Todas las hipótesis siguen ligadas a que el informe autópsico confirme la identidad del hombre que fue encontrado sin vida el sábado a tarde oculto entre la vegetación de un descampado, a las afueras de Famaillá.
Por la contextura del cuerpo, toma fuerza la teoría de que se trata de Ángel Nicolás Molina, un guardiacárcel de 29 que está desaparecido desde el miércoles. El martes por la tarde cumplió su último turno y nada más se supo de él. Más allá de esa posibilidad, el estado de descomposición del cuerpo y las condiciones climáticas no permitieron que sus familiares pudieran confirmar si se trataba de Molina. Para ello habrá que esperar el informe detallado de la autopsia, que pueda individualizar algún detalle que ayude al reconocimiento, o bien, una pericia de ADN que despejará todas las dudas.
En el caso interviene la fiscal Mónica García de Targa, del Centro Judicial de Concepción. Las pericias de campo sí pudieron confirmar otra cosas: que la víctima no fue asesinada en el descampado, sino que él o los asesinos lo cargaron y trasladaron hasta ese lugar desolado. El hallazgo se produjo luego de que la familia de Molina cortara una ruta exigiendo que se intensificara la búsqueda de agente penitenciario.
Las pericias para determinar la identidad del cuerpo ya están en marcha, pero como pasó en otros casos, como en el del homicidio de Laura Gabriela Picciuto, los resultados pueden llegar a demorar. El cuerpo de Picciuto fue encontrado oculto en una cisterna de su casa, la víctima llevaba casi dos meses muerta, por lo que hubo que esperar a que el ADN confirmara la primera línea investigativa, sin embargo, eso no evitó que la investigación continuara con esa hipótesis a la espera de un dato que sustentaría el primer mes de la pesquisa, o que implicaría volver la investigación a cero. Lo mismo ocurre en la investigación de este homicidio, hasta que surja otro dato o posibilidad, la causa se trabaja con Molina como potencial víctima, y en ese sentido ya hay por lo menos una persona identificada como sospechosa del crimen.
El hombre que quedó en la mira -y cuyo nombre no trasciende- estaría vinculado al mundo del narcomenudeo y sería una de las últimas personas en ver con vida a Molina. La familia confirmó que el agente tuvo problemas de consumo en el pasado, pero que logró sobreponerse.