Premios Artea: una fiesta del teatro, en la que se habló de política

La diversidad que caracteriza al teatro tucumano se expresó también en la amplitud de la entrega de los premios Artea de este año, la tradicional ceremonia de cierre de temporada que organiza la delegación Tucumán de la Asociación Argentina de Actores (AAA) para celebrar la actividad escénica local. En medio de una tormenta, la fraternal reunión se realizó el jueves por la noche, en La Rural del parque 9 de Julio.

El infantil “Los Fabulosos ¡Buu! Un musical bien monstruoso”, de Gastón Marioni y a cargo del Teatro Estable de la Provincia, y “Las musas mistongas”, con la recuperación de las historias de vidas olvidadas de dos tangueras argentinas, fueron las máximas ganadoras con seis estatuillas cada una, seguidas del drama “Abrazo contenedor” que obtuvo cinco y “Yo, Encarnación Ezcurra” cuatro, según lo dispuesto por el jurado integrado por Hugo Galván, Ricardo Gómez Madrid y Sonia Saracho, que decidieron que en varios rubros se comparta el premio.

Los discursos en la ceremonia estuvieron atravesados por los mensajes políticos y sociales, sin opacar la felicidad de la fiesta pero reflejando la preocupación generalizada por las medidas restrictivas del Gobierno nacional que -presumiblemente- impactarán de lleno en la actividad artística en dos formas directas: la merma de público en las salas por la escasez de dinero y la reducción de aportes y subsidios estatales para sostener las producciones, en especial en el sector independiente.

En su mensaje de apertura, el secretario general local de la AAA, Jaime Mamaní, elogió a “los actores que trabajan con el corazón” y pidió que no haya más peleas internas: “necesitamos unidad, hemos tenido un año muy difícil y con las nuevas medidas nacionales, provinciales y municipales debemos estar preparados para poner nuestros corazones bien abiertos al servicio de los compañeros, y luchar por lo conseguido”.

El Artea de este año fue dedicado a Jorge García, considerado un símbolo de la escena por su presencia constante en los elencos oficiales y privados. “Agradezco a la vida el haberme dado la posibilidad de dedicarme a este oficio, tan gratificante para mí. Ser actor profesional es lo mejor que nos puede pasar; aunque no vivamos del teatro, sí vivimos para el teatro. En cada personaje que interpretamos ponemos algo de lo que somos, nos identificamos con él para poder encarnarlo mejor. Hasta gozamos encarnando a los malvados, porque podemos dejar salir lo malo y lo oscuro que hay dentro de nosotros. En definitiva, nos ayuda a descubrirnos un poco más en lo que en realidad somos”, resaltó.

García puso en contexto sus palabras: “se vienen tiempos difíciles. Está visto que para las nuevas autoridades nacionales la gente es un número más de un ajuste que llevará a la miseria y los artistas, por supuesto, pasaremos a ser un eslabón más en esa cadena de miseria económica, pero a la cual también intentan llevarnos a una miseria humana y social”. “Ahí entra el teatro, que tiene que ser un testigo implacable de la sociedad, empujar a tomar conciencia de lo que pasa, a darnos cuenta. Por eso es que el arte molesta tanto a los que manejan el poder y el dinero”, afirmó.

Obra por obra, rubro por rubro

Al momento de hacer el balance de los premios, “Las musas mistongas” (obra que habla de la cantante Rosita Quiroga y de la bandoneonista Paquita Bernardo, borradas en la historiografía oficial del tango) obtuvo la deseada estatuilla de Mejor Puesta Teatral. Su autora, María Clara Xamena, se llevó la de Mejor Texto Dramático Tucumano, compartida con Susana Tuly López por “Abrazo contenedor” y Mejor Dirección junto a Jorge de Lassaleta (por “Yo, Encarnación Ezcurra”, de Cristina Escofet); Mejor Espectáculo en Espacio Alternativo y/o Teatro Popular (ex aequo con “Un ensayo sobre la Negra y el Negro”); Revelación Femenina para Lucía Villarroel; y Mejor Actriz Protagónica (género Drama) para Solana María Alonso, compartido con Huerto Rojas Paz (por su monólogo “Yo, Encarnación Ezcurra”).

También “Los Fabulosos ¡Buu!” tuvieron una gran noche, con los galardones a Mejor Espectáculo de Comedia Musical; Mejor Actor y Actriz de Reparto (género Comedia) para Mariano Juri y Eloísa Martínez Romero; Mejor Actriz Protagónica (género Comedia) para Kika Valero (lo compartió con Abril D’Oliveira, de “Un ensayo sobre la Negra y el Negro”) y Mejor Diseño de Vestuario y Mejor Diseño de Maquillaje y/o Caracterización, ambos para Jorge Lobato Coronel.

“Abrazo contenedor”, aparte de texto dramático, se alzó con las estatuillas por Diseño de Escenografía (Sofía Seidán), Diseño de Iluminación (Sebastián Zamora); Actriz de Reparto en Drama (Natalia Yapura, quien reclamó “resistir en estos momentos y decir que la patria no se vende, la cultura no se vende, el teatro no se vende”, en un discurso muy aplaudido) y Actor Protagónico en Drama (Franco Occi Ramaccioti, ex aequo con Nelson Alfonso, de “Pudor en animales de invierno”).

“Yo, Encarnación Ezcurra” ganó en Música Original con la composición de Pablo Herrera y como Mejor Unipersonal, aparte de la dirección y de la actuación protagónica dramática. “Un ensayo...”, además de los premios a espacio alternativo y a actriz, también se impuso en protagónico masculino de comedia con Matías Vega Guerrero, que lo ganó junto a Marcos Acevedo (“La moribunda”).

En Teatro para Niños, el premio fue para “Travesuras” y en stand up se lo llevaron Ignacio Hael (“Absurdo”) y Luciana Ramayo (“Mujeres al poder 8”), mientras que la Revelación Masculina fue Emiliano Murga (“Profundo y rosa”) y como Mejor Actor de Reparto en Drama fue galardonado Facundo Vega Ancheta (“Macbeth”). El jurado otorgó una mención especial para los niños y niñas del elenco Vuelo en V por la puesta en escena de la obra “Derechos torcidos”.