SANTIAGO DE CHILE.- América Latina vive una crisis laboral “en cámara lenta” desde el 2010 que volvió a profundizarse por el bajo crecimiento.
Aún así, la mayoría de los países que conforman América Latina han visto una recuperación de sus ingresos y mejor en los índices de pobreza a niveles previos a la pandemia de la covid-19, dijo la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) de Naciones Unidas, en un reporte anual.
Sin embargo, la desigualdad sigue siendo “muy elevada” y no se podrá reducir si los gobiernos no abordan las brechas que existen en el mercado laboral, advirtió la organización, con sede en Santiago de Chile.
El índice de Gini, que se usa para medir la desigualdad, se situó por debajo de los niveles de 2019, previo a la pandemia, en 9 de 12 países de la región, informó la Cepal en su reporte Panorama Social de América Latina y el Caribe 2023.
“Pese a estos avances, el decil más alto recibe un ingreso 21 veces mayor que el del decil de menores ingresos, lo que da cuenta de una muy elevada desigualdad. La concentración del patrimonio es aún mayor que la del ingreso; en 2021, el patrimonio de los 105 multimillonarios de la región representó casi un 4% del patrimonio de toda la población y superó niveles de 2019 y 2020″, dice el reporte.
Situación del empleo
Durante la década que va del 2014 a 2023, la tasa de crecimiento del número de ocupados fue de solo un 1,26%, casi la mitad del 3,2% registrado en la década de 1980.
La tendencia, que había mostrado mejoras de 2020 a 2022, ha vuelto a profundizarse en un contexto de bajo crecimiento, dice el informe, que prevé un aumento de los indicadores de pobreza para 2023-2024.
“Los datos para 2023 muestran que el ritmo de recuperación de estas variables ha tendido a estancarse”, señala el informe, que estima que este año la tasa de participación laboral se mantendrá bajo niveles previos a la pandemia.
“El bajo crecimiento de la economía regional proyectado para 2023 redundará en un menor dinamismo de la generación de empleo, mientras que el aumento del 2% estimado para el número de ocupados en 2023 es inferior al crecimiento del 5,4% experimentado en 2022.
Brecha de género
En relación a la desocupación, los datos muestran una reducción con respecto a los niveles de prepandemia, al pasar del 8% en 2019 al 6,8% en 2023, moderando el descenso observado hasta 2022, cuando esta tasa alcanzó un 7%. Esa recuperación no ha reducido la brecha histórica entre hombres y mujeres, señala el organismo.
“Los efectos de la crisis en poblaciones más vulnerables y las bajas tasas de crecimiento previstas en 2023 y 2024 plantean dudas sobre la posibilidad de mejoras en indicadores laborales de la región en los próximos dos años”, señala el informe.
La creación de empleo entre 2014 y 2023 ha sido la más baja desde la década de 1950. En 2020, la creación de empleo disminuyó 8,2%, única caída registrada en los últimos 70 años.
Del universo de 292 millones de personas ocupadas en la región, uno de cada dos se encuentra en empleos informales, cerca de un quinto vive en situación de pobreza, cuatro de cada 10 tiene ingresos laborales inferiores al salario mínimo y la mitad no cotiza en los sistemas de pensiones, indica el informe.