Proyectan “La imperdonable alegría: el caso de Octavio Romero”

Con charlas en colegios y actividades artísticas, en Tafí Viejo se realiza octava edición de Diversival, el festival anual de arte y cultura Lgbtiq+ que busca expresar la diversidad de géneros a través del diálogo y manifestaciones de teatro, la danza, la música, el cine y la poesía. El evento apunta a abordar políticas públicas que visibilicen, reivindiquen y reconozcan a esa comunidad y todas las propuestas tendrán entrada libre y gratuita, con la organización del municipio local.

Hoy, a las 10.20, habrá una charla abierta en la Escuela Secundaria Lomas de Tafí, donde exponentes del colectivo conversarán con los alumnos y el público acerca de distintos aspectos de su vida cotidiana. Por la noche, desde las 20, tendrá lugar una jornada de cine debate con la proyección de la película “La imperdonable alegría: el caso de Octavio Romero”, seguida de testimonios de Andrea Campero, Norma Salica y Paul Vaca, todo en la Casa de la Cultura Catalina Albarracín de Suárea (avenida Alem 755).

El documental aborda la historia de Romero, de Curuzú Cuatiá, quien iba a convertirse en el primer integrante de la Prefectura Naval Argentina en contraer matrimonio con una persona del mismo sexo. Sin embargo, luego de solicitar permiso para casarse con su pareja, Gabriel Gersbach, desapareció. Su cuerpo fue encontrado en junio de 2011 a orillas del Río de la Plata, en las costas de Vicente López. Había sido asesinado y tenía claros signos de tortura.

Además de reconstruir el caso, el filme producido por el canal Encuentro, muestra la vida cotidiana del prefecto y su historia de amor a través de un material documental inédito que ellos mismos habían registrado en VHS y con entrevistas a Gabriel y a Pedro Paradiso Sottile y Franco Torchia. Así se va narrando el proceso de búsqueda de Justicia y exponiendo el rol del periodismo, la homofobia en las fuerzas de seguridad, la participación decisiva de la comunidad Lgbtiq+, los errantes caminos de la ley y, finalmente, la “solución amistosa” firmada por el Estado argentino y la Comisión Interamericana de Derechos Humanos para que la investigación avanzara y se establecieran medidas reparadoras.

En ese acuerdo, la Argentina reconoció su responsabilidad por no haber investigado el asesinato de acuerdo a los estándares internacionales fijados en la materia.