El final del programa Precios Justos dio inicio a los precios liberados de los productos de la canasta básica de alimentos que pregona el gobierno libertario de Javier Milei. En todos los casos los mayoristas reiteraron cambios esta semana justificando que se trata de “aumentos preventivos”, aunque la gente los traduce como “especulativos” y coinciden con los almaceneros en que no hay parámetro económico alguno que incida en esa medida para justificar tan elevadas remarcaciones.
Al respecto, Fernando Savore, presidente de la Federación de Almaceneros y Supermercados, confirmó ayer que además de las subas de la semana pasada, los proveedores mayoristas volvieron a incrementar los precios.
“Luego del final del programa Precios Justos, la carne llegó a aumentos de más de 30% en el mostrador, de manera que hay cortes que ya superan los $ 7.000 el kilogramo”, resaltó.
El empresario precisó que el ganado en pie cuesta $1.080 el kg, y que eso significa que “un kilo de asado hay que venderlo a $4.500 o $5.000 en la carnicería”. “Del viernes pasado al lunes prácticamente los precios se mantuvieron, pero hoy (por ayer) subieron los precios mayoristas. Por ejemplo, un puré de papas instantáneo que yo vendía a $690 me cuesta hoy $1.100 de costo”, advirtió.
Y se mostró intranquilo por la situación. “No sé cuál es el precio al que tengo que vender, nadie me va a comprar nada a esos precios; vamos a terminar vendiendo la marca más barata y la única que tengamos”, sentenció.
A la coincidencia con Savore, el propietario de una ferretería industrial del centro tucumano agregó que complica más la escasez de artículos que “dicen que faltan”, el costo en dólares y la exigencia de los proveedores del pago “cash” a pesar de tanto años de intercambio comercial.
También se identifica con otra afirmación del presidente de los almaceneros: “hay colegas que han cerrado sus negocios porque tienen miedo de no poder reponer la mercadería; los gastos operativos de un comercio llegan a sumar el 17% y hasta 19%”, señaló. Y admitió que algunos especulan: “hay muchos que han hecho una diferencia importante guardando la mercadería”.
En la capital cordobesa, desde ayer algunas carnicerías recibieron listas de precios con fuertes aumentos que alcanzan el 34%. Algunos cortes como el lomo superan los $7.000 el kilo, o el peceto, que ahora cuesta $ 6.990. El lomo en Dean Funes subió hasta $ 8.000.
En tanto, en medio de la escalada generalizada de precios, YPF realizó el primer aumento de diciembre en los combustibles. La petrolera controlada por el Estado argentino aplicó el viernes pasado una suba del 25% promedio en sus combustibles, muy por encima de la que habían definido las compañías Shell, Axion y Puma, que rondó el 15%.
Pronósticos
Respecto de la proyección para el corto plazo, el economista Santiago Bulat advirtió que si bien el Presidente afirmó que el ajuste impactará en la clase política, también llegará a la población. También dijo que 2024 será un año con más inflación respecto de 2023. “La inflación va a tardar en bajar, pero el tema es cuándo será el momento de mayor impacto. El 2024 será un año de elevada inflación y a lo que Milei apuesta es que el índice de 2025 esté por debajo del de este año”. “Le será difícil hacer los ajustes que quiere. No creo que la dolarización sea su prioridad en este momento, capaz lo será más adelante. Lo mismo ocurre con el Banco Central”, vaticinó.
Por su lado, el economista Orlando Ferreres analizó las medidas del ministro de Economía, Luis Caputo, y destacó que habrá más inflación en los próximos meses pero aclaró que ese “es el precio que hay que pagar para tener una economía más tranquila”.
Caída del consumo
En este escenario, un informe del Instituto de Estudios de Consumo Masivo (Indecom) reveló que los precios de los alimentos y bebidas que componen la canasta navideña registran un aumento de hasta 230% interanual. Por este motivo, se proyecta que en Navidad y Año Nuevo el nivel de consumo sea el más bajo de los últimos 20 años.
En todas las áreas de venta, tanto de alimentos como obsequios, proyectan una caída en las ventas de un 36,6% promedio.
Esta cifra es apenas un 3,8% menor del 40,4% que se registró en 2020, en la pandemia por el Covid-19, pero un 1% arriba de la caída del 35,6% de 2001, en medio del estallido social que terminó con el Gobierno de Fernando De la Rúa. La caída se debe a un “imparable proceso inflacionario, la devaluación y la pérdida de poder adquisitivo”, afirman.