A menos de 40 minutos para el inicio del partido, todas las dudas se disiparon. Sergio Gómez y Favio Orsi eligieron el 4-4-2 como esquema táctico de base para enfrentar al “rojo”.
Esta vez con Marcelo Ortiz como lateral (lo que le dio libertades para que Renzo Tesuri pueda atacar); el sector derecho fue el preferido por Atlético para enfrentar en el mano a mano a Damián Pérez. En tanto, por izquierda, Matías Orihuela se adelantó varios metros para acompañar a Joaquín Pereyra en ataque y generar superioridad numérica. Por eso, el dibujo táctico mutó a 3-5-2 cuando el “decano” atacaba.
El partido tardó en entrar en ritmo; fue muy accidentado y eso favoreció a Independiente, que hacía negocio con el empate parcial.
La visita finalmente jugó con cinco defensores y la dupla sólo puso a Marcelo Estigarribia como referencia de ataque, lo que desconcertó a los tres zagueros.
La jugada del gol fue el claro ejemplo de la incomodidad visitante. Los tres centrales miraron el cabezazo de Estigarribia, quien picó al primer palo y nadie lo siguió.
Fue pragmático el ataque “decano”. Coronel y los volantes llegando lanzados en velocidad y, las diagonales de Estigarribia, fueron un dolor de cabeza para Carlos Tevez.
La prematura salida de Federico Mancuello le dio otra impronta al ataque visitante. Cambió un jugador posicional y con buena pegada, por la dinámica de “Saltita” González que apuesta más al juego directo y al uno contra uno.
Justamente en González y Brian Martinez estuvo lo más peligroso del “rojo”. Eligieron atacar el sector derecho de Atlético y las amarillas a Ortiz y Tesuri dieron cuenta de esa peligrosidad.
En el complemento Atlético apostó al contragolpe. Armó dos líneas de cuatro y le dejó la responsabilidad a Coronel y a Ignacio Maestro Puch para que atacaran con espacios, porque la visita se adelantó en el campo y jugó cada vez más cerca de Tomás Marchiori.
Más allá del adelantamiento de Independiente, el “decano” no pasaba sobresaltos. Pero la pelota parada sigue siendo el déficit del equipo (no genera peligro por esa vía y sufre cada vez que lo atacan). Dos córners -el segundo no fue- le solucionaron todos los problemas a Tevez. Joaquín Laso le ganó a Bruno Bianchi y dejó al arquero a mitad de camino.
En los últimos 10’ la dupla sumó a Justo Giani (por Ortiz) en el ataque, que se acomodó como extremo, y a Cristian Menéndez (por Coronel) para jugar con dos centrodelanteros.
En la desesperación de buscar el arco rival, el “decano” quedó a merced de Independiente, que volvió a golpear y se fue de Tucumán “chocho” de la vida.