“Los vuelos narcos crecieron porque en el NOA hay una impunidad total”, señaló el legislador radical José Cano. El parlamentario, cuando era integrante de la Comisión de Narcotráfico de la Cámara de Senadores, presentó un informe sobre las pistas clandestinas que existían en la región. Ese trabajo no fue tratado por las autoridades nacionales. Hoy, por las investigaciones y operativos realizados, el cielo de este sector del país está siendo dominado por los narcos ante la falta de control aéreo.
Según los registros periodísticos, desde 2008 hasta la fecha en el NOA se secuestraron más de 7.800 kilos de cocaína y más de 1.700 de marihuana. Salta, con los decomisos efectuados en los departamentos Metán, Rosario de la Frontera, Anta y Rivadavia, es la zona más roja con 12 procedimientos. Le sigue Santiago del Estero, en los departamentos Pellegrini y Copo, con nueve medidas. Tucumán, es en la que menos vuelos narcos se detectaron con cinco. Pero tiene una particularidad: en todos los casos incautaron marihuana únicamente y siempre fueron en el este.
A mediados de la década de los 80, cuando el tráfico de cocaína florecía a nivel mundial, las autoridades de Estados Unidos y de la Organización de las Naciones Unidas comenzaron a advertir sobre las consecuencias del narcotráfico en América del Sur. Primero fue en Colombia y después, Bolivia. Los presidentes Raúl Alfonsín (1986), Carlos Saúl Menem (1991), Fernando de la Rúa (2001) y Néstor Kirchner (2006), modificaron algunos artículos de la ley de Seguridad Interior para sumar a las fuerzas armadas en la lucha contra esta actividad ilícita. Todos los intentos fueron fallidos. Nada cambió.
A partir de 2007 se implementaron varios programas con el objetivo de frenar el tráfico aéreo de drogas. Las fuerzas armadas apoyarían a las de seguridad. El primero fue el Operativo Fortín, que se mantuvo hasta 2011, cuando Cristina Fernández lanzó el Operativo Escudo Norte. El plan se cayó en 2016 porque las autoridades no se hicieron cargo de los viáticos del personal que se trasladó hasta las zonas de frontera. En 2018, con Mauricio Macri como presidente y con Patricia Bullrich de ministra de Seguridad de la Nación, se dio forma al Operativo Integración Norte.
Se enviaron soldados, aviones, helicópteros, radares (que por una cuestión económica no funcionaban las 24 horas). A partir de 2019 todo quedó en la nada.
Ningún fiscal federal de las provincias del NOA pudo informar si los cielos estaban controlados. Fuentes de la Fuerza Aérea dijeron que sólo cuentan con los sistemas instalados en Chaco y en Córdoba, que emitirían la alerta dos horas después de que se detectara un vuelo irregular. Gendarmería, tiene fuera de servicio los dos helicópteros asignados a la región y solo cuenta con un avión para hacer tareas de vigilancia.
En 2011, se detectaron tres vuelos narcos con el que secuestraron 579 kilos de cocaína y 500 de marihuana. Pasaron tres años sin novedades, hasta que en 2014 hubo un operativo en el que decomisaron 200 kilos de cocaína.
Según los registros periodísticos, el listado quedó así: 2016 (1961 de cocaína/410 de marihuana); 2017 (3.092 de cocaína); 2018 (1.724 cocaína/533 marihuana); 2019 (268 cocaína); 2022 (400 cocaína); y 2023 (679 cocaína).
Por la pandemia no se registraron casos en la región en 2020 y 2021. En 2022 solo hubo uno y los dos que se contabilizaron en 2023 no fueron hallazgos de vuelos de avionetas, sino a través de investigaciones que derivaron en el secuestro de la droga cuando eran trasladados por vía terrestre. “Nos damos cuenta que lo recibieron a través de bombardeos porque los panes están golpeados. Esas pesquisas, por la falta de herramientas, las iniciamos por las caídas de avionetas o por accidentes de los narcos”, aseguró un investigador.
Hay otro detalle: los últimos procedimientos se realizaron cada vez más cerca de los límites salteños y santiagueños con Chaco. Es el camino más seguro y disimulado para transportar cocaína a la hidrovía del Paraná. De allí, a los puertos para traficarlas a distintos continentes, a los narcos les queda un pasito. “Estamos estudiando fortalecer la presencia en las rutas nacionales 81 y 16. Hay que buscar los lugares claves para poner controles”, dijo una fuente del Ministerio de Seguridad. Agua Amarga, la localidad que visitó LA GACETA, está en el medio de esa ruta.
Hace una semana, Gendarmería desarticuló una banda que se dedicaba al traslado de grandes cantidades de cocaína por vía aérea. La punta del ovillo fue el accidente mortal que protagonizaron dos jóvenes que transportaban 200 kilos de cocaína. El grupo, que estaba integrado por cuatro colombianos y nueve argentinos, trasladaba la sustancia por vía aérea a Chaco, a Santa Fe y posiblemente a Buenos Aires para traficarla al exterior.
En la investigación surgió un dato revelador: el piloto del avión de pequeño porte se detenía en un departamento salteño para cargar combustible y así poder llegar más lejos. Los pesquisas allanaron un campo y no sólo encontraron una pista clandestina, sino que además elementos que servirán para probar esa teoría.
Llevaban marihuana
Los cinco casos de vuelo narcos en Tucumán
El primer caso de vuelo narco se registró en Villa Fiad en agosto de 2011. Allí detuvieron a varias personas por haber trasladado 500 kilos de marihuana. En ese procedimiento fueron arrestados (Sebastián “Morenita” Marín, uno de los mayores distribuidores de “faso” a nivel nacional que falleció recientemente en un tiroteo, y Antonio “Tony” Lobo, el condenado por droga que aspiró a ser delegado comunal de El Puestito, una zona clave en el tráfico de sustancias.
En mayo de 2016, en La Ramada, personal de Gendarmería Nacional encontró sólo 30 kilos porque los compradores ya habían retirado la droga acopiada en un campo. En la capital, por minutos, no pudieron detener a la dueña del cargamento que se había alojado en un hotel que está al frente del Parque 9 de Julio.
En La Virginia una avioneta arrojó 130 kilos que nadie fue a buscar en noviembre de ese año. En mayo de 2018, en una finca de Monteagudo, gendarmes encontraron enterrados 270 kilos que estaban por ser llevados a Catamarca. Los miembros del clan Paradi fueron condenados por este caso.
La situación más insólita se registró en Taco Ralo, en diciembre de 2018. Allí descubrieron que una avioneta había arrojado 218 kilos de esa sustancia. Con el tiempo se descubrió que la droga era vieja y que casi no tenía THC.