09 Diciembre 2023
Este año, la campaña de grano invernal tomó un rumbo inesperado, apartándose de las condiciones normales. El verano se caracterizó por una sequedad extrema, afectando severamente los cultivos estivales y resultando en la pérdida de muchos lotes.
Contrastando con la aridez del verano, el otoño trajo una peculiaridad: abundancia de agua desde marzo-abril, momento en el que el trigo define su comportamiento dependiendo del agua acumulada en los suelos. “Esta alta disponibilidad de agua crea condiciones propicias para el desarrollo exitoso de los cultivos de invierno -en especial, del trigo-, en regiones donde anteriormente se creía que no sería posible debido a la escasez hídrica del verano”, dijo Daniel Gamboa, coordinador del proyecto Trigo y Maíz de la Estación Experimental Agroindustrial Obispo Colombres (Eeaoc).
“A pesar de disponer de muy buenas reservas de agua, la campaña de trigo no estuvo exenta de contratiempos. La presencia de enfermedades, particularmente la roya amarilla y anaranjada, representan un desafío para esta campaña. Las condiciones climáticas propicias para estas royas, combinadas con una mayor cantidad de horas de hoja mojada (condición decisiva), llevaron a los productores a aplicar tratamientos de fungicidas para proteger los cultivos”, añadió.
Dijo que las temperaturas inusualmente altas durante el invierno presentaron un desafío adicional para el trigo, que generalmente requiere días frescos para su desarrollo óptimo. La escasez de días fríos influyó en el proceso de crecimiento, generando un escenario difícil para el cultivo.
“Las lluvias tempranas favorecieron la siembra temprana y el crecimiento inicial del trigo. Sin embargo, las temperaturas elevadas contrarrestaron parcialmente estos beneficios, creando un equilibrio delicado entre las condiciones favorables y los desafíos climáticos según el ambiente”, precisó.
Gamboa destacó que la última fase no estuvo exenta de inconvenientes. Explicó que las lluvias intensas en octubre -de hasta 90 milímetros en cinco días en algunas zonas de la provincia- provocaron inconvenientes y afectaron la calidad del grano. Este fenómeno afectó el proceso de maduración, propiciando el brote del grano de trigo en algunas áreas, generando una variabilidad en los resultados finales.
“La campaña se presenta con una variabilidad marcada en los rendimientos, con algunas áreas experimentando un desarrollo de cultivos excepcional y otras enfrentando dificultades. Este contraste en los resultados refleja la complejidad de las condiciones meteorológicas y destaca la adaptabilidad necesaria por parte de los productores en este año agrícola atípico”, recalcó.
Siembra de verano
Con la inminente llegada de la temporada de siembra de verano, los productores se encuentran evaluando las condiciones climáticas y planificando estrategias para maximizar los rendimientos. “A pesar de la falta de datos precisos sobre la carga de agua, la sensación general entre los productores es de optimismo. Se percibe un clima más fresco en comparación con el año anterior, con temperaturas que no alcanzan los niveles extremos experimentados previamente. La llegada de algunas lluvias, aunque irregular en diferentes regiones, ha generado una mayor tranquilidad entre los productores”, señaló Gamboa.
Y compartió recomendaciones para el inicio de la siembra:
1. Foco en la semilla y verificación: se aconseja a los productores prestar especial atención a la calidad de la semilla y realizar verificaciones exhaustivas antes de la siembra.
2. Preparación integral del barbecho: se destaca la necesidad de realizar barbechos de alta calidad. La anticipación y la preparación adecuada son clave para evitar complicaciones, ya que la lluvia puede hacer que los barbechos se vuelvan ineficaces si no se realizan en el momento óptimo.
3. Monitoreo y control temprano de plagas: en situaciones donde la realización de barbechos se ve comprometida, se aconseja prestar atención al monitoreo y control temprano de plagas. La vigilancia constante es esencial para evitar pérdidas significativas durante las etapas iniciales del cultivo.
4. Planificación estratégica para la siembra de maíz: La planificación estratégica para la siembra de maíz debe ser considerada con cuidado. La fecha de inicio dependerá de la finalización de la siembra de soja en cada región, pero se espera que muchos opten por sembrar maíz en enero, evitando así las altas temperaturas que afectaron negativamente la cosecha el año pasado.
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