Las tres obras de desarrollo de la matriz energética para Tucumán hasta el 2030, anunciadas en septiembre pasado, quedarían suspendidas en virtud de la emergencia económica del país. “El Estado nacional no va a licitar más obra pública nueva y va a cancelar las licitaciones cuyo desarrollo aún no haya comenzado, ya que el Estado no tiene plata ni financiamiento para llevarlas a cabo”, dijo el ministro de Economía nacional en su mensaje.
El gigantesco apagón del domingo -que siguió a otro corte de energía intenso el martes- trajo la falta de inversiones en el sistema de generación y de transporte a la mesa de debate. “Lo que sucedió fue una situación compleja y muy grave. Ante un incremento de la demanda, por el aumento de la temperatura, lo que primero falla es la línea de alta tensión que viene de Malvinas-Almafuerte y Recreo. Eso produce la caída de Tucumán, Salta, Catamarca y Jujuy”, dijo el secretario de Energía de la Provincia.
“En el norte argentino no hubo inversiones importantes en los últimos años- agregó-. Todas las que se hicieron fueron a cargo del Gobierno de Tucumán, usando dinero del Fondo Federal de Energía. El problema que tenemos en el NOA es que cuando se producen los excesos de consumo las regiones más débiles son las que fallan”.
Precisamente, las tres obras anunciadas en septiembre en la Primera Cumbre de Innovación & Transiciones Energéticas, se presumía que se apuntaba a inversiones importantes: la ampliación de la Estación Transformadora Lules, la Línea de Media tensión en 33 kv entre Trancas y Benjamín Paz, que abastecerá al penal de Benjamín Paz; y el Plan Federal III - El Bracho - Villa Quinteros, esta última considerada sustancial. De los anuncios del ministro de Economía quedó prácticamente entendido que las de Lules y de Trancas quedarán en suspenso y la de El Bracho-Villa Quinteros está en duda. Se supone que los trabajos van a demorar dos años. Con esa línea de transporte de energía, de 54 kilómetros, que reemplaza la ya existente que tiene más de 60 años, se refuerza la entrega de energía prácticamente a todo el sur provincial.
El NOA ha tenido una evolución dispar en las inversiones, producto de las asimetrías en la organización de planes de desarrollo energético. En 2006 Tucumán tenía la estación de El Bracho, de la cual se transporta energía hasta fuera de la provincia. Hoy Santiago del Estero tiene dos estaciones como la de El Bracho. En 2006 Tucumán ya tenía el proyecto de la estación de El Espinillo, en el este de la provincia, pero todavía no se ha definido presupuesto para ella. Esta estación permitiría aliviar todo el Norte tucumano, que depende del transporte que recibe desde Güemes y Metán, en Salta. También en ese momento se recomendaba hacer la obra El Bracho-Villa Quinteros pero por razones que se desconocen se demoró casi dos décadas el inicio de los trabajos. En estas dos décadas, por cierto, la demanda se ha triplicado y continuará aumentando, según se estima. Eso significa que hace falta un programa de inversión a futuro para ampliar la capacidad para cualquier tipo de consumo, tanto domiciliario como de desarrollo empresario.
El sistema de transporte está interconectado y funciona de manera solidaria. Cuando hay una línea que dale de servicio asiste otra. En esta época con demanda alta el sistema funciona con nivel de estrés importante y no hay demasiado margen para fallas, como ha quedado expuesto esta semana que pasó.
No está claro si en el Gobierno nacional se contempla que estas obras de enorme costo se realicen con el sector privado o sigan siendo parte del programa energético federal. Sí se entiende que la solución para esta crisis que atravesamos, con problemas que se repiten -recordemos que en marzo hubo también un gigantesco apagón- pasa por el robustecimiento del sistema de transporte de energía. Es un desafío para el futuro y la Provincia y el NOA deben plantearlo.