Por Joel Katz
27 Diciembre 2023
PURO AMOR. Joaquín Correa junto a su esposa, la italiana Chiara Casiraghi. LA GACETA/FOTO DE INÉS QUINTEROS ORIO
“Fue poco tiempo, pero de calidad”. La frase pertenece a Joaquín Correa, delantero tucumano que actualmente viste los colores de Olympique de Marsella, y que pasó por la provincia para disfrutar de la Navidad junto a su familia y amigos, y para recargar pilas claro.
Acompañado de su esposa, la modelo italiana Chiara Casiraghi, Correa había arribado a Tucumán el jueves 21. Fue directamente a Juan Bautista Alberdi, su ciudad natal, con el objetivo de desconectarse unos días, y de disfrutar de la compañía de sus seres queridos.
“La pasamos lindo junto con la familia, con amigos. Fue un paso cortito porque tengo que seguir entrenándome y compitiendo”, señaló Joaquín en diálogo con LA GACETA, sentado en el bar del aeropuerto Benjamín Matienzo, en donde compartió sus últimos minutos con su familia antes de embarcar en el avión que lo llevaría a Buenos Aires. Allí, el delantero de la Selección, también fue abordado por algunos fanáticos, quienes lo reconocieron pese a su vestimenta casual, y le pidieron fotos.
¿Qué hizo durante su estadía en nuestra provincia? “Lo de siempre. Pasé tiempo con mi familia, mis amigos, comimos un poquito, disfrutamos… La pasamos muy bien”, resaltó, comentando entre risas, que hubo “más de un asado”. Y claro, la fecha más especial de estos días fue la Nochebuena. “La pasamos hermoso con la familia que está siempre; que me espera y también con todos mis amigos”, subrayó, antes de resaltar que fueron unos días de necesario descanso.
“Siempre es lindo volver a mi casa; venir a pasar el tiempo junto a los míos, con las personas que tanto se extraña cuando se está lejos. Es hermoso venir, por más que sean unos cuantos días”, agregó.
Su esposa Chiara ya conocía Alberdi, lugar que había visitado el año pasado. “A ella le encanta Alberdi. Le gusta la gente, cómo la tratan y cómo la reciben”, señaló.
COMO UNO MÁS. Correa realizó la fila para embarcar junto a su esposa, como un pasajero cualquiera. LA GACETA / Foto de Inés Quinteros Orio
A fines de agosto, con la temporada ya comenzada, Correa dejó Inter de Milán tras dos años y se incorporó a Olympique de Marsella. Hasta ahora, disputó 11 partidos y no pudo convertir goles en el equipo que marcha en el sexto puesto de la Ligue 1, y que avanzó a los dieciseisavos de final de la Europa League.
“Va muy bien la adaptación. Me recibieron de la mejor manera. La gente en Francia es muy calurosa, parecida a la de Argentina, así que estoy muy bien; contento y con muchas ganas”, afirmó. “Tenemos un muy bien equipo, y nos estamos acomodando de nuevo. Vamos a tratar de terminar bien, y de estar arriba en la tabla. Es el club más grande que hay en Francia, así que tiene que estar arriba. Vamos a pelear por eso”, sentenció el punta surgido de Estudiantes de La Plata.
Correa no juega desde el 30 de noviembre ya que una fuerte patada que le propinó el neerlandés Steve Berghuis, en el duelo entre Marsella y Ajax, le generó una lesión en el tobillo. Por ese motivo, volver a las canchas es el primordial objetivo por estas horas. “Espero volver a jugar, a divertirme, y a tratar de llevar al equipo lo más alto posible. Después veremos qué pasa a final de temporada con el objetivo de grupo”.
Correa había sido incluido en la lista original para el Mundial de Qatar2022. Sin embargo, se terminó quedando al margen a raíz de una lesión sufrida poco antes del certamen en el que la Selección terminaría consagrándose. Desde entonces, no volvió a ser convocado aunque la ilusión sigue latente para él.
“Siempre es un sueño la Selección. Me tocó quedar afuera por lesión, pero siempre obviamente tengo la ilusión de volver y de estar ahí con mis compañeros, con los que estuve tantos años juntos. Se disfruta”, dijo antes de confesar que no volvió a hablar con Lionel Scaloni tras el Mundial. ”Cada uno está trabajando y haciendo sus cosas. Pero tenemos una hermosa relación. Es una persona increíble, que te trata muy bien, siempre con la mejor”, sentenció Joaquín, que en Alberdi recargó energías y está listo para volver a brillar.
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