A la sombra de un gomero fue presentado el libro sobre el empresario Juan Padilla

El gomero portentoso de la finca El Carmen, en Lules, prestó sus “instalaciones” de raíces y sombra para la presentación de “Don Juan”, sobre la vida del empresario Juan Padilla que escribieron su hija, la psicóloga Pilar Padilla, y su yerno, el periodista Federico Diego van Mameren. Sentado al lado de su esposa Silvia García Hamilton, el protagonista del libro recibió el homenaje en un acto al que asistieron sus familiares y amigos.

Luego de que sus seis hijos, Juan (h), María Silvia, Pilar, Milagros, Santiago y María Ana, le entregaran un ejemplar, Juan Padilla resumió su receta de vida en estos términos: “me he preocupado por trabajar y por transmitir valores que creo que son importantes para que una familia crezca y para que una sociedad progrese. Esos son los valores de la familia, del trabajo, de la fe, de la solidaridad y de la responsabilidad. Esto vale para cualquier actividad de la vida. Y siento que transitar por esos caminos me ha dado resultado y me ha ayudado a ser feliz”.

Gratitud

Las palabras de gratitud prevalecieron durante una mañana aliviada con ventiladores, rociadores y abanicos. Van Mameren, secretario a cargo de la Redacción de LA GACETA, dijo que lo emocionaba presentar su primer libro. Recordó a su padre, el poeta Gerardus van Mameren, que se fue de este mundo antes de ver publicada su obra, y por ello sintió la ansiedad y el temor de que le pasara lo mismo. Añadió que sin la determinación de Pilar Padilla, su cuñada y compañera en este emprendimiento, esta historia no se habría materializado.

“Los padres son así: nos dejan huellas y escollos para superar en la vida”, reflexionó Van Mameren. Durante su discurso, el coautor refirió que, con un estilo muy propio cargado de sutilezas, silencios y gestos de atención, Juan Padilla se destacaba por promover a la gente que lo rodeaba, y que, en su caso, lo había llevado a cumplir el anhelo de escribir y publicar una obra de no ficción. “Agradezco a este gomero. Él conoce los secretos y los pensamientos de Juan más que cualquiera. Los conoce desde antes de su nacimiento, incluso. Por eso el color de la tapa es exactamente el color de estos gomeros”, manifestó.

La coautora ratificó que el contacto con la naturaleza moldeó de un modo único a su progenitor. “Lo que me motivó a escribir sobre mi papá fue lo llamativo que me parecía que, habiendo recibido una educación tan machista y autoritaria, él haya podido llevar adelante sus empresas de una manera dialógica y colaborativa. Casualmente es el tipo de terapia que hace muchos años elegí en mi práctica clínica”, apuntó Pilar Padilla. Y acotó que su padre había “tenido las conversaciones necesarias con las personas necesarias”, y sabido escuchar con apertura y humildad. “Nunca se sintió más que ninguno y todos sus logros han sido con otros”, subrayó. Y a continuación le habló a su “vieji”: “quiero sólo transmitirte que tu vida nos ha inspirado a todos, que mejor papá no nos podría haber tocado, y que eso implica muchísima mayor responsabilidad de nuestra parte para con nuestras familias y la sociedad. Dicen los expertos en Psicología que lo único que la gente va a recordar de cada uno de nosotros será como los hicimos sentir. Dejás un tremendo legado, pa”.

Durante la presentación, que condujo María Ana Padilla, tomaron la palabra asimismo Dolores Alfieri, quien hizo una semblanza de su tío Juan; el ingeniero Ernesto Saade, amigo del homenajeado, e Irene Benito, periodista y editora del libro. María Ana Padilla leyó, además, un mensaje enviado por Santiago Garmendia, el doctor de Filosofía que ayudó en la producción de “Don Juan”, obra disponible en las tiendas de Libro de Oro.

Saber decir “no”

“Don Juan” es una biografía con 21 capítulos cortos y un dossier fotográfico que capturan las vivencias de un tucumano autodidacta que aprendió de su entorno. El texto narra los episodios que convirtieron a “Juancito” en Don Juan, por ejemplo, cuando se juntó con otros dos muchachitos como él, Julio y Gonzalo Paz, y los tres montaron una verdulería callejera, o cuando se dio cuenta de que la Medicina no era lo suyo y, tras una fugaz experiencia en el sector público, terminó trabajando en el campo de Potrero de las Tablas con Dolores Toledo, la abuela Lola. Esta mujer fue clave para acercar al nieto a la vida rural y quien le enseñó dos lecciones: que hay que saber decir “no” y que los contratos se rompen con la verdad.

El libro relata el encuentro y la unión de Juan Padilla con Silvia García Hamilton, compañera y baluarte hasta el presente. Y, también, el inicio del vínculo de trabajo y de amistad con el cañero Juan Herrero. Y cómo un día, finalmente, pudo comprar El Carmen. Con esa base, Juan Padilla se consolidó como productor citrícola. Entre 1981 y 1983, el hombre de campo pasó a la función pública como intendente de Lules y, tras el retorno de la democracia, como concejal de la UCeDe.

Hacia 1988, Padilla comienza a exportar fruta fresca. En 2000, junto a su esposa y a sus hijos, funda Citric, la fábrica de jugos exprimidos que hoy posee el 10% del mercado interno, y exporta a China, Uruguay, Chile y Ecuador. En 2016, cuando la familia vendió el 50% del paquete accionario de la firma El Carmen SA a la compañía de origen guatemalteco Livsmart, Citric tenía instalaciones en cuatro locaciones distintas (Lules, Chajarí -Entre Ríos-, Buenos Aires y Brasil) y empleaba a alrededor de 250 personas.

Publicada con el sello de Retinta Editores e impresa por Artes Gráficas Crivelli en Salta, la obra de Pilar Padilla y Federico van Mameren pone el acento en la vivencia de “generosidad y amor” que entraña la historia de Don Juan, faceta que destacó Benito durante la presentación del libro en Lules. La periodista y editora expresó: “más allá de su éxito como esposo, padre de familia, amigo y empresario, nuestro héroe de carne y hueso ha conseguido lo más difícil en el Tucumán y en el país tan adversos que le tocaron. Don Juan ha construido un buen nombre. ¡Ojalá nosotros seamos capaces de imitarlo!”.