Santiago Kovadloff: “Notas sobre lo que insiste en no perder actualidad”

Santiago Kovadloff se pregunta por el sentido de las cosas cotidianas y el impacto que tienen en cada uno. “Yo escribo ensayos para reflejar la repercusión emocional y reflexiva que en mí alcanza un tema determinado”, explica, a propósito de su libro “Temas de siempre”, que será presentado este jueves a las 19 en el Campus de la Unsta, avenida Perón 2.035, Yerba Buena, en diálogo con Jorge Brahim. Se trata de una charla abierta y gratuita en el marco del ciclo de conferencias de LA GACETA.

Estos ensayos, que llevan el subtítulo “notas sobre lo que insiste en no perder actualidad” se refieren a preocupaciones que el autor fue analizando a lo largo de publicaciones en el diario “La Nación”. “La génesis de estos ensayos fue una propuesta periodística concebida junto con el escritor y periodista Héctor Guyot, que dirige el suplemento Ideas del diario ‘La Nación’. Esto hace ya cinco años atrás. En aquel momento habíamos pensado que podía resultar de interés para los lectores un repertorio de ensayos abordados a dos voces, con la idea de presentar testimonios personales sobre cuestiones de interés fundadamente reconocido como general: el amor, la amistad, la muerte, la esperanza, los viajes, los fracasos; y efectivamente así fue como una vez por mes publicamos él su versión del tema y yo la mía, hasta que alcanzamos el año posterior a la pandemia. Bien avanzado el año 2022 surgió la propuesta que me hizo la editorial Planeta de recopilar mis ensayos en un volumen. Así es como apareció el libro este año, que alcanzó hacia agosto tres ediciones”.

Kovadloff, autor de reflexiones sobre el hombre, el país, los argentinos -en “Ensayos de intimidad”, “La aventura de pensar”, “República urgente”, “El silencio primordial”, “Hombre reunido”, “El enigma del sufrimiento” y “Locos de Dios”, entre otros- explica que, ciertamente, “no me cabe ninguna duda de que yo me expreso como un argentino de la segunda mitad del siglo XX y principios del siglo XXI”, pero aclara que las preocupaciones sobre el devenir del país las ha tratado en “República Urgente” (con Guyot) y en “El miedo a la política”, “Los apremios del día” y “Las huellas del rencor”. Pero en este nuevo libro, explica, “lo que predomina como registro es el del ensayo literario filosófico, que es el que me interesó privilegiar”.

Y describe que con Guyot “aspirábamos a que los temas tuvieran ese rango que yo recogí en el subtítulo del libro. Es decir, asuntos que no pierden actualidad. Que no es que los impone lo novedoso sino que insisten en no perder actualidad porque su universalidad rebasa el campo de los apremios del día”. Por ello aparecen el amor, la amistad, la esperanza, los fracasos…

Secreto y vacío

Añade: “hay dos temas que se me impusieron como sustantivos. Uno es el secreto o lo secreto. Y el otro es el vacío. Pero mucho antes de que yo tuviera un discernimiento claro de lo que quería decir con ellos. En el caso del secreto recuerdo que una mañana en que yo viajaba a Córdoba estaba bien temprano sentado en el aeroparque de Buenos Aires me pedí un café y como yo siempre llevo conmigo una libreta porque uno no sabe en qué momento ella, es decir la musa, golpea la puerta, la abrí y empecé a tomar notas como si supiera de qué hablar en torno al tema del secreto. Y empezaron a aparecer imágenes suscitadoras para mí. No tanto por la redacción en que las vertía sino por los conceptos a que me remitían. Son temas que podría seguir abordando. Me interrogan mucho”.

Agrega: “a medida que uno va explorando el concepto va abriéndolo como un abanico que multiplica sus facetas; uno empieza a pensar si es un escritor no tanto en el camino de un afán definitorio sino interrogativo, y yo creo que ese es un rasgo del ensayo como género literario. Yo escribo ensayos para reflejar la repercusión emocional y reflexiva que en mí alcanza un tema determinado, pero en un orden subjetivo; no aspiro a tener razón sino a exponer las razones que tengo para vivenciar un tema como significativo para mí. Por eso los llamo ensayos de intimidad”.