Los trabajadores del Fondo Nacional de las Artes (FNA) rechazaron el proyecto de ley que dispone la derogación de la norma de creación de su ente autárquico, aprobada en 1958 con el número 1.224.
“La disposición incluida en el paquete de reformas del Estado propuesto por el Poder Ejecutivo no solo termina con este organismo sino con gran parte de la historia de la cultura argentina. Con un préstamo del FNA, Ástor Piazzolla adquirió un piano; Antonio Berni construyó su taller en 1973 y a través de este mecanismo el organismo impulsó las carreras de Marta Minujín, Julio Le Parc, Sara Facio, Leonardo Favio, Leda Valladares, Marilú Marini, María Elena Walsh, Jaime Torres, Alejandra Pizarnik, Beatriz Sarlo y Ricardo Piglia entre muchos otros creadores argentinos. Detrás de cada uno de estos nombres no solo está la historia sino el futuro de la cultura argentina. El cierre del FNA atenta contra la soberanía intelectual de nuestro país”, alertaron en un documento colectivo.
Para aclarar las fuentes de financiamiento (de despejar rumores malintencionados), los empleados resaltaron que los recursos del FNA surgen del dominio público pagante que se cobra por las obras de arte una vez vencido el plazo de protección del derecho de autor (en la mayoría de los casos, a los 70 años de la muerte del creador). También obtiene ingresos por las tasas y multas de la Ley de Propiedad Intelectual Nº 11.723 e intereses de préstamos, aportes extraordinarios y títulos públicos. “El organismo financia mediante becas, préstamos, concursos y subsidios a más de 30.000 artistas de todo el país en los últimos años”, señalaron.
La inclusión del FNA en la Ley Ómnibus causó desconcierto ya que en ningún momento trascendieron cambios en su estructura. De hecho, su presidente designado, el cineasta Javier Torre, se reunió con un centenar de trabajadores de la institución para aclarar que no conocía del proyecto y que ha recibido apoyo internacional de organismos y estructuras culturales de diversos países a su continuidad como entidad, a lo que se comprometió, según trascendidos del encuentro.
El primer cuestionamiento al FNA surgió del economista Federico Sturzenegger, hace una semana y en diálogo con Radio Mitre, cuando aseveró que “fomenta la actividad cultural, enfocándose principalmente en las artes plásticas” y que los aportes los reciben “que hacen lobbyo a proyectos que permiten a las autoridades lucirse (entregar premios, hacer libros, etc.). Entonces, le hemos sacado recursos a muchos artistas para arrojarlos a un agujero negro de burocracia, bajo el pretexto de que es para ellos. Eliminar el FNA sería devolverle la plata a la cultura, no lo contrario”.
Hoy se realizará un abrazo a las sedes centrales del FNA y del INT en la Capital Federal, dentro de un paquete de acciones en defensa de ambos organismos.