: tanto en el trabajo como en áreas de descanso.

Parpadear conscientemente: hacerlo regularmente mientras trabajás frente a una pantalla para mantener los ojos lubricados.

• Usar lentes protectoras: por ejemplo, con filtro de luz azul si se pasa mucho tiempo ante pantallas.

Consultar a un profesional: si se experimentan molestias visuales persistentes, ir al oculista.

Qué nos pasa

Las consecuencias de la luz artificial en la salud visual son:

Fatiga visual digital: también se conoce como síndrome de fatiga visual por computadora. Ocurre cuando se pasan largas horas frente a pantallas, que pueden causar tensión ocular, visión borrosa y sequedad ocular. Para mitigar esto, es esencial tomar descansos regulares y reducir la intensidad de la luz azul.

Iluminación inadecuada en interiores: trabajar o leer en condiciones de luz insuficiente puede forzar la vista y dificultar la lectura o el enfoque. Una iluminación muy brillante puede causar fatiga visual. Para una salud visual óptima, es esencial tener una iluminación adecuada en función de la tarea que se realice. La iluminación dirigida y ajustable es clave para crear un entorno visualmente cómodo.

Luz azul de las pantallas: puede dañar nuestros ojos a largo plazo y contribuir a problemas oculares, como la degeneración macular relacionada con la edad.

Calidad del sueño: la exposición a la luz artificial durante la noche, especialmente la luz azul de las pantallas, puede alterar el ritmo circadiano y dificultar conciliar el sueño, con un impacto negativo en el descanso y en la salud.

Los más afectados

Hay grupos que pueden ser más susceptibles a la exposición a la luz artificial. Por ejemplo:

Trabajadores de oficina y estudiantes: pasan largas horas frente a computadoras y dispositivos.

Personas con trastornos visuales preexistentes: síndrome del ojo seco, astigmatismo o miopía.

Personas con trastornos neurológicos como la migraña: pueden agravarse por la luz intensa o el parpadeo de las luces.

Aquellos con enfermedades degenerativas oculares: la degeneración macular y la enfermedad de Stargardt vuelven vulnerables a las personas al deslumbramiento.

Niños y adolescentes: pasan más tiempo frente a pantallas en comparación con generaciones anteriores, lo que los expone a niveles más altos de luz azul.

Personas mayores: con los años la capacidad de nuestros ojos para evitar el daño de la luz azul disminuye. Se experimenta más deslumbramiento y fatiga visual cuando se está expuesto a fuentes de iluminación artificial intensa.

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