El pulso de la negritud suena sostenido en cada ensayo, aunque desde una territorialidad indiscutiblemente tucumana. Lo que comenzó dentro de cuatro paredes en encuentros intrafamiliares, llegó hace meses ya a los escenarios para instalarse como una opción musical más para acercar a un público creciente y hambriento de sonidos.
Los Primogénitos del Jazz comparten más que el apellido: el padre bajista Rony López y sus hijos Mateo (al piano) y Camilo (en la batería) tienen los mismos gustos a la hora de elegir repertorio, como el que ofrecerán esta noche desde las 21 en el Centro Cultural Virla (25 de Mayo 265). Loa acompañarán Vicky López en flauta, Maxi Lamadrid en saxo, Huguis López en armónica y Damián Osorio en percusión.
Rony oficia de vocero en el diálogo con LA GACETA.
- ¿Cómo surgieron “Los primogénitos...”, fue idea tuya o de tus hijos?
- Surgieron de forma natural, siempre se dio que tocábamos con mis hijos desde pequeños y un día ocurrió que se interesaron en la música de jazz... Desde entonces nos juntábamos a tocar en la casa, como un disfrute hasta que empezó a sonar de una manera que me dije “¡Uau, esto ya no es una simple zapada!”. Realmente sentí que experimentaron un crecimiento importante en muy poco tiempo, a partir de allí todo empezó a ocurrir.
- ¿Qué sentís que ellos también sean músicos?
- Me llena de un profundo orgullo como padre, lógicamente y al mismo tiempo un gran desafío como músico; ellos son muy estudiosos, tienen un gran dominio de sus instrumentos y mucha energía. Es un gran reto, al mismo tiempo nos conocemos mucho, lo que se nota cuando tocamos.
- ¿Hay una barrera entre el padre y el colega en el escenario?
- No hay barreras, la naturalidad y amistad de la relación que tenemos se traslada al escenario. Sí ocurre que al comenzar la música se activa un interruptor y nos transformamos en colegas, nos conectamos profundamente de esa manera.
- ¿Cuán exigente sos con ellos?
- No más de lo que lo soy conmigo mismo o con cualquier otro músico. Creo mucho en la libertad a la hora de tocar, en la comodidad para poder expresarse y en la democracia a la hora de tomar decisiones, siempre apuesto al grupo por encima de las individualidades.
- ¿Es un desafío especial tener esta formación, la gente la mira de un modo especial?
- Siempre el desafío es el mismo: ser genuino, disfrutar y conectarme con mis compañeros... Este proyecto en particular es mirado de forma especial por la gente porque no es muy común que un padre toque con dos de sus hijos, aunque hay experiencias en Tucumán como la de Adrián Llovera, músico al que respeto mucho al igual que a sus talentosos hijos con quienes tuve el gusto de tocar.
- ¿Qué van a tocar en este recital y por qué?
- Habrá un repertorio variado fruto de las melodías que se fueron dando en este proceso de crecimiento, hay temas de Pat Metheny, Fito Páez, Hermeto Pascoal, Chick Corea, Rubén Rada... aportes de los tres inspirados en la música con las cuales convivimos todos estos años familiarmente y también un par de temas míos que compuse para esta ocasión.
- ¿Qué te aportan los standards?
- Los standars de jazz son una parte fundamental de este lenguaje, aportan un gran conocimiento pero también una inspiración para emprender nuestro propio camino, uno nunca deja de estudiarlos, aunque lo más interesante es cuando son disparadores para la propia creación.
- ¿Por qué elegiste a tus invitados?
- Por muchas razones, principalmente porque representan el sonido que buscamos para este repertorio. Todos son grandes músicos, maestros en su instrumento, y por último y no menos importante, grandes amigos. No quiero dejar de mencionar que se suma a este proyecto familiar mi hermana Vicky y un tío de los chicos, Damián.
- ¿Qué está pasando en el jazz tucumano?
- Creo que el jazz tucumano experimenta vaivenes por épocas, y en este momento está teniendo un resurgimiento que se vio reflejado en el éxito del último festival del género en la provincia (organizado por el Ente Cultural). Depende mucho también de los músicos de jazz, de no perder la capacidad de renovarnos, ganar escenarios y nuevos públicos. Creo que en el público local hay mucha expectativa por escuchar música diferente.
- ¿Hay alguna búsqueda en particular que te atraiga?
- Sí, definitivamente me interesa una música que me represente desde los colores de nuestra tierra y cultura. Busco una sonoridad atravesada por todas esas influencias, en ese sentido no me considero un músico de jazz tradicional. Sigo en mi búsqueda que se refleja en parte en este repertorio y que inevitablemente expresa nuestra pertenencia a la cultura latinoamericana.
- ¿El jazz norteño encontró una identidad propia o mira a otros territorios?
- Está todavía en proceso de construir su identidad, nuestra provincia tiene grandes músicos, se ha logrado mucho en mi opinión, pero todavía falta para constituirnos como movimiento y para empezar a revalorizarnos y a reconocernos desde nuestro lugar de origen. Tenemos que empezar a tocar nuestra música, a darle valor a nuestras creaciones y a empezar a trabajar más unidos, porque falta mucho todavía por hacer pero tengo muchas esperanzas.