En Alpachiri se agitan los reclamos de los vecinos por la escasez y el pésimo estado del agua para consumo que sale de las cañerías de sus casas. El problema se profundizó en los últimos días a raíz de los desperfectos técnicos que acusó la toma de agua corriente durante las tormentas que azotaron la zona. Afecta también a los parajes de Piedra Grande, El Remate y El Molino, de la misma jurisdicción comunal. Son más de 8.000 las personas damnificadas.
Según el comisionado Juan Manuel Moreno, los cortes intermitentes en el suministro de energía eléctrica produjeron la rotura de dos motores: un mezclador de sulfato y otro que da impulso al líquido. “Estos inconvenientes se están superando y de a poco el suministro de agua comenzará a normalizarse” aseguró el funcionario.
Sin agua y procesados
Los lugareños, por su parte, sostienen que la comunidad nunca tuvo agua potable. Menos ahora que, tras una tormenta, el líquido fluye con barro e incluso con alimañas de todo tipo. La falta de agua se profundizó justo cuando se cumple un año de la dura y prolongada protesta que protagonizaron los vecinos en demanda de solución a ese drama. Durante varios días mantuvieron cortado el tránsito de la ruta nacional 65. “Tal como cuando se salió a manifestar en la ruta, el agua sale ahora oscura y ni siquiera sirve para higienizarnos o lavar la ropa. Para eso tenemos que ir al río. Estamos obligados a comprar bidones con agua para consumir. Eso nos representa un presupuesto mensual de unos $3.600” dijo Fernanda Carrizo.
Según la vecina, lo único que logró el movimiento de protesta es que varios de sus integrantes terminaran procesados judicialmente por cortar el tránsito de la carretera. “Lo curioso es que se trató de una demanda por un derecho humano básico y que tiene que ver con la salud de la población. Este, sin dudas, se da por negligencias o falta de inversión de gobiernos que no se preocuparon por garantizarnos agua potable. Consumimos agua con barro y ninguna justicia asomó en nuestra defensa alguna vez”, expuso por su parte Lourdes Díaz. “El drama del agua oscura que sale de las cañerías es de siempre. Y se agrava y se hace dramática en estos tiempos de tormentas. Es que el líquido sale de la toma del río Medinas que crece en estos tiempos con frecuencia y arrastra barro y otros sedimentos. Por eso vivimos insistiendo en la necesidad de que se excaven pozos”, apuntó la mujer. “El problema del agua conspira contra toda posibilidad de que esta comuna, que cuenta con un Parque Nacional, pueda desarrollar el turismo. “Es curioso que mientras tenemos la reserva con arroyos y ríos con agua cristalina, nosotros tenemos con barro”, agregó.
Sin salida
Moreno dijo que la comuna invirtió un monto importante en un estudio geológico tendiente a determinar sectores con napas que podrían suministrar agua para consumo a través de la perforación de pozos. “Pero los resultados- -remarcó- fueron negativos. “De acuerdo a ese informe no hay ningún sector en el que podamos instalar un pozo que mejore el suministro de agua” concluyó.