Fueron 30 ministros de Economía en 40 años: el número lo dice todo
En muchos países el cargo está reservado a cuadros académicos enfocados a cuestiones puramente técnicas. Pero se sabe que en la Argentina es todo lo contrario: el ministro de Economía alcanza una relevancia política sólo por debajo de la figura presidencial. Desde la restauración democrática fueron tantos los que pasaron por el cargo que se explican así los vaivenes sufridos. Por sobre todo, queda claro que en cuatro décadas jamás se acordó un rumbo; que faltó un proyecto consensuado y a futuro. El resultado es una crisis que siempre regresa Algunos duraron pocas horas en el puesto. Así de exigente y de implacable es la conducción de la economía nacional.
1983-1989
Del sueño desarrollista al epílogo con hiperinflación
Bernardo Grinspun, el primer ministro de economía de Raúl Alfonsín, era un histórico militante de la UCR. Durante su gestión de 14 meses le fue imposible encausar la gravísima herencia de la dictadura: endeudamiento, pobreza e inflación del 24% mensual. Lo reemplazó Juan Vital Sourrouille (foto), de perfil técnico y quien con su Plan Austral -que incluyó la emisión de la moneda que llevó ese nombre- logró una estabilidad en el corto plazo. Pero al cabo de cuatro años, en el verano de 1989 la economía estalló. Lo sucedieron Juan Carlos Pugliese (y su recordada frase “les hablé con el corazón y me contestaron con el bolsillo”) y Jesús Rodríguez, dos políticos radicales a los que la hiperinflación eyectó del cargo al mes de haber asumido.
1989-1995
Primero la crisis, después la convertibilidad
Carlos Menem se hizo cargo del Gobierno en medio de un incendio y decidió conferirle la conducción del área económica a los técnicos de la compañía Bunge & Born. El primero de ellos, Miguel Roig, murió de un infarto a los cinco días de haber asumido. Su sucesor, Néstor Rapanelli, se marchó cinco meses después sin encontrarle solución a la crisis. Menem giró entonces hacia el peronismo y designó ministro a Erman González, con idénticos -y magros- resultados-. Finalmente, el 31 de enero de 1991 se iniciaron el ciclo de Domingo Cavallo (foto) y el plan de Convertibilidad: fin del austral, 1 a 1 en la relación peso-dólar, privatización de las empresas de servicios públicos, toma de deuda externa y remodelación de las estructuras del Estado.
1995-1999
Tras el portazo de Cavallo llega Roque Fernández
Durante su segunda etapa al frente del Poder Ejecutivo, Carlos Menem contó sólo con dos ministros en el área. El primero, claro, fue Domingo Cavallo, quien se mantuvo en el cargo hasta el 26 de julio de 1996. En total, durante el menemismo permaneció cinco años y cuatro meses al frente de Economía. Se marchó denunciando hechos de corrupción que manchaban al Gobierno e involucraban al empresario Alfredo Yabrán -quien terminaría suicidándose-. Asumió Roque Fernández (foto), cordobés y liberal, al igual que Cavallo, quien siguió la línea de su antecesor mientras la Convertibilidad daba signos de agotamiento, con crecientes índices de desocupación y pobreza. Su gestión se extendió durante tres años y poco más de cuatro meses.
1999-2001
El peor de los finales posibles: el país en llamas
La Alianza se impuso en las elecciones con la promesa de cortar de cuajo la corrupción del menemismo, pero a la vez con la promesa de no tocar el 1 a 1. Ese fue un corset del que el ministro José Luis Machinea no pudo liberarse. La crisis lo obligó a renunciar al cabo de 13 meses y el presidente Fernando de la Rúa designó a Ricardo López Murphy (foto) en su reemplazo. El ministro anunció un plan de ajuste que incluía el recorte de sueldos, generando un rechazo popular que lo obligó a marcharse al cabo de 14 días. Volvió entonces Domingo Cavallo, creador de esa Convertibilidad que se había convertido en un boomerang. Fueron nueve meses tortuosos, que culminaron con los depósitos atrapados en el “corralito”, muertos en las calles y renuncia de De la Rúa. Para la anécdota: durante un día de acefalía presidencial el ministro de Economía fue Nicolás Gallo.
2001-2003
De la danza de nombres al desembarco de Lavagna
Tras la renuncia de De la Rúa se sucedieron los Presidentes fugaces, pero pocos recuerdan que ellos también tuvieron ministros de Economía: Jorge Capitanich (dos días, con Ramón Puerta) y Rodolfo Frigeri (11 días, con Adolfo Rodríguez Sáa y Eduardo Camaño). Cuando la Asamblea Legislativa designó a Eduardo Duhalde al frente del Poder Ejecutivo, el elegido para el puesto fue Jorge Remes Lenicov (foto), quien contó su experiencia en el libro “115 días para desarmar la bomba”. Allí detalla cómo salió el país de la Convertibilidad, para lo que se aplicó una fuerte devaluación y la relación peso-dólar pasó a ser de 3-1. A continuación Duhalde nombró a Roberto Lavagna, de vasta experiencia en la gestión pública, cuya primera misión fue desarmar el “corralito”.
2003-2007
“Superávits gemelos”, pero con ruidos políticos
Néstor Kirchner mantuvo a Lavagna al frente del Ministerio de Economía, un ciclo virtuoso impulsado en gran parte por el alza de los precios internacionales de las materias primas que exportaba la Argentina. Así creció el PBI, mientras se mantenía un doble superávit: el fiscal y el de la balanza comercial. No obstante, al cabo de tres años y siete meses -sumando las etapas con Duhalde y con Kirchner- Lavagna renunció, producto del desgaste en su relación con el Presidente. Lo reemplazó Felisa Miceli (foto), durante cuya gestión Argentina canceló la deuda que mantenía con el Fondo Monetario Internacional. La ministra debió renunciar el 16 de julio de 2007 cuando, a instancias de una requisa policial, se encontró en su despacho una bolsa con dinero. En 2014 Miceli fue condenada a tres años de prisión en suspenso por administración fraudulenta. Miguel Peirano fue el ministro hasta que concluyó el período de Kirchner.
2007-2011
Lousteau, la conflictiva 125 y la aparición de Boudou
Con la primera presidencia de Cristina Fernández el kirchnerismo propuso un esquema de transversalidad política. El radical Julio Cobos fue vicepresidente y, con 37 años, Martín Lousteau (foto) se convirtió en el ministro de Economía más joven de la historia. A poco de asumir emitió la Resolución 125/08, que disponía un sistema de retenciones móviles para las exportaciones. Esto generó un conflicto con las organizaciones que agrupan a los productores agropecuarios, quienes dispusieron un lock out patronal. La escalada de la crisis provocó la renuncia de Lousteau. Lo sucedieron Carlos Fernández (13 meses) y Amado Boudou (dos años y cinco meses), quien se desempeñaba como titular de la Anses y había cumplido un rol clave en la estatización del sistema jubilatorio, terminando con el sistema de AFJP. Esta política, según explicó CFK, fue la que habilitó su candidatura a la Vicepresidencia de la Nación.
2011-2015
El recordado “Me quiero ir” y la irrupción de Kicillof
En el inicio de su segundo mandato, Cristina Fernández designó a Hernán Lorenzino, quien venía desempeñándose como secretario de Finanzas de la Nación. El ministro encontró numerosos “cuellos de botella” que frenaban la economía, mientras la inflación empezaba a subir. Cuando le preguntaron por el tema en una entrevista televisiva sólo atinó a decir “me quiero ir”. Al cabo de un año y 11 meses, la Presidenta lo reemplazó por Axel Kicillof (foto), un académico de la UBA de perfil keynesiano, quien durante su gestión llevó adelante la estatización de YPF y el acuerdo con el Club de París, a la vez que afrontó reveses judiciales en causas contra el país iniciadas en EEUU por los llamados “fondos buitre”. El 23 de enero de 2014, Kicillof dispuso una devaluación del peso del 23%. Desde esa medida a la fecha, la economía argentina experimenta una caída que ningún Gobierno pudo detener.
2015-2019
Gradualismo improductivo y el regreso al FMI
La elección de 2015 provocó un giro total en el mapa político nacional con la victoria de Cambiemos. Mauricio Macri colocó al frente del MInisterio al economista Alfonso Prat-Gay, quien durante un año y 21 días se abocó a la misión de corregir las cuentas públicas y generar una reactivación del aparato productivo sin apelar a un shock que pudiera agravar la situación. Macri lo reemplazó por Nicolás Dujovne (foto), quien en 2018 enfrentó una profunda crisis financiera: disparada del dólar, aumento del petróleo, sequía y suba de tasas de la Fed fueron la tormenta perfecta. Se la afrontó accediendo al préstamo más alto concedido por el FMI en la historia: 57.000 millones de dólares. El destino de ese dinero sigue siendo motivo de debate y hay una causa judicial por malversación abierta. La crisis siguió intacta y Dujovne renunció tras la derrota en las PASO que sufrió el Gobierno. Hasta el fin del período de Macri el ministro fue Hernán Lacunza.
2019-2023
Todas las variables económicas en zona de desastre
Con Alberto Fernández el kirchnerismo inició una nueva etapa y el Presidente designó al frente del MInisterio a un técnico de prestigio en ámbitos académicos: Martín Guzmán (foto). Apenas iniciada su gestión estalló la pandemia y fue en ese contexto que Guzmán negoció con el FMI para reprogramar el pago de la deuda. El acuerdo -tardío- no sirvió para repuntar una economía que caía en picada. El experimento de reemplazarlo por Silvina Batakis duró sólo 25 días. Asumió entonces Sergio Massa, quien en pocos días dejará el cargo con los peores indicadores imaginables: inflación altísima, reservas agotadas, el peso depreciado y números que hablan del avance irrefrenable de la pobreza y de la indigencia en el seno de la sociedad argentina.