No hubo dirigente tucumano de Juntos por el Cambio (JxC) que no advirtiera que el sector colapsaría si se perdían las elecciones nacionales. La coalición nacional pasó en este último año de tener todas las chances de pelear por el poder central a ni siquiera participar del balotaje. No sólo eso, sino que irrumpió La Libertad Avanza (LLA), una alternativa opositora al peronismo gobernante que, sin una estructura territorial tradicional, arrasó y se quedó con la bandera del cambio y con la Casa Rosada. La interna feroz entre Patricia Bullrich y Horacio Rodriguez Larreta dilapidó las chances de Juntos en el plano federal y comprometió a las versiones distritales.
En Tucumán, después de su pico en las elecciones de 2015, el espacio mayoritario de la oposición había tenido múltiples altibajos. La contienda de 2019, para el caso, había sido para el olvido. En los años que siguieron, la cohesión fue sumamente endeble y los acuerdos, netamente electorales y transitorios. Los resultados de los comicios provinciales de junio fueron magros. La fórmula gubernamental Roberto Sánchez (UCR)-Germán Alfaro (PJS) fue armada con fórceps y tarde. La campaña fue rara y poco orgánica. Los resultados estuvieron muy lejos de los esperados, salvo por algunos casos legislativos y municipales específicos. Pero no fueron los últimos golpes: las contiendas nacionales, marcadas por las internas de Buenos Aires, dejaron al borde de la extinción a la versión local.
Círculos pequeños
Sobran los dedos de las manos para contar las reuniones durante este 2023 de la mesa política, con los partidos socios mayoritarios y minoritarios. La mayoría de las decisiones se tomaron en círculos muy pequeños de las líneas más numerosas y con una fuerte injerencia de la dirigencia de Buenos Aires. En la cocina de las negociaciones estuvieron principalmente la UCR, el partido medular de JxC Tucumán, y el PJS, la fuerza provincial que gobernaba la Capital y cuyo aliado principal era Rodríguez Larreta. El PRO, en un segundo escalón, también tuvo algo de implicación, por sus referentes nacionales.
JxC ya no existe. O al menos, la versión que se conocía hasta el momento. Hay quienes repiten por estas tierras que murió el día que Bullrich y Mauricio Macri apoyaron a Milei, de manera “inconsulta” y “apresurada”, según consideran. Y creen que los condicionan habiéndose sumado al Ejecutivo, más allá de que sean incorporaciones a título personal.
El asunto ahora es bastante vidrioso. Bullrich y Macri avanzaron con Milei, pero luego se distanciaron entre sí. Macri considera que no es pertinente cogobernar. Rodríguez Larreta y Gerardo Morales se expresaron como opositores a la gestión que comienza. Elisa Carrió (CC) fue la primera en dar el portazo y en determinar el fin de JxC.
Los miembros de los partidos que lo integraron esperan con expectativa cómo se planteará el próximo escenario político desde hoy, con la asunción del nuevo Presidente, Javier Milei. Esta semana, el movimiento en el Congreso durante la asunción de los nuevos diputados y senadores se siguió con atención, porque aporta pistas de cómo podría plantearse el panorama.
En principio, la UCR y el PRO integraron bloques separados y no se confirmó la existencia de un interbloque de JxC. En ambos partidos consideran que es un logro, porque hasta último momento se preveían fracturas.
Sí hubo un desgaje en Diputados, donde una decena de referentes armaron un bloque llamado Cambio Federal, que estará conducido por Miguel Ángel Picheto. Entre los miembros están Margarita Stolbizer, Nicolás Massot y Ricardo López Murphy.
En la Cámara Baja por el entonces JxC fueron electos 94 miembros y en la Alta, 21 ¿Qué pasó con los senadores y diputados tucumanos del ex Cambiemos? Los diputados Mariano Campero y Roberto Sánchez están en el bloque radical que preside el cordobés Rodrigo de Loredo. Mientras que la representante de CREO, Paula Omodeo, continuará con su propio monobloque. Sí pretendería trabajar en interbloque con algunos fragmentos de JxC que acompañarán las medidas del Gobierno sin sumarse a LLA. Entre ellos estarían sectores de PRO y referentes como José Luis Espert y Álvaro Martínez, entre otros.
En Tucumán
En el Senado, la única tucumana del espacio es Beatriz Ávila, del PJS. Se mantendrá en el lugar en el que estaba, un interbloque que se llamará Frente PRO y que estará presidido por Luis Juez. Esta integración ratifica el acuerdo de Alfaro con Macri.
Los más interesados en que no haya más dispersión son los gobernadores consagrados por el espacio (cinco radicales, tres del PRO y dos del peronismo disidente). A la hora de negociar recursos y apoyo parlamentario con Milei, no tendrá la misma fuerza ofrecer bloques numerosos que unas cuantas bancas.
En el ámbito local también está desarticulado JxC. Las piezas principales no tienen diálogo desde hace meses, por las diferencias que tuvieron.
El radicalismo, parte medular, atraviesa un proceso de reconstrucción y fortalecimiento nacional. El partido pretende tomar la centralidad del nuevo armado que surja de los escombros de JxC. Así como en el ámbito nacional se apoyarán en los gobernadores y parlamentarios, en el local se buscará el protagonismo de los tres intendentes (Pablo Macchiarola, Alejandro Molinuevo y Paula Quiles), de los diputados y de los seis legisladores (José Cano, Silvia Elías, José Seleme, Agustín Romano Norri, Raquel Nievas y Manuel Courel).
El viernes se elegirán a las autoridades partidarias nacionales. Contaría con la mayoría de los avales Martín Lousteau, en acuerdo con Morales, para reemplazarlo en la presidencia. Hay una chance, sin embargo, de que también el gobernador de Corrientes, Gustavo Valdés, puje por ese cargo. A principios del año que viene también habrá elecciones en la Catamarca 851. Sánchez tendría la intención de continuar.
Hay una particularidad que también tienen en cuenta varios de los correligionarios: Campero fue el candidato de Bullrich a la diputación y mantiene excelente relación con la futura ministra de Seguridad.
¿En qué podría influir? En que, por ejemplo, Campero impulse que en el distrito pueda llegar a sumarse LLA a una eventual construcción provincial, en oposición al Gobierno justicialista.
El PJS, en tanto, no tiene intenciones de volver a asociarse con el radicalismo. Nunca confiaron una fuerza en la otra y terminaron confrontando en las PASO. La línea alfarista del partido quiere fortalecerse como una opción provincial dentro de la oposición. Reiteran que la alianza con el gobernador Osvaldo Jaldo, que le permitió lugares en las mesas de conducción del Concejo y la Legislatura, es netamente institucional. El radicalismo y algunos díscolos ponen en duda esa situación.
En las cercanías de Alfaro aclararon la confusión en relación a su posicionamiento sobre LLA. Explicaron que Alfaro no celebró esa noche del balotaje el triunfo de Milei, sino más bien la retirada de UxP. Apuestan, además, a su incipiente alianza con Macri. La carta más valiosa de los capitalinos es la senadora Ávila. En el plano local, lo son sus cinco legisladores (Claudio Viña, Rolando Alfaro, Walter Berarducci, Rodolfo Ocaranza y Alfredo Toscano).
En el PRO local consideran que es demasiado temprano medir el impacto de la dispersión y de la división nacional de su fuerza. No habrían habido conversaciones formales sobre los alineamientos locales. Cuenta con un legislador (José Macome) y con varios concejales. El partido tiene pendiente su regularización institucional y podría normalizarse a principios del 2024. Hay un grupo de dirigentes trabajando en este tema. Podrían intentar evitar internas. Prevén, por otro lado, que la oposición se transformará y que su configuración no será como hasta el momento.
En la Coalición Cívica tucumana también siguen cada detalle de la foto nacional. El partido se mostró firme para seguir en la oposición local y a evaluar cada paso del Gobierno nacional. Esperan que lo que siga en Tucumán sea una etapa de mayor diálogo y participación real de todos los componentes de la disidencia local.
JxC en Tucumán no existe más y los referentes tucumanos que lo integraron piensan ya en la reconfiguración. Hay quienes arriesgan que habrá varios espacios que derivarán de las cenizas y otros, que podrá trabajarse en una propuesta común, amplia. El paso del tiempo y del Gobierno de Milei marcarán también el rumbo de la oposición tucumana.