Un reportero de la agencia de noticias Reuters en el tribunal escuchó cómo éste anunciaba que había aprobado una petición del Ministerio de Justicia para reconocer como extremista lo que denominó "el movimiento social internacional LGBT" y prohibir sus actividades.
La medida forma parte de un patrón de crecientes restricciones en Rusia a las expresiones de orientación sexual e identidad de género, incluidas leyes que proscriben la promoción de relaciones sexuales "no tradicionales" y prohíben los cambios legales o médicos de género.
El presidente ruso, Vladimir Putin, de quien se espera que anuncie en breve que optará a un nuevo mandato de seis años en marzo, intentó durante mucho tiempo promover una imagen de Rusia como guardián de los valores morales tradicionales en contraste con un Occidente decadente.
En un discurso pronunciado el año pasado, afirmó: "Occidente es libre de adoptar tendencias bastante extrañas, en mi opinión, de nuevo cuño, como las docenas de géneros y los desfiles gay". Pero aclaró que no tenía derecho a imponerlas a otros países.
El portavoz de Putin, Dmitri Peskov, declaró a la prensa antes de conocerse la decisión judicial que el Kremlin "no seguía" el caso y no tenía comentarios que hacer al respecto.