BRASILIA, Brasil.- El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, promulgó una ley que establece que, por primera vez se cobrará impuestos a las inversiones en fondos personalizados y las empresas offshore, con la cual el Gobierno pretende recaudar el equivalente a 6.000 millones de dólares hasta 2025.
La sanción de la ley fue publicada en el Diario Oficial de la Unión y fue producto de una negociación en el Congreso, donde los partidos de centroderecha, zona conocida como el “Centrao” bajó las expectativas de recaudación pero habilitó una inédita tributación impositiva que permite al ministro de Economía, Fernando Haddad, evitar un ajuste en las cuentas públicas.
El texto cambia una serie de leyes, entre ellas el Código Civil, para poder aumentar las tasas que se cobran sobre fondos exclusivos, como son conocidos los fondos de inversión personalizados para personas de altos ingresos, y sobre las aplicaciones financieras en offshores.
Anteriormente, la tributación se producía cuando el beneficio obtenido de inversiones en el exterior se transfería a personas físicas en Brasil pero no si se mantenían fuera del país, explica el diario “Tiempo Argentino”.
Con la nueva ley, la tributación se realizará una vez al año, el 31 de diciembre, y será del 15%.
Los contribuyentes individuales tendrán que declarar por separado los ingresos del capital invertido en el extranjero, ya sean inversiones financieras, ganancias o dividendos de entidades controladas. Según la nueva ley, estos fondos se gravarán dos veces al año, cada seis meses.
De acuerdo con cálculos del Congreso, hay 2.500 brasileños con recursos en los fondos exclusivos, que requieren como mínimo una inversión de 2 millones para ingresar.
El Congreso y el Gobierno acordaron que los que declaren sus ingresos en fondos de inversión exclusivos -que figuran en nombre de una sola persona física- hasta el 31 de diciembre tendrán el beneficio de pagar con una tasa del 8%, y no del 15%.
Además, Lula reinicó ayer su cruzada por lo que llama “igualdad financiera” pidió a las instituciones internacionales -cuando su país inicia la presidencia del Grupo de los 20- que reduzcan los recargos y aumenten la eficiencia en una iniciativa que continúa con el objetivo de reformar la gobernanza global.
“Queremos alentar a las instituciones financieras internacionales a reducir los recargos, aumentar el volumen de recursos concesionales y crear fórmulas para reducir los riesgos”, dijo Lula en Brasilia, donde pronunció su primer discurso como líder del G20 ante una reunión de los funcionarios económicos del grupo. “Quienes más necesitan son los que menos reciben, lo que exacerba las desigualdades entre países”.