En la calle Salta al 200, sobre la vereda, hay hierros retorcidos, escombros y estanterías quemadas. Los puesteros del Mercado Persia, que se incendió el domingo cerca del mediodía, miran con angustia la imagen. Algunos han pasado la noche ahí, bajo el agua. Tienen la esperanza de que algo de la mercadería que tenían adentro para vender se haya salvado de las llamas y quieren recuperarla como sea.
Por eso, ayer a la mañana presentaron una nota ante las autoridades municipales para que les permitan acceder al galpón, tanto a las áreas afectadas por el incendio (sectores 3 y 4), como también a los espacios donde no avanzó el fuego (sector 1 y 2). El predio fue clausurado en su totalidad y está custodiado por efectivos policiales.
“Reclamamos que nos dejen acceder, acompañados por la Policía. En mi caso, tengo muebles y estanterías que me pueden servir para empezar a rearmar mi negocio en otra parte. Y tal vez algo de la mercadería que tenía se haya salvado”, exclama María Inés Lobo, que trabajaba en un local. Según dijo, al igual que otros puesteros, están buscando otro espacio para seguir vendiendo accesorios para celular.
“Vino la Municipalidad con esos carteles grandes de chapa, los que se ponen en las obras en construcción, para cerrar el ingreso al Persia. Pero nosotros no se lo permitimos”, explicó Carlos, otro de los vendedores. La mayoría de los afectados no quiere dar su nombre completo. Están atemorizados. Y angustiados. Porque saben que ese lugar al que iban a trabajar a diario no reabrirá por un buen tiempo.
“Queremos ingresar a la galería para observar cómo se encuentran nuestros puestos y rescatar algo de lo que quedó”, añadió Virginia. Ella tiene un local de venta de ropa infantil casi en el centro del mercado, justo en el lugar donde los bomberos lograron frenar las llamas.
El hecho
El domingo pasado, las llamas devoraron más de 1.000 metros cuadrados dentro del Persia. En total, 104 locales se vieron afectados. Los bomberos trabajaron durante tres horas para apagar el fuego. Por las altas temperaturas, colapsó parte de la estructura edilicia y seis efectivos resultaron heridos; uno de ellos, Ezequiel Agudo, falleció ayer después de cuatro días internado en terapia intensiva.
La hipótesis es que el fuego se originó por un corto circuito, según las pericias realizadas por Bomberos. De acuerdo a los testimonios recogidos entre los puesteros, el incendio habría arrancado en el sector 3, a raíz de un desperfecto eléctrico que se produjo en el enchufe de una heladera ubicada dentro de un kiosco que hay en el mercado.
La Dirección de Defensa Civil municipal, después de una inspección que realizó el martes, determinó que si bien no hay riesgo de derrumbe, por ahora es imposible que se autorice la apertura de la feria. Las autoridades les avisaron a los dueños que tendrán que hacer una inversión para recuperar el lugar y para ponerlo en regla. Principalmente tienen que acondicionarlo para cumplir las medidas de seguridad; por ejemplo, tener bocas de incendio, matafuegos y una nueva instalación eléctrica, detallaron.
El director de Defensa Civil de la Municipalidad, Oscar Leal, señaló que por el momento nadie puede ingresar al mercado, salvo que la Justicia determine lo contrario. “Todo está en manos de la Justicia. Ahora, con la muerte del bombero todo cambió y hay que esperar qué decide la Fiscalía que investiga el siniestro”, remarcó el funcionario.
Si bien por ahora las hipótesis más importantes, de acuerdo a las pruebas, apuntan a que el hecho fue accidental, hay que seguir investigando, señalaron. El fallecimiento del bombero Ezequiel Agudo podría cambiar la calificación de la causa y exigir nuevas pericias.
Acerca del momento de tensión que se vivió en las puertas del mercado, cuando se intentó cerrar el lugar con chapas, Leal sostuvo que este cerramiento es algo necesario para poder garantizar la libre circulación por la vereda y la calle Salta al 200.
“Por ahora no se reabrirá el mercado”, insistió Leal. Los puesteros pidieron al Gobierno que los ayude, o que les consiga un lugar en el cual puedan trabajar. Aún no saben qué harán.
En contacto telefónico con LA GACETA, Mariano Lebrón (dueño del sector 4) mostró que se encuentra muy golpeado tras el incendio. “Quedó todo destruido; nada se salvó. Ni siquiera nos dejan entrar”, dijo conmovido, y se cortó la llamada. Luego, no volvió a atender.
Según el informe policial, el sector 3, cuyo propietario es de apellido Santos, estaba compuesto por 56 locales, mientras que en el 4, había 48. Este último sector tiene una entrada independiente por calle Salta, pero se conecta al Persia en la parte interna.
Los daños fueron totales en ambos espacios. Gran parte de la zona afectada se vio comprometida por el derrumbe del techo, que estaba conformado por chapas metálicas sostenidas con correas metálicas.