Consolidarse en un club y ser figura, es uno de los retos más difíciles que tienen los deportistas en la actualidad. María de la Paz Corbalán consiguió esos objetivos con la camiseta de Boca, pero la falta de estabilidad económica y la poca visibilización del vóley en la rama femenina, la llevaron a probar suerte lejos de su país, más específicamente en España.
En Lugo, ciudad situada al noroeste de Galicia, “Chuchi” asegura que por fin puede vivir de lo que ama y lo disfruta en cada partido de Arenal Emevé, cuyas siglas significan “El Mejor Equipo de Voleibol de España”.
“Aquí se vive muy tranquilo. Alcanza para comprar de todo y también para ahorrar, algo que por ahí no podíamos hacer en Argentina. En nuestro país, el vóley masculino sí da la posibilidad de vivir del deporte, mientras que el femenino no. Ojalá que eso pueda cambiarse”, dijo la opuesta tucumana de 25 años. “Lo único que diferencia a España de Argentina es que la jugadora puede vivir del deporte. En nuestro país se necesita trabajar o estudiar de manera paralela. Después, la liga es muy buena, desde el primer equipo hasta el último todos son competitivos”, analizó.
Nacida en una familia de deportistas, Corbalán empezó a dar sus primeros pasos con el vóley a los seis años con Fundarte. Sin embargo, en el medio probó suerte con el hockey. “Mis dos papás jugaban al vóley y se conocieron a través del deporte. Ese fue uno de los motivos por el que empecé a jugar, pero antes hacía hockey en Tucumán Rugby. Lo había elegido más que nada porque mi abuelo era socio fundador del club. Jugué dos meses nada más; estaba muy enamorada del vóley por lo que volví”, recordó.
De Fundarte pegó el salto a Jujuy, en donde defendió la camiseta de la Sociedad Española. Sólo le bastó medio año en el club de la provincia vecina para que se comunicaran con su representante y le propusieran viajar a Buenos Aires para ser parte de Banco Provincia de La Plata. Sus buenas actuaciones en el club de City Bell, le abrieron las puertas de Boca, según Corbalán, su lugar en el mundo.
“Hoy tomé otro camino, pero es el lugar al que siempre quiero volver. Estoy hace cuatro meses afuera y no hay un día en que no quiera estar en ese club. Fueron seis años intensos, en los que me mantuve como suplente porque jugaba con las mejores jugadoras del país. Luego de a poquito fui ganándome un lugar”, expresó. “Cuesta pasar de un club no tan conocido a uno grande. Según mi punto de vista, Boca es de los más grandes del país. Imaginate que estuve atenta a las Elecciones en el club y esperaba que ganara Juan Román Riquelme, porque con esta dirigencia nosotras hemos estado mejor que nunca. Tuvimos mucho apoyo”, advirtió.
Corbalán sabe que en algún momento volverá a su país e imagina cómo puede darse ese regreso. “Si vuelvo, mi lugar siempre va a ser Boca. Eso sí, no descarto la posibilidad de jugar una liga en Tucumán”, explicó antes de comentar que la Selección también tiene un lugar en su corazón. “La primera vez que me llamaron, tenía 15 años y lo recuerdo como si hubiese sido ayer. Creo que todo deportista sueña con ponerse la celeste y blanca. En ese momento estaba en Tucumán y mi entrenador me comunicó que había llegado la citación al club. Concentré dos años, tuve una pausa en el medio y me volvieron a llamar. Era consciente de que si me esforzaba en lograr todo lo que quería con el club, a la larga iba a llegar de nuevo la citación”, explicó.
Disfrutando de los minutos en cancha y de las amistades que encontró en Galicia, Corbalán analizó cómo ven los españoles a los argentinos, una relación que se fortaleció gracias al Mundial que ganaron Lionel Messi y compañía. “Cuando hablo con mis compañeras, los argentinos no recibimos críticas. Nada. Acá reconocen lo pasionales que somos. El hecho de haber salido campeones del Mundo en fútbol, despertó un interés en conocer el país. Todo el tiempo están hablando de eso”, concluyó “Chuchi”, esa que tiene el corazón dividido entre España y Boca.