Científicos planetarios revelaron un intrigante hallazgo en el planeta Mercurio que podría cambiar nuestra percepción sobre la vida en el Sistema Solar. Investigaciones recientes publicadas en la revista Planetary Science Journal confirmaron la existencia de glaciares salinos cerca del polo norte de este planeta, lo que plantea la posibilidad de que el planeta más cercano al Sol pueda albergar formas de vida insospechadas.
A pesar de su proximidad al Sol y las temperaturas extremas que lo caracterizan, Mercurio alberga estos peculiares “glaciares de sal”. Estos no se asemejan a los glaciares terrestres; en cambio, son flujos de sal que atrapan volátiles, sustancias químicas necesarias para la vida, en las profundidades de la superficie del planeta.
El impacto de asteroides reveló estos depósitos salinos en los cráteres Raditladi y Eminescu, brindando a los científicos una visión fascinante de la geología de Mercurio.
Qué pasa con los cráteres vacíos de Mercurio
Este descubrimiento también arroja luz sobre el misterio de los cráteres parcialmente vacíos de Mercurio. Los investigadores proponen que estos cráteres alguna vez estuvieron llenos de volátiles antes de que los impactos los dejaran expuestos y se evaporaran.
En la Tierra, los entornos salinos similares a los de Mercurio pueden albergar vida microbiana, lo que lleva a la especulación sobre la posibilidad de formas de vida subterránea en el planeta más cercano al Sol.
También encontraron glaciares de nitrógeno en Plutón
Estos hallazgos recuerdan el descubrimiento de glaciares de nitrógeno en Plutón, lo que sugiere que la glaciación es un fenómeno que abarca desde los entornos más calurosos hasta los más fríos del Sistema Solar.
Aunque la superficie de Mercurio sigue siendo inhóspita para la vida tal como la conocemos, la idea de ambientes subterráneos más hospitalarios abre una nueva perspectiva en la búsqueda de vida extraterrestre. Mercurio podría no ser el único planeta en el que debemos buscar, ya que los exoplanetas similares a Mercurio podrían presentar condiciones propicias para la vida bajo sus superficies.