Las enfermedades cerebrales son muy comunes hoy en día, por lo que consumir Omega-3 es primordial para prevenir estas afecciones. Consumir ácidos grasos, como los que contiene este alimento, podrían disminuir el riesgo de sufrir un deterioro cognitivo o demencia.
Los beneficios cognitivos del omega-3
Este componente ayuda a mantener un funcionamiento normal del cerebro. y favorece a un mejor desarrollo mental. Además, su consumo trae consigo una mejora en el aprendizaje y la conducta durante la infancia.
Existe evidencia científica que comprueba que los ácidos grasos del omega-3 influyen positivamente a las enfermedades neurodegenerativas, asociadas a la vejez, como el Alzheimer. Por otra parte, estos ácidos tienen tanto potencial que también ayudan a reducir la prevalencia de las enfermedades psiquiátricas en adultos.
¿Dónde obtenemos estos ácidos?
Ácido alfa-linolénico (ALA): este es un ácido que el ser humano no produce, por eso se considera esencial. Se encuentra en nueces, semillas de linaza y chía y en aceites vegetales como la soja o el germen de trigo.
Ácido eicosapentaenoico (EPA) y ácido docosahexaenoico (DHA): los peces de agua profunda y fría contienen estos ácidos. El pescado azul es la mejor opción para consumirlos. Se encuentra en el atún, salmón, sardina y caballa. Además se recomienda consumir de dos a tres veces por semana para una mejor alimentación.