La pérdida gradual de la audición relacionada con la edad en ambos oídos afecta a una de cada tres personas de 65 a 74 años y a casi la mitad de los personas de 75. Y esto puede tener un impacto significativo en varios aspectos de la vida. Normalmente comienza con desafíos para conectarse con familiares y amigos, disfrutar del entretenimiento, hacer compras y participar plenamente de actividades educativas. También puede dificultar entender y seguir los consejos de un médico, responder a las advertencias y escuchar teléfonos, timbres y alarmas de humo. Además, puede hacer que las conversaciones con familiares y amigos sean difíciles de seguir, lo que lleva a sentimientos de frustración y aislamiento.
“Estudios han demostrado una asociación entre la pérdida auditiva no tratada y el deterioro cognitivo, incluido un mayor riesgo de desarrollar afecciones como formas de demencia”, explica el doctor Carlos Alderete, del Hospital R. Rossi de la Plata y referente de Medel, empresa de implantes cocleares. Además de una dificultad general para oír, el especialista dice que hay otros posibles síntomas que pueden aparecer:
• Problemas para distinguir tonos más altos, como las voces de los niños o algunos sonidos electrónicos, por ejemplo, los tonos en un teléfono celular o en un auto.
• Leer los labios cuando otros hablan.
• Subir el volumen de la televisión, la radio o el teléfono a niveles incómodamente altos.
• Dificultad para entender conversaciones en lugares ruidosos.
• Tinnitus, o la percepción de zumbidos, silbidos en los oídos, es común con la pérdida de audición relacionada con la edad.
Estos síntomas pueden surgir gradualmente y muchas veces los familiares desconocen cómo poder acompañar y ayudar a los afectados. Se empieza por reconocer su condición y ofrecer empatía y apoyo a través de una comunicación efectiva que incluye: hablar con claridad, enfrentarlos y evitar entornos ruidosos. “Lo más importante es animarse a buscar ayuda profesional rápidamente”, señala el doctor Alderete.