Desde hace tiempo soplan vientos de cambio en el rugby argentino. La desaparición del Campeonato Argentino, la salida del Súper Rugby tras la pandemia, la apuesta por el rugby profesional en el continente a través del Súper Rugby Américas y el éxodo de jugadores a otras disciplinas o a ligas del exterior son algunos de los sucesos que reflejan esa metamorfosis, y a ellos se sumará en 2024 un calendario nacional que le restará fechas a la competencia regional para devolvérselas a la provincial, como era hasta 1998.
Y así también ha cambiado la mirada de Marcelo Corbalán Costilla en este año y medio que pasó desde que dejó la presidencia de la URT para convertirse en vicepresidente segundo de la UAR. Él mismo reconoce que estar “del otro lado” le permitió tener un panorama más completo y entender el por qué de algunas decisiones de la entidad madre del rugby argentino sobre el pasado reciente y sobre lo que vendrá. “Lo que puedo ver hoy es que el rugby es uno solo. Siempre hubo una dicotomía Interior vs. URBA que no debería existir. Y así también existe la de Uniones grandes vs. Uniones chicas y medianas. Y así siempre tendremos pensamientos distintos cuando deberíamos ir todos en la misma dirección”, considera.
En 2024, el Regional -que este año tuvo 20 fechas- se reducirá a 11 para darle espacio a la competencia de cada provincia, de tal suerte que Tucumán volverá a tener un torneo propio, que será clasificatorio para el Regional. Salta y Santiago, por su parte, se unirán para jugar la Liga Norte Grande, también clasificatoria. “Eso no se decidió de un día para otro”, aclara Corbalán Costilla. “No es sólo por una cuestión de costos, hubo un análisis previo. En su momento, se establecieron los Regionales para ayudar a aquellas provincias que no tenían buena competencia. Sin embargo, en estos 20 años que pasaron, lo que observamos es que las Uniones grandes, como Tucumán, han seguido desarrollando clubes, mientras que las otras se han estancado. Y me parece que para que una Unión crezca debe apuntar al rugby del interior, al Desarrollo. Por ejemplo, creo que Santiago podría enfocarse en trabajar en lugares como Beltrán, Fernández, Añatuya o Bandera. Para eso se cambió hacia un calendario con más espacio para el rugby local. Obviamente, a nadie le gusta salir de la zona de confort. Cambiar es difícil, pero hay que intentarlo”, explica.
- ¿Cuál es el panorama pospandémico? ¿Hubo una reactivación, un estancamiento o un retroceso?
- En líneas generales, de los clubes que estaban formalmente constituidos antes de la pandemia, no desapareció ninguno. Siguen siendo 542 en todo el país, de los cuales 93 pertenecen a la URBA. Sí desaparecieron muchos de esos focos de rugby informal que se daban en plazas o espacios públicos de los pueblos y ciudades, lo que se denomina rugby emergente.
- ¿Y el rugby femenino?
- Ahí se da una situación particular. Donde más predicamento tiene en el rugby femenino es en los clubes del interior, los de Desarrollo, y esos son los que más han sufrido los efectos de la pandemia en términos de fichaje. Además, hay muchas chicas que juegan de manera esporádica, entonces no se inscriben. Y así tenés clubes que compiten todo el año con 10 jugadoras fichadas. ¿Qué hacemos? ¿Lo castigamos y le desarmamos la competencia? No, lo que hay que tratar es de que esas jugadoras se metan dentro del sistema en lugar de excluirlas.
- ¿Qué pensás de la crítica sobre que la UAR se preocupa más por su estructura profesional que por los clubes?
- Creo que no se ajusta a la realidad. Hay una frase muy repetida que dice “la UAR cada vez más rica, los clubes cada vez más pobres”. Te puedo asegurar que no es así. La UAR, como cualquier unión provincial o como cualquier club, tiene que generar sus propios recursos para funcionar. ¿De dónde genera la UAR los suyos? Principalmente, de Los Pumas. De cómo jueguen y cómo se rankeen. No es lo mismo estar entre los mejores 10 del mundo que ser Tier 2. El interés de los sponsors es distinto. El amistoso que van a jugar en 2025 con los British & Irish Lions es un claro ejemplo: si Los Pumas no fuesen un seleccionado top, esa invitación no existiría. Aclarado eso, la UAR trata de funcionar de manera ordenada como si fuera una empresa, no gastando más de lo que ingresa. Por ahí existe la sensación de que la UAR se enfoca demasiado en Los Pumas, pero es que a partir de ahí se genera la mayoría de los recursos. Y en base a eso se proyecta todos los torneos que la UAR está en condiciones de solventar: Seven de la República, Torneo del Interior, Regionales, Nacional de Clubes, Argentino Juvenil, etcétera. Por otro lado, la UAR apoya a las Uniones no a través del dinero sino de la capacitación. Sí es cierto que se dan asignaciones económicas por cumplimiento de metas: por cantidad de fichajes, por cantidad de árbitros, por completar capacitaciones, etcétera. O sea, el apoyo de la UAR a las Uniones sí está, pero no es principalmente económica, sino con capacitaciones.
- ¿Cómo está la cuestión del éxodo de jugadores al exterior?
- Nos preocupa. Con el sistema UAR y el Súper Rugby Américas podremos retener a unos cuantos, pero hay muchos otros que no entran ahí y se van. Hoy es muy fácil armar un video y mandarlo a Europa para tener una experiencia rentada allá. Eso sí, ninguno va a volver millonario, te aclaro, pero sí es cierto que la situación económica de Argentina tampoco ayuda a persuadirlos de que se queden. Por eso, una de las cosas que nos vendría bien es que el país mejore, cosa que no depende de nosotros. También es trabajo de las Uniones armar campeonatos atractivos para los jugadores.
- Y a eso se le suma la migración hacia otras disciplinas y fenómenos como el torneo de fútbol de Las Cañas...
- Hay amigos que me dicen: “fijate en Las Cañas. Hagan algo parecido en el rugby”. Por empezar: el fútbol es pasión de multitudes, es algo que los argentinos llevamos en el ADN. No podemos competir, tenemos que buscar ser fuertes en lo nuestro. Además, Las Cañas es más relajado en términos de preparación física. El rugby te exige mucho más en ese sentido, porque si no estás bien preparado, corrés riesgo de golpearte o sufrir una lesión importante. Y bueno, las cosas son así, van cambiando. Seleccionados provinciales de otros países, como Queensland o New South Wales, se transformaron en otra cosa. Todo lo desconocido genera temor y rechazo. A nadie le gusta salir de la zona de confort, pero hay que adaptarse a la realidad en lugar de resistirla.
- Dice Daniel Hourcade que la idea es seguir ampliando el Super Rugby Américas con más franquicias. En esa expansión, ¿podría haber más franquicias argentinas?
- Mínimo dos más. Yo lo veo factible. Además, la UAR cree que el futuro está ahí, que por ahí es el camino.
- No perdés la ilusión de que Tucumán o el NOA tengan una franquicia...
- Y es que vamos en esa dirección. ¿Por qué hoy la segunda franquicia argentina la tiene Córdoba y no Tucumán? Porque tienen recursos más fuertes que nosotros. El gobierno también puso mucha plata, no son solo capitales privados. No es un modelo raro. De la plata que se destina al deporte en Tucumán, creo que también se debería destinar algo para el rugby.
¿Y qué pasa con el Argentino?
Durante su presidencia en la URT, Corbalán Costilla reclamó a la UAR por la vuelta del Campeonato Argentino. Hoy, desde la entidad madre, admite entender las razones por las que el torneo de uniones sigue en un estado de suspensión profunda hasta nuevo aviso. “Hay varias cuestiones por las que no se juega. Una es el calendario: el año tiene 52 semanas, a las que les tenés que restar 12 de diciembre, enero y febrero. Te quedan 40. A esos restale los feriados y descansos y te quedan poco más de 30. En ese período tenemos que encajar torneos provinciales, regionales y nacionales. Para meter el Argentino hay que suprimir o recortar los otros. Y así como hay Uniones que quieren jugarlo, por caso Tucumán, hay muchas otras a las que no les interesa tanto. Les importa más la competencia de sus clubes y no van a querer que se le saque semanas a eso”, explica el de Universitario. “Otra variable: en su momento, el Argentino se jugaba a principios de año. Y como coincidía con la Vodacom Cup y los Pampas se llevaban muchos jugadores tucumanos, la dirigencia de acá pidió que se jugara a fin de año para tener chances de pelear el campeonato. El tema es que a fin de año llegaban todos agotados, y el torneo perdía jerarquía”, agrega.
Entonces, ¿hay que olvidarse del Argentino para siempre? “Tal vez pueda volver, pero no de la misma forma. Incluso aunque encontraras un lugar en el calendario para meterlo, hay provincias a las que les cuesta juntar a los jugadores para sus seleccionados. Lo que puede ocurrir es que haya torneos de seleccionados regionales. O sea, que en el NOA haya un equipo con jugadores de toda la región. Por supuesto, no faltará el que rechace la idea de un seleccionado que no sea la Naranja, o que sea solo con jugadores tucumanos, pero bueno, hay que adaptarse”.