La desaparición física de Héctor Costilla Pallares se siente en varios ámbitos. En el periodismo radial y escrito; en el fútbol y en el boxeo. La animación fue en lo que también se destacó; bailes en Gath & Chaves, Asociación Mitre y Estudiantes contaban con su impronta para amenizar las veladas. Había nacido en Las Cejas el 6 de agosto de 1934. “Soy el quinto de 12 hermanos. Como mi papá era trabajador del ferrocarril, lo trasladaron luego a Ingeniero Juárez en Formosa, de allí a Güemes y después a La Quiaca, donde viví unos tres años. Mi papá que se llamaba Juan Ezequiel era revisador de vagones, era como un mecánico”, evocaba Costilla Pallares, autor del libro “Tucumán y sus barrios”, hace exactamente un año atrás en un reportaje que se le hizo en LA GACETA.
Fue a los 17 años cuando adoptó el apodo con el que más cómodo se sintió. “Animaba los bailes de Estudiantes Alberto Dahan, que era el animador número uno, yo le ayudaba a llevar el equipo amplificador al que ponía la música y un día él salió a bailar y yo me quedé con el micrófono. Después terminé siendo su rival, él era el ‘Número Uno’ y yo ‘El señor de la animación’”, recordó en la nota.
Al mundo de la radio llegó por Ángel Remigio Abregú quien tenía la audición “El mundo del deporte” relatando partidos de fútbol y como locutor de cancha para leer la publicidad por los parlantes; fueron 57 años de periodismo radial.
También formó parte de LA GACETA. “Luis Fortunato Terribile se juntaba en un grupo con Enrique Mario Rojas, Remigio Abregú y los Roger que tenían un taller en la calle Catamarca. Como yo era medio charlatancito, contaba unos cuentitos, me llevaban con ellos a comer. Terribile era jefe de deportes en el diario Noticias. '¿Te animás a escribir los chistes en el diario? Lo que se te venga a la cabeza', me preguntó. Acepté. La sección se llamaba Futbolerías. Tenía que ver en la cancha alguna cosa que me pareciera graciosa e ir armando las apostillas. En LA GACETA, se va Plácido Paz, que hacía una columna de humor, entonces Antonio Benejam me preguntó si quería ir al diario para que hiciera lo mismo que en Noticias y acepté encantado. Ahí me quedé y me fui puliendo y comencé a hacer otras cosas”, rememoró en el reportaje de hace un año atrás.