Por Fabio Ladetto
04 Enero 2024
PERSONAJES ENTRAÑABLES. La joven Asha y Estrella, una bola de energía pura, deberán luchar contra Magnífico.
Llegaron las ansiadas vacaciones, y qué hacer con los pequeños de la casa se torna frecuentemente en un desafío. En ese contexto, un lanzamiento de Disney siempre es una opción ideal para la salida familiar a los cines (en paralelo, también llega “¡Patos”, para el mismo público).
Y cuando ese estreno es una animación musical con personajes seductores, un entorno mágico, un argumento donde las emociones y los sentimientos se vuelcan en la pantalla, y el sólido mecanismo de producción y difusión del centenario estudio, hacer cola para comprar la entrada en una sala tucumana puede ser prioritario.
Así llega “Wish: el poder de los deseos”, con la cual se apuesta a revertir los magros resultados obtenidos con la decepcionante “Un mundo extraño”, en la producción número 62 de la famosa factoría (con tono autocelebratorio por sus 100 años). La jugada es arriesgada, pero parece dar resultado con un retorno a algunos elementos clásicos que caracterizaron sus filmes en la pantalla, a saber:
- la historia se desarrolla en el reino de Rosas, instalado en una isla frente a la costa sur de la Península Ibérica, en la cual se hacen realidad los deseos de sus habitantes cuando se los piden a las estrellas. Por su ubicación, confluyen culturas europeas y del norte africano
- históricamente, el argumento se sitúa en algún momento del pasado, con elementos propios de la Edad Media, diseñados con el asesoramiento de antropólogos y expertos
- Asha es la heroína, una jovn empoderada acorde a los tiempos actuales; tiene 17 años, es idealista e ingeniosa, está comprometida con su familia y con su comunidad para que pase lo mejor, y es la encargada de dar la bienvenida a la isla a quienes llegan a ella. En ella confluyen las dos culturas (europea y africana), en un sinfín de detalles de su vestuario, peinado y adornos. “Está llena de energía. Es un miembro entusiasta de la sociedad en la que se crió y la muestra con orgullo”, la describió el director Chris Buck.
- el antagonista es el rey Magnífico, un auténtico villano de Disney que se vincula con personajes icónicos como Maléfica, Jafar y Úrsula. Es la persona más poderosa de Rosas y recibe todos los deseos de las personas con la promesa de concedérselos; pero solo él decide cuáles se harán realidad y cuándo, y su motivación no es precisamente honorable. Es vanidoso, carismático, controlador, falso y encantador. La guionista Allison Moore lo define como “un ser que piensa que los deseos son solo ideas, pero son la mejor parte del corazón, y los tiene atrapados dentro de burbujas para controlar el reino, dando falsas esperanzas”.
- el conflicto se desata entre ambos, Asha y Magnífico, cuando la adolescente descubre los verdaderos planes del rey. “¿Qué hacer cuando se descubre una verdad que sacude tu mundo por completo? ¿Se hace caso omiso? ¿Se trata de aceptarla? ¿O se reconoce la responsabilidad que se tiene de ayudar a la comunidad? Vemos a la heroína tomar esa decisión y convertirse en la líder que probablemente nunca supo que era”, señaló la guionista Jennifer Lee.
- el aliado de Asha es Estrella, una pequeña bola de pura energía traviesa y juguetona que, sin hablar, inspira a la gente a perseguir sus deseos más profundos y es la inspiración para perseguir los deseos incumplidos. La directora Fawn Veerasunthorn la considera “la intuición de Asha, la personificación de su deseo que baja a la Tierra para sacarla de su zona de confort; está dentro de todos y cada uno de nosotros”.
- de su lado nunca se despega Valentino, es una cabra terca, torpe (siempre se está cayendo y se vuelve a levantar para seguir intentando trepar a sitios imposibles) y segura de sí misma que siempre luce un pijama y que puede hablar.
- la técnica de realización de esta producción es también una unión de lo clásico y lo nuevo, con un estilo híbrido que combina elementos tradicionales de los dibujos en acuarela con la animación 3D.
- la música tiene siete canciones originales escritas por Julia Michaels (compuso temas para Dua Lipa, Pink y Selena Gómez) y Benjamin Rice, y una banda sonora compuesta por Dave Metzger, con elementos del pop, de temas contemporáneos y de la comedia musical teatral, en la pretensión de que se transformen en nuevas referencias de la audiencia infantil.
La confluencia de estos componentes en la nueva película de Disney bien puede operar de cierre de una etapa que consagró a los estudios como una referencia global y el augurio de una nueva instancia, que le permita romper moldes que encorsetan (más allá de la rentabilidad económica en taquilla). Un autohomenaje que implique un relanzamiento.
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