Las autoridades confirmaron que seis personas perdieron la vida. El sismo de magnitud 7,5 sacudió la prefectura de Ishikawa, del lado del Mar de Japón, en la isla principal de Honshu, informó el Instituto Geofísico Americano (USGS).
Y exhortaron a la población a refugiarse ante el riesgo de olas gigantes.
Poco después, las primeras consecuencias comenzaron a sentirse en las costas. Olas de 1,2 metros de altura golpearon el puerto de Wajima, en la península de Noto, a las 16H21 (07H21 GMT), y otras más pequeñas se registraron en otros lados, incluido en la isla de Hokkaido, en el norte.
La agencia meteorológica japonesa (JMA) emitió una advertencia por tsunami con olas que podrían alcanzar los cinco metros, pero la revisó después a la baja.
El Centro de Alerta de Tsunamis del Pacífico informó también unas horas después que el riesgo había quedado atrás. "La amenaza de tsunami ha pasado en gran medida", declaró la agencia estadounidense.
"Una situación horrible"
El ministro de Defensa, Minoru Kihara, informó que 1.000 militares estaban preparados para dirigirse a la región y que otros 8.500 fueron movilizados. También se usaron 20 aviones militares para registrar los daños.
La autoridad de transporte cerró las autopistas en la zona cercana al epicentro y Japan Railways anunció que los trenes de alta velocidad entre Tokio y la prefectura de Ishikawa quedaron interrumpidos.
El gobierno, por otro lado, precisó que no se registraron consecuencias en las centrales nucleares del país.
En Ishikawa y las prefecturas vecinas de Toyama y Niigata unos 33.500 hogares quedaron privados de electricidad. Muchas casas se derrumbaron en la ciudad de Suzu, según los informes.
En total se registraron en la península de Noto más de 50 sismos de magnitud 3,2 o superior en un lapso de cuatro horas.
Situado en el denominado "cinturón de fuego" del Pacífico, Japón es uno de los países del mundo donde los sismos son más frecuentes. El archipiélago aplica normas de construcción extremadamente estrictas, de modo que los edificios suelen ser capaces de resistir fuertes sismos, y los residentes están acostumbrados a este tipo de situaciones.
Pero persiste en el país el traumático recuerdo del terrible terremoto de magnitud 9,0 seguido de un gigantesco tsunami que en marzo de 2011 provocó una catástrofe que dejó unos 20.000 muertos o desaparecidos.
Esa catástrofe incluyó el accidente nuclear de Fukushima, el peor registrado en el mundo desde el de Chernóbil en 1986. El tsunami causó que se fundieran tres reactores de la central nuclear japonesa.