Reflexiones de paz y de encuentro para esta Navidad
Dios nos hace libres
Padre Marcelo Barrionuevo
Ha llegado una Navidad un poco convulsionada en la Argentina. No podemos negar que la experiencia que vive el país no deja indiferente a nadie. Serán unas fiestas transidas por cambios que generan incertidumbre. Pero si nos introducimos en la lógica de Dios, podemos ver una luz de interpretación de la Realidad.
Dios se hace niño, es decir toma la condición de hiçombre y se hace cargo de esa historia humana. Significó una revolución desde dentro, pero generó un cambio de crecimiento salvífico para la humanidad. La lógica de Dios nos enseña que para las grandes cosas se exigen grandes esfuerzos, no se llega a la resurrección sin pasar por las cruces del camino. Este Niño Dios nos obliga a ser protagonistas en el crecimiento de nuestra Nación, cuidando de modo especial a los más desfavorecidos y exigiendo mayor talento a sus dirigentes. Mucha paz para estos tiempos y más confianza en el Dios que no defrauda.
Mirar al Pesebre
Arzobispo Carlos Sánchez y obispo adjunto Roberto José Ferrari
Como padres y pastores queremos llegar a todos los tucumanos de la Arquidiócesis para expresarles nuestro cariño y cercanía, nuestro deseo de alegría y paz en la Fiesta de la Navidad. El nacimiento de Jesús, nuestro Salvador, nos inunda con su luz, disipando las tinieblas del miedo, la incertidumbre y el egoísmo para dar paso a la paz, a la esperanza y al gozo de sabernos hermanos. En la Navidad celebramos que el Hijo de Dios se hizo uno de nosotros y, desde la expresiva ternura del pesebre, nos llama a recibirlo para hacer nuestro su mensaje de amor y esperanza. Se hizo hombre para convertirnos a todos en hijos de Dios; afianzando así nuestra condición de hermanos, que nos lleva a superar toda división, enfrentamiento e indiferencia.
En la dulce mirada del Niño de Belén encontramos la fortaleza para deponer rencores y egoísmos y, a la vez, una luz para recorrer juntos un camino nuevo, trabajando por la paz y el bien de los hermanos.
Navidad es un llamado a valorar la bondad que Dios sembró en cada uno, haciéndonos hermanos en Jesús. Es un llamado a renovar nuestra actitud de servicio, para que nos sintamos protagonistas en la construcción de una Patria para todos. Es nuestro deseo que, así como el Hijo de Dios al hacerse hombre se constituyó en signo de esperanza para la humanidad, en esta Navidad cada uno de nosotros podamos convertirnos en hombres y mujeres capaces de transformar a nuestro país en una tierra donde reinen la verdad y la justicia, la libertad y la paz, la solidaridad y la esperanza.
Recibir hoy a Jesús nos debe llevar a comprometernos más intensamente con nuestros hermanos más pobres y excluidos. Ellos, no lo olvidemos, son los preferidos del Señor. La Virgen María, nuestra Madre, quien en Belén presentó a su Hijo como Salvador de la humanidad, interceda por nosotros para que aceptemos en nuestro corazón y en nuestras vidas la gracia de la Navidad. Como ella, que podamos transformar la cueva de animales en la casa de Jesús, con unos pobres pañales y una montaña de ternura.
Una buena noticia
Padre José “Pepe” Abuín
Cada año nos preparamos para celebrar la Navidad y es importante llegar a todos con un mensaje de Esperanza. Sabemos que llegan a nosotros bombardeos de noticias que nos afectan profundamente, generando malestar e incertidumbre, pero es importante hacer resonar en nuestros corazones el mensaje del evangelio: “les traigo una buena noticia, hoy les ha nacido un salvador, el Mesías, el Señor”.
Ante los momentos difíciles que estamos viviendo en nuestra patria, es importante ser transmisores de Buenas Noticias y de esperanza ante tantas pálidas que padecemos, en especial siguiendo el ejemplo del Niño Dios, que se hizo pobre en el pesebre para compartir nuestra vida, nuestra historia y nuestro destino.
Nos pongamos al lado de los que más sufren y de los vulnerables para sostenerlos con nuestra ayuda y nuestra fe. Feliz Navidad.
Caminar juntos
Padre Alejandro Zárate
Llegamos a fin de año y nuestra mirada y nuestra atención se posan en la Navidad, este tiempo especial donde Dios viene al encuentro nuestro, donde Dios se ha hecho hombre, donde la salvación se hace presente en el portal de Belén. Nace un salvador que es el Mesías, el Señor. Dios, que viene al encuentro del hombre trayéndole la salvación, la paz, la misericordia.
Y al mismo tiempo, es un tiempo de encontrarnos con los afectos, con las personas a las que amamos, con nuestra familia, con nuestros amigos, para hacer este viaje de la vida al lado de esas personas que nos acompañan y están a nuestro lado.
La Navidad es un tiempo especial para caminar juntos a aquellos que sufren, que más lo necesitan, que viven la soledad. Es un tiempo especial para mirarnos hacia adentro y descubrir que somos compañeros de viaje del hermano que camina a mi lado. Dios ha iluminado este tiempo viniendo a nuestro encuentro, también nosotros poniéndonos al lado y caminando junto del que sufre, del que está pasando momentos de dificultad. Vamos acompañando su dolor, vamos acompañando su vida, su peregrinaje. Este tiempo de Navidad es una invitación importante a poner la mirada en el Hijo de Dios, pero también poner la mirada en nuestro hermano, compañero de viaje y también peregrino junto a nosotros en este mundo donde Dios ha venido, se ha hecho hombre y ha querido compartir la vida con nosotros.
Navidad es Jesús. Navidad junto a nuestros hermanos.