Las intensas lluvias de las últimas, de entre 40 y 50 milímetros en el norte tucumano, contribuyeron a aliviar la situación hídrica. Tanto el secretario de Desarrollo Productivo, Eduardo Castro, como el titular de la Sociedad Aguas del Tucumán (SAT) confirmaron a LA GACETA este alivio que ingresa por la crecida en los ríos Vipos, Choromoro y Acequiones, brazos hídricos del Río Salí, que desemboca en el Dique Celestino Gelsi de El Cadillal. Pero también hubo un mayor abastecimiento por el viejo acueducto de Vipos, beneficiado por las últimas precipitaciones.
“El caudal de agua que hemos observado en estas últimas horas tiene una magnitud de agua de importancia y, afortunadamente, no produjeron daños a las poblaciones de la zona de Trancas. Pero esta lluvia sí se aprovechó para penetrar en el campo para riego”, explicó Castro. En ese aspecto, indicó que estas precipitaciones ayudan a realizar la cosecha gruesa que se implanta en esta época. “La soja es un cultivo de verano, que se siembra entre noviembre y diciembre, y se cosecha en abril y mayo. El maíz, a su vez, se siembra con propósito de silo y de forraje verde que sirve para la ganadería. Se siembra en diciembre y se cosecha en junio, cuando baja la humedad”, detalló el secretario de Desarrollo Productivo.
Hace unos días, Marcelo Caponio advirtió que el reservorio de agua mostraba niveles preocupantes, por lo que sugirió a la sociedad racionalizar el uso del líquido. Según sus cálculos, para un abastecimiento de agua normal en gran parte de los domicilios del Gran San Miguel de Tucumán, la cota del dique El Cadillal debería estar en el orden de los 614 metros (valor ideal), pero estaba al menos 25 metros por debajo de ese valor.