El mindfulness es más que una práctica, es una forma de vida que proviene de la filosofía budista e implica vivir completamente el presente, conscientes de nuestro cuerpo y pensamientos.
Llega el verano y lo único que buscamos es descansar, poner en “off” la cabeza, y resetear. Buscamos renovarnos, cambiar los malos hábitos y aquellas cosas que no nos gustaron del año que se va. En este verano podemos incluir esta forma de vida como herramienta para enfrentar los futuros obstáculos pero también para vivir esta época a pleno y desconectar de lo que nos desestabiliza.
¿Qué es el Mindfulness?
El mindfulness es la habilidad básica humana de estar completamente en el presente, conscientes de dónde estamos y qué estamos haciendo y no solamente reaccionar y estar abrumados de lo que sucede alrededor nuestro. Ayuda a reducir el estrés y a aprender a observar nuestros pensamientos para no involucrarnos en lo negativo que estos puedan ser.
Implica atención plena, prestar atención a los pensamientos que tenemos a lo largo del día, a las emociones, sensaciones físicas, prestar atención a nuestro cuerpo y registrar cómo se encuentra este en determinadas situaciones de acuerdo a lo que vamos experimentando.
Esta forma de vida requiere de autoconocimiento, saber qué tendemos a pensar pero además mantener registro de nuestro cuerpo que no es solo un contenedor donde se deposita nuestra mente, implica una meditación que empieza y termina en el cuerpo: tenemos que estar conscientes de este, dónde se encuentra y qué está pasando a su alrededor, afirma la psicóloga Sofia Wilde en una charla con LA GACETA.
¿Cómo practicarlo?
Esta práctica se hace a través de meditaciones donde debemos encontrar un objeto de atención, puede ser la respiración por ejemplo. Aquí debemos darnos cuenta en qué momentos nuestra mente comienza a divagar y al descubrirlo volver a traerla al foco de nuestra atención, a lo que estamos haciendo en ese momento.
Para realizarlo, podemos utilizar audios que ayuden a enfocarnos en nuestra respiración, también a través de las caminatas conscientes o de la alimentación atenta.
Existen distintos tipos de Mindfulness:
- Podemos hacerlo a través de la meditación donde estamos sentados, caminando, parados o en movimiento. Es posible hacerlo también recostado pero muchas veces uno termina por dormirse.
- A través de pequeñas pausas que hacemos en nuestro día a día, tratando de parar y concentrarnos en lo que estamos haciendo y apagar el “piloto automático”.
- Mezclando la meditación con otras actividades como yoga o los deportes, centrándonos en nuestra respiración y movimientos.
Una práctica para comenzar
Una forma de comenzar a insertarse en el Mindfulness es tomarse sólo un minuto para estabilizarse y encontrar un momento de relajación donde podemos hacer lo siguiente:
- Buscar un lugar para sentarnos
- Notar qué es lo que nuestras piernas están haciendo
- Tratar de estirarnos y sentarnos derechos
- Colocar los brazos paralelos a nuestro cuerpo
- Estar ahí por un momento: Relajarnos. Concentrarnos en nuestra respiración, en cómo el aire entra y sale de nuestro cuerpo y cómo nos sentimos al respecto.
Es importante no juzgar el contenido de nuestros pensamientos ni castigarnos si perdemos la concentración. Si te vas simplemente volvé.