Cuatro de cada 10 niños consumen leche de vaca antes del año de vida, pese a que está desaconseja

Cuatro de cada 10 niños consumen leche de vaca antes del año de vida, pese a que está desaconseja

Tiene baja calidad nutricional, déficit de nutrientes esenciales y excesos en sodio, proteínas o azúcares según una investigación.

INVESTIGACIÓN. Según el estudio reemplazar la leche de vaca por fórmulas infantiles les da a los bebés una mejor calidad nutricional. INVESTIGACIÓN. Según el estudio reemplazar la leche de vaca por fórmulas infantiles les da a los bebés una mejor calidad nutricional.
20 Noviembre 2023

En el XXII Congreso Argentino de Nutrición, que se hizo recientemente en Mar del Plata, el Centro de Estudios sobre Política y Economía de la Alimentación (Cepea) presentó resultados de una investigación sobre la dieta de niñas y niños de entre seis meses y un año de vida. Una de las principales conclusiones del estudio es que sostener la lactancia materna y una incorporación de alimentos complementarios más adecuados son claves en la nutrición del segundo semestre de vida. El estudio se basó en la Segunda Encuesta Nacional de Nutrición y Salud.

“Los patrones alimentarios adecuados durante la primera infancia, además de contribuir al crecimiento saludable y al desarrollo del sistema inmunológico, son claves en la prevención de enfermedades crónicas futuras”, destacó el profesor Sergio Britos, director de Cepea.

Para esa etapa de la vida, las guías alimentarias sugieren complementar la lactancia materna con la incorporación progresiva de buenos alimentos. El estudio demostró que eso no está sucediendo como debería.

El análisis de los datos permitió establecer que la combinación de leche de vaca con o sin lactancia materna, sumada a un patrón de alimentación complementaria inadecuado (en términos de calidad nutricional) son factores determinantes de:

• Ingesta elevada de calorías, grasas, azúcares y sodio.

• Ingesta elevada de proteínas, que puede representar una mayor carga renal y riesgo aumentado de obesidad a largo plazo.

• Baja ingesta de vitamina D y ácidos omega-3.

• Baja ingesta de zinc, nutriente crítico para el desarrollo del sistema inmunológico.

En un ejercicio teórico de simulación se reemplazó el aporte nutricional de la ingesta de leche de vaca por el de fórmulas infantiles adecuadas para la edad, según sugiere la Guía recientemente elaborada por el Ministerio de Salud. Al hacerlo, se halló que ese ajuste logra llevar todos los nutrientes deficitarios a niveles adecuados a excepción del hierro y moderando los excesos.

El profesor Britos subrayó que la mejor opción, fuera de toda discusión, “es que el componente lácteo de la dieta entre los seis meses y el año continúe siendo la lactancia materna. Tal como recomienda el Ministerio de Salud, en los casos de niños y niñas que no la reciban, la opción debe ser una fórmula de seguimiento, que presenta un perfil nutricional superior a la leche de vaca y permite una mejor cobertura de las recomendaciones de las Guías de Práctica Clínica sobre Alimentación Complementaria para menores de dos años, algo que no se logra con la leche de vaca, que no está indicada para esa etapa de la vida”.

Solo en los casos sugeridos por las Guías oficiales, el uso responsable y guiado profesionalmente de fórmulas infantiles puede contribuir al equilibrio entre aportes no excesivos de energía, proteínas y sodio (además de grasas, azúcares y almidones) e ingestas de buena densidad nutricional en nutrientes deficitarios como omega-3, vitamina D, hierro y zinc. Además, la ingesta y selectividad de determinados ácidos grasos poliinsaturados (araquidónico y DHA) es esencial en la nutrición de los menores de un año.

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