Un año nuevo que comienza trae consigo nuevas oportunidades y con ello buscamos cambiar aquellos aspectos de nuestra vida que nos generan disgusto o en los que queremos evolucionar. En la mayoría de las listas de propósitos para el 2024 nunca falta: “empezar el gimnasio”.
Las búsquedas sobre gimnasios incrementan en enero, así como las membresías e inscripciones a los mismos. Mientras las motivaciones se encuentran en su mayor esplendor y las personas comienzan nuevas rutinas con el inicio del 2024, el verdadero conflicto se presenta en el transcurso de los días, cuando las motivaciones ya no son tantas y se presentan los obstáculos.
Construir una hábito lleva tiempo, dicen los expertos. Lo importante de un hábito es su consistencia; cuanto más repetida es una acción a lo largo del tiempo, mayores son las probabilidades de que se convierta en un hábito.
“Estamos hechos para querer gratificación instantánea antes que un premio atrasado” dijo Katy Milkman, profesora de la Universidad de Wharton School, en Pennsylvania y escritora del libro “Cómo cambiar: La ciencia que te ayuda a ser quieres ser”.
La motivación para hacer ejercicio puede venir de diferentes maneras, sin embargo existen algunos consejos de expertos sobre cómo construir un cambio sostenible.
Seis consejos para hacer del ejercicio un hábito este 2024
Anotar objetivos específicos
Es muy útil tener metas específicas y luego hacer un plan que sea posible de hacer. Lo importante es ser realistas y también entender que estas diagramaciones pueden cambiar pero es de gran ayuda definir un plan de acción que nos encamine.
Hay que ser puntuales al hacer el plan: ¿Cuándo lo vas a hacer? ¿Cómo vas a llegar ahí? dice Milkman. “Las investigaciones muestran que cuando hacemos objetivos concretos, estos resultan más efectivos”.
Encontrar un motivo
Michelle Segar, una investigadora de la Universidad de Michigan y cree que la primera acción que las personas deben hacer es reflexionar sobre su historia con el ejercicio e identificar si sus motivos han funcionado.
Mientras algunas personas comienzan a ejercitar para perder peso o “ser más saludables”, ese acercamiento muchas veces no suele ser suficiente para motivar a largo plazo, dice Segar.
En lugar de ello es mejor encontrar un por qué más significante como enfocarnos en qué es lo que el ejercicio nos hace sentir y cómo son estas sensaciones. La estudiosa afirma que los deportistas y las personas que hacen ejercicio de manera habitual siempre traen como detalle no menor el hecho de que “instantáneamente los ayuda a sentirse mejor”
Evitar el “todo o nada”
La rigidez y el perfeccionismo son casi siempre enemigos para construir un hábito de ejercicio. En los estudios de Milkman, la catedrática dio cuenta de que los individuos que eran más flexibles en los tiempos de sus ejercicios eran más probables a continuar con el gimnasio que aquellos que eran más sólidos en su accionar.
“Nos dimos cuenta que los hábitos rígidos son el problema”. Milkman estableció que el pensamiento de “todo o nada” es contraproducente a la hora de construir un hábito y esta afirma que lo mejor es darse el permiso para ser flexible y encontrar otras alternativas. Siempre podemos si no está la posibilidad de ir al gimnasio, salir a caminar, dar la vuelta a la manzana, es decir, continuar con nuestro propósito pero adaptarlo a la variedad de posibilidades existentes.
Mezclar el ejercicio con algo divertido
El ejercicio debería ser divertido, no sólo un deber que hay que hacer, además de que la gente tiende a repetir aquello que disfruta. Una forma de hacer el ejercicio más agradable es conectarlo con aquellas actividades que nos gustan, por ejemplo, ver televisión mientras usamos la caminadora o salir a caminar por espacios que disfrutemos.
Otra forma es hacer ejercicio con amigos o encontrar un grupo con el que nos sintamos cómodos. Así y como afirma Milkman junto con algo que amamos y la persistencia es que construimos un hábito. “Cuanto más lo hacemos, más se convierte en automático y más nos apegamos a ello.”.
Ser pacientes, los hábitos llevan tiempo
“No es algo que ocurre de la noche a la mañana, o en un par de semanas” dice Milkman. En algún momento se convertirán en automáticos como levantarse temprano a trabajar o ir a la escuela, además dice la estudiosa que “De hecho, una vez que se convierta en un hábito ni siquiera te vas a dar cuenta de que es uno”.
Las rutinas y los hábitos toman tiempo para formarse, por lo que hay que ser pacientes con uno y recordar los motivos por los que empezó en aquellos momentos en que las dificultades agoten el entusiasmo.
Motivarnos con amabilidad
Si tenés problemas con mantener un ejercicio, hábito o rutina, sé tolerante con vos mismo. Además, muchos de nuestros padecimientos se deben a que quizás vemos al ejercicio como un castigo en vez de algo que nos entusiasma.
Krtistin Neff, profesora de la Universidad de Texas afirma que “Hacer cambios a través del darse ánimos y la amabilidad es mucho más efectivo que hacer cambios a través de la crítica y el maltrato”.