ROMA, Italia.- Después de meses de soportar ataques, críticas públicas y actividades tendientes a minar la autoridad papal, finalmente el Papa Francisco decidió castigar al cardenal ultratradicionalista norteamericano Raymond Leo Burke, punta de lanza de una oposición pequeña pero muy ruidosa. El castigo tomó la forma de penas económicas que van desde una reducción de su salario hasta una suba del alquiler del departamento de lujo de más de 400 metros cuadrados donde vive, que paga a un precio muy ventajoso.
El propio Pontífice anunció que pensaba tomar estas medidas en una reunión con jefes de dicasterio, la semana pasada, en la que explicó que lo hacía porque Burke “está minando la unidad de la Iglesia”.
Burke estuvo entre los cardenales disidentes que ya en 2016 le escribió una carta al Papa pidiéndole aclarar cuatro “dudas” del capítulo octavo de la exhortación apostólica Amoris Laetitia, que abre las puertas a los divorciados vueltos a casar. Incluso desafió abiertamente a su jefe máximo manifestándose listo a poner en marcha un acto formal para “corregir” al Papa si no respondía a las “dudas” sobre los “errores doctrinales” de la Amoris Laetitia.
Los cardenales son los máximos colaboradores de un Pontífice, a quien le juran obediencia hasta la muerte. Si tienen menos de 80 años y hay un cónclave, son los que eligen al sucesor de Pedro.
Tradicionalista experto en derecho canónico, Burke, de 75 años, fue prefecto del Tribunal Supremo de la Signatura Apostólica, algo así como la Corte Suprema del Vaticano. Fue creado cardenal por Benedicto XVI en 2010. El 30 de junio, cumplió 75 años, edad a la que los altos cargos del Vaticano presentan su renuncia al Papa.
Aunque Burke seguía residiendo entre Roma y Estados Unidos, tenía sólo un cargo al que renunciar, el de cardenal protector de la Orden de Malta, aunque en la práctica no lo ejercía.
Antes de que comenzara el reciente sínodo sobre sinodalidad, en octubre, Burke volvió a dar que hablar, durante el evento titulado “La Babel Sinodal”, organizado por el medio ultraconservador “La Bussola Quotidiana”, en el que denostó al sínodo, al afirmar que la Iglesia corría el riesgo de “perder su identidad”.
Burke también hizo comentarios sobre el nuevo prefecto del Dicasterio para la Doctrina de la Fe, el cardenal argentino Víctor Manuel “Tucho” Fernández, brazo derecho del Papa, por algunos conceptos sobre doctrina dichos en una entrevista, y atacó l concepto de sinodalidad, considerado “incomprensible”.