Violencia de género: la víctima se retractó, pero el acusado seguirá detenido

Violencia de género: la víctima se retractó, pero el acusado seguirá detenido

La Fiscalía sospecha que la denunciante podría haber sido coaccionada. Se remarcó que en estas causas es el Estado quien persigue al imputado.

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“Más allá de que la señora M. se retractó sobre la denuncia, no podemos cuestionarla por eso porque entendemos su situación como víctima. No sabemos si fue coaccionada para cambiar su versión. Tenemos la obligación como ministerio Público de preservar a la víctima y a los testigos y de continuar con esta causa hasta que llegue a juicio”, señaló el auxiliar fiscal Alejandro Nader antes de pedir la prórroga de la prisión preventiva para Vicente Zenón Leguizamón, uno de los condenados en la causa conocida como “La industria del escruche” y que ahora afronta cargos por el delito de amenazas en contra de su pareja.

En una audiencia se leyó la dura acusación en contra de Leguizamón, pero también la propia víctima juró que había inventado todo y que solo quería “hacer asustar” a su marido porque había descubierto que le era infiel.

El caso está en manos de la Fiscalía de Violencia de Género I, a cargo de Augusto Zapata. Aplicando la perspectiva de género y teniendo en cuenta los testimonios de una vecina y de los policías que aprehendieron a Leguizamón el día del hecho, los acusadores decidieron seguir de oficio con la causa.

Según la denuncia, el 30 de septiembre estalló una fuerte discusión en una casa de calle Malabia al 1.700, en el barrio Victoria de la capital. Aparentemente Leguizamón estaba alcoholizado y su esposa comenzó a reclamarle porque no había ido a buscar a sus hijos de un lugar. La mujer retiró a los niños y luego la pelea habría continuado por un tema de celos, hasta que el hombre amenazó a la mujer con un cuchillo y con hacer explotar una garrafa para hacer volar la casa con los chicos adentro. Esa fue la denuncia que plasmó M. en la seccional 13ª.

El 18 de octubre, M. rectificó su declaración ante la Fiscalía y manifestó que había inventado lo del cuchillo y lo de la garrafa y que la única agresión física que hubo en la pelea fue cuando ella le tiró con un frasco en la espalda a su marido exigiéndole que se fuera de la casa.

Ayer, ante el juez Guido Buldurini, la denunciante agregó: “la verdad, me siento muy mal porque no sabía que la denuncia iba a llegar a esto. Solo quería hacerlo asustar; llamé a la Policía porque estaba muy enojada y quería que se fuera de la casa. Nos peleamos porque me enteré de que él me era infiel”.

Pruebas

El auxiliar fiscal Nader remarcó tres testimonios para desconfiar de que la retractación fuera sincera. Explicó que una amiga de M. había testificado sobre el hecho ocurrido el 30 de septiembre, manifestando que ese día había ocurrido un hecho de violencia. También destacó los testimonios de los policías que fueron al domicilio de barrio Victoria a raíz del llamado al 911.

Los efectivos manifestaron que encontraron a M. en la vereda y que se mostraba muy alterada por la situación y les contó sobre las amenazas con el cuchillo y con hacer estallar la casa. También dijeron que cuando entraron a la casa Leguizamón se puso violento y los amenazó: “¡No saben con quién se meten! ¡Los voy a denunciar!” Por esa conducta lo aprehendieron.

El auxiliar fiscal además explicó que no pudieron hacer el psicodiagnóstico de la denunciante porque no se presentó a realizar las sesiones con el personal del ECIF; también informó que no pudieron tomarles declaración a los hijos de Leguizamón y M. porque la mujer no lo permitió. Por último, pidió que Leguizamón siga con prisión preventiva por 21 días para terminar con las pericias pendientes.

Por su parte, el defensor, Camilo Atim, cuestionó que la Fiscalía no haya realizado las pericias que anunció para pedir la prisión preventiva. A su vez, consideró que los riesgos procesales ya no existían y pidió la libertad de su defendido, aclarando que además habían aportado un domicilio alternativo para que el acusado pudiese cumplir con arresto domiciliario en caso de que se considere necesario mantenerlo preso.

“La presunta víctima tiene a su abogado y entiendo que fue asesorada sobre las consecuencias legales de su accionar. Por eso hay una rectificación de la denuncia; fue un conflicto por celos y nada más”, sostuvo.

EN DEBATE. Las partes durante la audiencia que se desarrolló por Zoom. EN DEBATE. Las partes durante la audiencia que se desarrolló por Zoom.

Resolución

El juez Guido Buldurini explicó que tiene la obligación de resolver con perspectiva de género este tipo de casos. En ese sentido, argumentó que si bien en la audiencia se discutió que el hecho habría ocurrido de otra manera, debía valorar el peso de las pruebas, por lo que explicó que la denuncia inicial y el testimonio de los policías sobre el estado emocional de la víctima sustentaban que ese día ocurrió un hecho de violencia.

“Debemos tener en cuenta la posibilidad de que exista lo que se conoce como ‘círculo de violencia’, en el que, al pasar el tiempo, algunas víctimas de violencia de género sienten que el hecho en sí no fue tan grave como para que el acusado esté preso o esté ligado a un proceso. Además, debemos tener en claro que quien persigue penalmente en estos casos no es la víctima sino el Estado. Es el Estado quien tiene la tarea de terminar con las conductas patriarcales que aún tiene nuestra sociedad”, fundamentó.

Por último, Buldurini tuvo en cuenta que la defensa haya aportado un domicilio alternativo y resolvió extender por 10 días la detención de Leguizamón, pero esta vez mediante arresto domiciliario.

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