Este fin de semana, dos soldados de la infantería de Los Tarcos le dijeron adiós al rugby, al menos como jugadores: Javier Villafañe y José Bazán. No fue en el contexto de una competencia oficial, sino algo más íntimo, un partido despedida en el que ellos fueron el centro de atención rodeados de sus familias y de sus amigos del club. Un privilegio que no es para cualquiera, sino que se gana dejando el cuerpo y el alma en la cancha durante muchos años, en las buenas y sobre todo en las malas.
"El evento de la despedida lo tenía pensado desde hace un tiempo, creo que ya desde 2020, ja ja. Este año, charlando con José en uno de los últimos partidos del Torneo del Interior, me contó que ya no iba a jugar más, así que el día que me decidí a materializar la despedida, le propuse que la hiciéramos juntos. No menos importante fue que el capitán Nicolás Alvizo estuviera con nosotros para armarla. Estoy seguro de que fue el artífice de ese gran regalo de despedida que es la camiseta roja encuadrada", cuenta "Mapuche" Villafañe.
"Me pareció muy buena la idea de armar esta 'autodespedida', porque invitamos a nuestros amigos, a la gente que nos vio crecer como jugadores, gente con la que compartimos la cancha y otra con la que no, pero que hemos visto jugar. Fue muy lindo vivir esto, una sensación muy gratificante haber recibido tantos mensajes y muestras de cariño, que te hacen pensar que todo lo que hiciste en la cancha y todas las cosas que dejaste a un lado por jugar, fueron valorados. Además, el tercer tiempo fue increíble, de lo mejor que viví en el rugby", destaca Bazán.
Ambos tuvieron sus propias motivaciones para hacer de 2023 el año de clausura de la etapa más linda del rugby: la del jugador. "A mitad de año empecé a pensar que iba a ser mi último año. Me sentía medio cansado y ya no tan feliz como siempre había sido en una cancha", explica José. En el caso de Javier, uno de los pesos pesados de la primera línea de Los Tarcos, fue una lesión crónica en una de sus rodillas. "Terminé el año con tanto dolor que no podía pensar en volver a jugar. Me tengo que operar, pero a esta edad me cuesta mucho estar a la altura. Estos últimos años vine peleando siempre desde la preintermedia y recién en la última parte volvía a Primera", explica "Mapu", y aclara que también hubo cuestiones familiares. "A mi esposa, Valeria, le habían diagnosticado un cáncer renal, lo que fue muy significativo para nuestras vidas. A partir de allí me replanteé muchas cosas que me ayudaron a tomar la decisión", agrega.
Con esto, se cierra una larga trayectoria vistiendo la camiseta "roja", desde infantiles. "He jugado en mi club initerrumpidamente por casi 30 años. Es inevitable sentir nostalgia y tristeza en este momento, pero no podía ser de otra manera. Me voy vacío, lo di todo y siempre estuve cuando me necesitaron, y cuando no también. Sin dudas siento que es el fin de una maravillosa historia de amor, sacrificio y lucha constante. Claro que todo fue mucho más fácil teniendo a mi lado a mi esposa, a mis hijos Domingo y Amado, a mis viejos y a mi hermano, que estuvieron siempre", reparte el crédito Villafañe.
Para Bazán, que debutó en Primera en 2009, también fue un gran final. "Si bien hubo un año en que estuve jugando en Brasil y en otros años tuve lesiones que me impidieron tener continuidad, se me dieron muchas cosas. En el club me gastan diciendo que soy jugador de finales. Tuve la chance de jugar la final del Torneo del Interior 2016, que la ganamos, así como la de Intermedia y la de Primera en el Regional 2018. Esos campeonatos fueron muy lindos, pero lo mejor que me deja mi carrera en el rugby es un inmenso grupo de amigos. De gente que te quiere, te valora, e incluso gente que no es tan amiga tuya, pero sabe que sos del club y está ahí para vos. Eso es lo mejor", asegura, emocionado, y concluye con un agradecimiento general "por la cantidad de momentos hermosos que viví en el rugby y en esta cancha. Honestamente, al principio no sabía si hacer este partido de despedida, me parecía que era mucho, pero gracias a Dios 'Mapuche' me invitó y lo hicimos realidad, porque la pasamos increíble".