Con la llegada del verano, muchos argentinos están listos para desafiar la incertidumbre económica y plantar bandera en las paradisíacas playas de Florianópolis.
Este destino, ubicado en el sur de Brasil, hace mucho tiempo es refugio para los turistas argentinos. Incluso con la preocupación por el valor del dólar y los costos más altos, la llamada "Isla de la Magia" sigue atrayendo a los visitantes de nuestro país, muchos de los cuales optan por llegar en automóvil, aprovechando la accesibilidad de este destino brasileño.
¿Cuáles son los precios en la playas de Florianópolis?
Al descender a las doradas arenas de Floripa, los visitantes deben considerar los costos de disfrutar del sol y el mar.
El alquiler de una sombrilla por día puede ascender a 40 reales (aproximadamente $7.700).
Mientras tanto, un jugo natural en un parador playero ronda los 15 reales ($2.900), una cerveza de 350 ml se encuentra en torno a los 10 reales ($1.920), y una tradicional caipirinha no baja de 22 reales ($4.220).
Gastronomía nocturna en Florianópolis
La romántica zona de Santo Antonio de Lisboa, impregnada de historia, se convierte en el escenario perfecto para las noches en Florianópolis.
Sin embargo, los precios elevados son una característica de esta zona. Un menú de ostras al natural puede costar 34 reales (aproximadamente $6.528) por 6 unidades, mientras que en restaurantes más populares, se pueden conseguir 12 unidades por unos 45 reales (aproximadamente $8.650).
Cuánto cuesta salir a a comer en Florianópolis
Salir a comer en Florianópolis implica enfrentarse a precios que, en promedio, son un 30-40% más altos que en Argentina.
Un combo en una cadena internacional de comida rápida, que en Tucumán cuesta $5.800, se traduce en 41 reales en Floripa, equivalentes a aproximadamente $7.800, un 34.4% más.
Otras opciones, como una pizza grande, puede alcanzar los 60 reales (aproximadamente $11.520), y una cena en un restaurante de nivel medio, bebida incluida, no baja de 70 reales (aproximadamente $13.500) por persona.
Florianópolis se mantiene como un destino deseado, donde la economía y los placeres se entrelazan en una experiencia única para los veraneantes argentinos.