Debido a la mala situación económica que atraviesa el país, no basta con que tengamos “ganas” de vacacionar para cumplir el objetivo. En busca de alternativas que se adapten a nuestro presupuesto, en estos últimos años a muchos nos tocó aprender a buscar ofertas y cotejar precios en internet para conseguir reservas o pasajes que de otra forma serían imposibles de costear.
Aunque las plataformas y las agencias de viajes virtuales resultan grandes aliados, nunca estamos exentos de sufrir fraudes. “En épocas puntuales, como las vacaciones de invierno y verano, existen estafadores que se centran en crear perfiles falsos en las redes sociales o anuncios engañosos que ofrecen descuentos imperdibles en hospedajes y/o pasajes. El mayor gancho para atraer a los usuarios pasa por mostrar precios muy económicos y de tiempo limitado, lo cual hace que muchos compradores tomen decisiones apresuradas sin prestar atención a la letra chica”, comenta la licenciada en Turismo Beatriz Garay.
Precaución
Para evitar caer en la trampa, hay algunos detalles a los cuales debemos prestar atención. Después de realizar una búsqueda online (por ejemplo, “alquileres en Mar del Plata”, “qué hacer en Buenos Aires”, “hoteles en Córdoba”) es habitual que aparezcan publicidades relacionadas con dicho tema en otras páginas.
El primer consejo pasa por evitar cliquear esas ventanas o enlaces. “Si de repente vemos un anuncio sobre aerolíneas con vuelos económicos o reservas en hoteles es preferible anotar el nombre de la empresa que lo ofrece y buscar la promoción desde su web oficial. Hay publicidades falsas que utilizan la misma estética que algunas marcas o compañías de confianza para estafar o robar información personal (documentos, claves bancarias, etcétera)”, indica el programador Germán Maciel.
Para incrementar la seguridad, el profesional sugiere navegar e investigar sobre posibles pasajes, alojamientos y destinos en modo incógnito. “Con cada actividad y sitio que visitamos todo el tiempo brindamos indirectamente información sobre nuestras necesidades, intereses y patrones de comportamiento. Este registro es el que emplean los sistemas de publicidades y buscadores para acercar productos o servicios a posibles clientes. Por eso es que cuando nos metemos en una página (y aceptamos las cookies) o abrimos miles de pestañas para ver los costos de un paquete turístico luego aparece tanto contenido afín”, explica.
No hay magia ni teléfonos que escuchan -en secreto- conversaciones, solo se trata de algoritmos que hacen bien su trabajo.
Mails dudosos
La segunda recomendación es prestar atención al dominio de los mails que recibimos con promociones. Los delincuentes acostumbran inventar dominios que se parecen demasiado a las páginas oficiales de empresas o marcas (Despegar, TripAdvisor, Trivago, Airbnb) con las cuales estamos familiarizados.
Esta táctica también ocurre con las plataformas de streaming (hace unos meses Netflix advirtió sobre el asunto), los bancos, los organismos estatales y los servicios de paquetería. “El proceso pasa por enviar mensajes en los cuales se solicita el pago inmediato del paquete de turismo o el servicio que contratamos para que la reserva no sea cancelada. También hay grupos delictivos que mandan textos pidiendo la verificación de nuestro mail o usuario”, agrega Maciel.
Recargos “invisibles”
En caso de hallar propuestas genuinas que valgan la pena, Garay sugiere corroborar el verdadero costo de compra de los productos o paquetes turísticos para eludir adicionales o extractos fantasmas en nuestras tarjetas.
“En muchos buscadores o portales los valores que figuran no son los finales, sino que a ellos hay que sumarles impuestos, seguros u otras comisiones por la compra online o el uso de plataformas intermediarias. En Argentina, esta medida es indispensable porque el IVA y el impuesto País hacen que lleguemos a pagar hasta un 300 % más”, agrega Garay.
Al navegar
Para extremar los cuidados, la Asociación Latinoamericana de Internet (ALAI) aconseja hacer averiguaciones sobre viajes o gestionar transacciones económicas únicamente desde una red de internet encriptada o segura. Eso implica dejar dichas tareas para nuestro hogar en vez de conectarnos al wifi de cualquier cafetería, bar o espacio público.
Sobre los agentes
El truco más sencillo para no caer en estafas es contratar los paquetes aéreos o vacaciones con empresas que sean reconocidas o referidas por personas de confianza.
“Esto no tiene nada que ver con nombres, sino con los estándares de protección de datos de los sitios. Muchísimas agencias y plataformas muestran en sus páginas certificaciones de seguridad como Payment Card Industry Data Security Standard (PCI DSS) y/o permiten que los pagos se hagan dentro del mismo sitio sin redireccionamientos”, acota la operadora turística Paola Ruiz.
Como medida adicional, la licenciada en Gestión Digital sugiere comprobar que la agencia de turismo, aerolínea o servicio contratado disponga de una sede física y número telefónico verificable.
“Ante cualquier duda también vale inspeccionar a fondo las redes sociales de esa entidad comercial o agente, leer los comentarios de otros usuarios y corroborar si dispone del tilde azul de autenticación. No hay que guiarnos por el número de seguidores de la cuenta, sino por su calidad, las interacciones genuinas y los me gusta en las publicaciones. Los perfiles son el doble de fiables si sus seguidores disponen de fotos y tienen nombres auténticos”, describe.
Si la página cuenta con miles de seguidores que carecen de imágenes y posteos se traduce en una mala señal.
“Para mantener su fachada comercial existen delincuentes que compran seguidores falsos hechos por bots. Además, antes de pagar conviene examinar si la cuenta de destino de nuestras transferencias tiene un nombre particular o empresarial. Las empresas serias, las franquicias hoteleras y los emprendimientos de mediana escala disponen de cuentas exclusivas para fines comerciales”, advierte Ruiz.