“Estamos con la misma angustia desde que desapareció. Estamos sin saber qué pasó, no nos dan información de nada; nos sentimos como el primer día, cuando se perdió”, le dijo a LA GACETA Milena Herrera, la madre de Ángel Nicolás Molina, el guardiacárcel de 28 años desaparecido hace una semana y a quien vincularían con la identidad del cuerpo encontrado el pasado sábado en un cañaveral de Famaillá.
El miércoles 29 de noviembre, alrededor de las 7.30, Molina salió de la casa en la que vive junto a su pareja, Irina, ubicada sobre la ruta 324 de Famaillá, y no volvió a ser visto con vida. Desde entonces, sus familiares viven un calvario plagado de incertidumbres por no saber si el cuerpo que encontró un vecino del barrio San Francisco es el de Nicolás.
La familia Molina contó que el miércoles a la mañana el joven había salido a caminar temprano, a pesar de que había faltado al trabajo porque estaba descompuesto. Al notar que pasaban las horas y no regresaba, comenzaron a difundir una foto de él con su descripción por redes sociales y estuvieron buscándolo por la zona durante la tarde del miércoles y el jueves a la mañana. “El jueves a la noche, como no volvía, me fui a poner la denuncia en la comisaría de Famaillá, pero no quisieron tomarla porque dijeron que estaban ocupados con un robo”, dijo Milena.
Ante la falta de ayuda, los allegados de Molina recorrieron por su cuenta localidades cercanas y lugares en donde pensaron que podría llegar a estar. “Lo buscamos por la zona del barrio Baviera, que es donde la cámara de seguridad lo capta por última vez. También fuimos por la ruta 323, a Acheral, a Santa Lucía, a Río Colorado y a Simoca. Agotamos todos los recursos para encontrarlo pero no pudimos hacerlo”, manifestó la madre del guardiacárcel.
Fue sólo el viernes 1 de diciembre que la familia del joven pudo dejar acentuada la denuncia por su desaparición. “Un oficial me dijo que no tenían móvil para salir a buscarlo. Me preguntaron si yo tenía algún medio de movilidad y le dije que estaba el auto de él en la casa de la novia. Entonces me mandaron a un agente y fuimos junto a él, mi nuera, mi esposo y mi sobrina a buscarlo”, contó Milena.
El sábado a la tarde, al ver que la búsqueda no arrojaba resultados decidieron cortar la ruta 38, a la altura de Colonia 5, para exigir ayuda. “Decidimos cortarla el sábado a las 14. Recién ahí nos mandaron los perros y más agentes. A la media hora que nosotros comenzamos con los cortes aparecieron siete camionetas de distintas jurisdicciones”, contó Ramón Molina, padre de Nicolás.
Pocas horas después, se enteraron de que un vecino del barrio San Francisco había encontrado un cuerpo en un cañaveral de la zona. “Yo fui como a las 17.30 a buscar leña junto a mi perra a un árbol que está cerca del cañaveral. El viernes ya habíamos sentido un olor a descomposición por esa zona, pero pensamos que capaz era algún animal. Fue mi perra la que sintió el olor, se acercó y empezó a ladrar. Ahí me di cuenta de que había un cuerpo. No me quise acercar mucho, volví a mi casa y le pedí a mi hermano que llame a la policía. Vinieron ellos, la familia del chico al que estaban buscando, la Fiscalía y los peritos”, le contó a LA GACETA el hombre que encontró el cadáver, cuyo nombre prefirió mantener en reserva.
La fiscala Mónica García de Targa, del Centro Judicial de Concepción, fue la encargada de supervisar las pericias realizadas en el lugar y quien lleva a cabo la investigación. La familia del joven desaparecido se mostró molesta por no haber podido identificar el cuerpo. “Dicen que el 80% reúne las características de mi hijo pero no lo saben. En ese momento la Policía no nos dejó pasar ni a mí ni a mi marido cuando encontraron el cuerpo porque el forense que estuvo ese día dijo que no le parecía aconsejable que nosotros viéramos el cuerpo en ese estado de descomposición, pero nunca nos preguntaron”, manifestó Milena.
A raíz de esto y ante la falta de novedades sobre el resultado de la autopsia, los allegados del guardiacárcel continúan cortando la ruta 38, a la altura de Colonia 5 para exigir respuestas. “Todavía no nos dieron los resultados de la autopsia y nos dijeron que el examen de ADN para saber si es él va a demorar de 20 días a un mes. Es algo desesperante; mi hijo no aparece; aparece un cuerpo pero no me dejan saber si es el de él. A él aparentemente lo siguen buscando porque ayer nos pidieron unas prendas de él para que los perros lo olfateen. Tengo toda la esperanza de que el día de mañana me entreguen el ADN y me digan que no es mi hijo y seguir buscándolo”, dijo Milena mientras se le escapaba una lágrima.
Una hipótesis
Nicolás Molina había cumplido el 13 de noviembre 28 años. Según contó su mamá, siempre quiso formar parte de la fuerza policial y lo consiguió hace seis meses. “Intentó varias veces ingresar. Primero como agente pero no pudo lograrlo por cuestiones económicas ya que no pudimos seguir pagándole el curso. Después estuvimos mejor económicamente y pudimos ayudarlo a pagar el curso y todas las cosas que vienen después, solo que como ya no cumplía con la edad para ser agente, entró como guardiacárcel”.
Ante la falta de respuestas, los familiares del joven comenzaron a barajar distintas hipótesis; una de ellas es que podría haber sido víctima de vendedores de droga. “Él cuando iba a trabajar pasaba con su auto por esta zona que está plagada de gente vinculada al narcomenudeo. Quizás lo tenían marcado. Capaz que pensaron que como mi hijo pertenecía a la Policía los andaba vigilando, pero no era así”, dijo Milena. “Él no era una persona problemática, era alguien tranquilo, honesto; si necesitabas algo te ayudaba; todos los que lo conocían sabían la clase de persona que era. Necesitamos saber qué pasó”, dijo su hermana Nerea.
Secuestro
El martes a la noche, a través de una serie de averiguaciones a partir de la denuncia por desaparición, efectivos de la Unidad Regional Oeste realizaron un allanamiento en un domicilio ubicado por la zona en la que se captó el último registro visual de Molina. En el mismo se secuestró un auto Fiat, un teléfono celular y prendas de vestir con manchas sospechosas. Todos los elementos fueron sometidos a pericias pero los investigadores no pueden afirmar que el propietario esté vinculado con el crimen.