No por nada Salta lleva anexado el epíteto de “La Linda”. Es que sus paisajes naturales son de una majestuosidad tal que enamoran a todos sus visitantes. Una cueva anaranjada que parece sacada de películas, reliquias Incas y una cueva formada como producto de la erosión del agua son los tres destinos propuestos.
Tres lugares de Salta para conocer y desconectarse
Cuevas de Acsibi
Las cuevas guardan una particularidad única por su hermetismo y paredes naturales. A 15 kilómetros de la localidad de Seclentás se encuentran las Cuevas de Acsibi, un accidente geográfico que parece sacado de una película que transcurre en un mágico desierto.
Los colores ocre y anaranjados predominan en el conjunto de galerías que forman las cuevas y que cubren todo el paisaje. Las paredes contorneadas de color ladrillo tienen su origen en la disolución de roca caliza y adquirieron su forma por la erosión del agua y del viento durante miles de años.
Cada unos cuantos metros, unas aberturas en lo que pareciera ser el techo de las cuevas dejan ingresar algo de luz solar: lugar favorito de quienes adoran hacerse fotos para compartir en las redes sociales. En las galerías se puede realizar una interesante caminata de dificultad media.
El sillón del Inca
A poco más de 71 kilómetros desde la capital de Salta, en la localidad de Rosario de lerma se encuentran las quebradas del Toro y de Incahuasi. Allí, a 2.965 metros sobre el nivel del mar, se encuentra el Sillón del Inca, un sitio arqueológico que convoca a los turistas más curiosos.
El sitio está formado por una serie de construcciones incaicas, entre las que destacan una plataforma ceremonial, un recinto habitacional y un conjunto de terrazas agrícolas. El elemento más característico del sitio es un asiento de piedra tallado en la pared de la montaña que le da su nombre al lugar.
Para llegar al Sillón del Inca, se debe realizar una caminata de aproximadamente cuatro horas, a través de un sendero que parte del pueblo de Ingeniero Maury. La caminata es de dificultad media, pero es accesible para personas de todas las edades.
El Puente del Diablo
Este increíble escenario natural se encuentra a 190 kilómetros de la capital de Salta. Se ubica a mitad de camino entre Cachi y San Antonio de los Cobres, al norte de los Valles Calchaquíes.
Sobre el precipicio y encima del cauce del río Calchaquí, un conjunto de piedras forman un puente que conecta los dos márgenes del río. La construcción está formado por los restos basálticos de la erupción de Los Gemelos, los volcanes guardianes del pueblo de La Poma.
La caverna que se forma allí debajo tiene una longitud de aproximadamente 110 metros, y su altura varía entre 20 y 40 metros. Las paredes están cubiertas de formaciones rocosas de formas caprichosas, que le dan un aspecto mágico y misterioso.