El último debate presidencial dejó mucho más que las declaraciones de cada candidato. Detrás de las performances de Sergio Massa (Unión por la Patria) y de Javier Milei (La Libertad Avanza) se esconde una preparación estratégica y comunicacional a cargo de sus equipos de campaña. Tos, insignias, tocadas de rostro y gesticulaciones fueron las más evidentes para los especialistas.
Patricio Adorno, politólogo diplomado en comunicación política, planteó una ventaja del ministro de Economía por sobre el libertario. “Se notó que debatieron un político experto con amplia trayectoria y un político amateur”, sostuvo.
En términos de estrategia, el error de Milei fue haber perdido la oportunidad de dominar el primer bloque, que es “el más decisivo”. “En política, las improvisaciones del amateurismo se pagan caro; y Javier Milei, sea porque no supo, no quiso o no pudo, subestimó el debate y sobreestimó sus capacidades”, analizó el docente universitario.
Al contrario, “Sergio Massa mostró que, no solamente valen los 30 años de experiencia política en diferentes cargos ejecutivos y legislativos, sino también la preparación previa”, destacó Adorno.
El tiempo y la tos
En particular, se refirió a la ventaja del funcionario oficialista que “intervino de modo tal que hizo gastar a su rival el tiempo que tenía” para tener “la última palabra”. “En cuanto a la táctica y la estrategia, se lo pone en un lugar mucho más preponderante a Sergio Massa”, consideró el analista de datos.
Otra maniobra del candidato presidencial que se pudo notar es la recurrente tos que lanzaba cuando Milei tenía la palabra. “Toser cuando otra persona está hablando desconcentra al orador y lo obliga a focalizar aún más su atención en lo que está diciendo y en cómo articula sus ideas”, dijo.
Además, el licenciado en Ciencias Políticas advirtió que esto podría deberse tanto a una intención de Massa por desviar la atención hacia su persona, como a una señal para el grupo de campaña. “También podía ser para preparar a su propio equipo con una especie de señal, que también se vio en el caso de Milei cuando sutilmente se tocaba el ojo haciéndole señas a su equipo para avisar que se está por venir una declaración o titular fuerte”, planteó.
Sobre esto, explicó: “Es parte de lo que se juega en los debates; preparar el recorte para que luego eso explote en las redes sociales, que es el segundo tiempo del debate”.
Postura e imagen
También se detectaron estrategias en la forma de desenvolverse de los candidatos durante la jornada. Por un lado, Adorno observó a Milei como “estático, marcando una diferencia, un corte con el atril de por medio, tratando de posicionarse más como un estadista, una persona que está en un plano de superioridad o en relación jerárquica”.
Por el otro, aseguró que Massa, si bien no aprovechó del todo la posibilidad que tenían los aspirantes a la Casa Rosada de moverse por el escenario, “buscó una cercanía mayor, que se lo viera como una persona y no como una cara o una pantalla” y que esto va en línea con lo planteado por el candidato en su campaña.
“En términos generales, el debate planteaba una posibilidad muy grande de que tuviéramos a los dos candidatos de manera visible y presente, más cercana, más humana”, sintetizó Adorno.
El politólogo resaltó otra diferencia entre los candidatos, y es que el referente de UxP llevaba puesta una escarapela y Milei no. “Es un detalle que aunque puede ser sutil, menor, implica el cuidado de la estética y la imagen que va a quedar de Massa luego del debate”, dijo.
Desacreditar
En tanto, valoró de Milei su conducta de tomar apuntes. “Estuvo casi tildando la lista de aquellas aseveraciones que iba a rebatir e iba a descalificar; algo que fue conducente con la estrategia general de su debate, que fue reactiva”, manifestó Adorno.
La estrategia, entonces, “desacreditar no solamente el argumento sino también a la persona”. “Era decir que todo lo que el otro candidato dice de mí es falso y decir que todas las propuestas o intervenciones de Massa para con la ciudadanía eran falacias”, explicó.
Por su parte, Massa también apuntó a la descalificación del libertario durante su exposición, aunque con gestos. “En dos o tres oportunidades, mientras Milei exponía, Massa hacía con la cabeza el gesto de ‘no, no, no’, rechazando lo que el candidato proponía”, observó el politólogo.
El líder de LLA también tomó algunas precauciones, como no “perder tiempo” tomando agua, porque podría generar distracciones. “(Realizar esta acción) implica una exposición y un manejo del tiempo, porque el otro candidato puede intervenir y ponerte en un aprieto”, explicó Adorno.
Señal de alarma
En cuanto a presencia, el especialista vio a Massa “bastante correcto, formal y estático, generando -casi- la idea de un presidente en ejercicio”. Por el contrario, subrayó que Milei “tuvo dos o tres momentos donde recurría a la agresión, al insulto o a la descalificación en los que aceleraba y se le transformaba la cara”.
Estos momentos, indicó Adorno, deberían ser tomados como “señal de alarma” en cuanto a la personalidad y la estabilidad del economista. “Milei no se puede permitir tener otro momento donde su estabilidad emocional se ponga en conflicto o se vea sacudida por interrupciones”, dijo.
Siguió: “(Esto) muestra que ante el estrés, ante las interrupciones, se incomoda y empieza a salir de su eje. Un presidente va a estar sometido a muchísimo estrés, va a tener que estar en un Congreso con una alta fragmentación donde lo mínimo que van a hacer es toser”.
Asimismo, Adorno habló de las estrategias post debate. “Cuando se prepara un debate se busca no tener que explicar la estrategia porque habla de una falla; es como tener que explicar un chiste. Eso lo manejó muy bien el candidato de UxP y ahora Milei tuvo que salir a explicar o a compensar la percepción de su participación casi de sometimiento a la figura de Massa”, analizó.
En esta línea, resaltó la estrategia de “idea de dominación” del ministro sobre el diputado nacional. “Como así también las constantes alusiones a su soledad, al abandono por parte de otras fuerzas políticas que lo iban a acompañar. Lo que termina de reforzar esta idea es la frase que quedó dando vueltas de ‘¿por qué no te renovaron la pasantía en el Banco Central?’”, consideró el politólogo.
Multipantallas
Otro punto que fue observado por la audiencia fue que Massa repetía insistentemente “busquen en Google lo que dice Milei”, lo que automáticamente llevaba a un contenido web patrocinado por UxP sobre las propuestas del libertario. “Su equipo de campaña logró captar y aprovechar un fenómeno muy interesante, que es el de la doble pantalla”, analizó.
Y explicó los motivos. “Cada uno de nosotros hacemos dos o más tareas a la vez que requieren nuestra atención; viendo en la televisión un programa, un canal de streaming, escuchando música o un podcast”.
A su vez, agregó: “Sergio Massa, siendo quien daba la indicación de googlear respecto a Milei, supo aprovechar un comportamiento que el electorado ya había tenido desde el debate de las PASO, donde se habían disparado las búsquedas de los candidatos menos conocidos, Juan Schiaretti y Myriam Bregman”.
Balance
En síntesis, Adorno dijo: “El debate nos permitió ver un poquito de ambas personalidades, de cómo reaccionan ante el estrés, ante lo imprevisible y cómo estas personas se presentan ante la sociedad y quieren ser vistos”.
Aunque advirtió que lo que uno espera en estas oportunidades “no es tanto la especularidad del show, de la chicana, sino el contenido profundo de las propuestas”. En este sentido, señaló: “Difícilmente alguno de los medios de comunicación haya encontrado algún buen titular en cuanto a las propuestas; todos terminaron reflejando la chicana y eso habla de la calidad del debate que tuvimos”.
El licenciado en Ciencias Políticas repitió que los debates no influyen de manera significativa en el voto de los electores aunque éste se realizó “en una coyuntura particular”. “Por un lado, cuatro de cada 10 argentinos tienen que elegir por opciones que no eran ni su primera, segunda ni -en algunos casos- tercera preferencia. Eso quiere decir que necesitan una motivación extra para decantarse hacia un lado o hacia el otro”, sostuvo.
Adorno analizó que, sumado a la cantidad significativa de votantes indecisos, “la ciudadanía argentina necesita encontrar luces o señales que los guíen en la toma de decisiones en un escenario de alta incertidumbre”.
Es por eso que concluyó: “Ese escenario puede terminar resolviéndose no tanto por las intervenciones en vivo del debate sino por lo que se genera el día después, por lo que estamos viviendo hoy y lo que vamos a vivir toda esta semana”.