El Aero Club incorporaba un avión Fairchild
“A parte de ser la primera máquina de ese tipo que llega a la América del Sud trátase de un avión de potente y afamado motor, contando con una cabina espléndida en cuyo compartimento pueden viajar cómodamente cuatro pasajeros y el piloto”, de esta manera nuestro diario del 19 de octubre de 1928 anunciaba la llegada del Fairchild a Tucumán. De acuerdo al relato la nave piloteada por Próspero Palazzo despegó del aeródromo de Morón a las 7.20. Con “tiempo favorable” el piloto condujo el aeroplano hacia Rosario aterrizando en Fisherton a las 9.05. Entre “la carga de seis latas de combustible y subir un pasajero” se emplearon 35 minutos. De tal manera que a las 10 decoló el avión y puso rumbo al norte, siguiendo la línea del Central Argentino. El viaje prosiguió sin novedad hasta Herrera.”Allí sorprendió al aviador una fuerte tormenta de viento y agua con nutridas descargas eléctricas, que obligaron al piloto a desviarse unos kilómetros hacia el norte para sortear con éxito la violencia del chubasco”, continuaba la crónica. A las 14.10 el Fairchild sobrevolaba la capital santiagueña A las 14.20 descendió en el aeropuerto de Huayco Hondo. Tras las revisiones de rutina por parte del piloto y sin necesidad de cargar combustible, 20 minutos después despegó y se dirigió a Tucumán. Vientos de costado y de cola ayudaron a Palazzo a recorrer el camino restante en apenas 55 minutos. A las 15.30 los curiosos vieron la silueta del aeroplano en dirección a las chimeneas del ingenio Lastenia. En ese momento despegó el Avro para ir al encuentro de su nuevo “hermano” de aventuras al mando de Palma. Un cuarto de hora más tarde y tras una serie de evoluciones sobre la ciudad, “el flamante avión de fuselaje verde oscuro y planos (alas) anaranjados descendió hábilmente dirigido por Palazzo realizando una aterrizaje impecable y notándose en su ventanillas los pasajeros que traía”.
El gobernador Sortheix
La nave y sus ocupantes fueron recibidos por el gobernador José Sortheix, el presidente del Aero Club Ernesto Aráoz y demás personalidades presentes quienes felicitaron al piloto por el tiempo ocupado. Los pasajeros que despegaron desde Morón fueron Miguel Figueroa Román y Pedro Figueroa Román. En Rosario se aumentó la tripulación con Nungiatto Palazzo, hermano del piloto. El recorrido se realizó en un tiempo neto de vuelo de 7 horas y 10 minutos. El cronista expresó que “el viaje de prueba se ha cumplido con gran regularidad y de el puede deducírselo siguiente: saliendo de esta (Tucumán) a las 5 de la mañana con el tiempo necesario para proveerse de nafta en el trayecto, se puede llegar a buena hora del almuerzo a la Capital Federal”.
Motor poderoso
Las características de la nave merecieron una mención especial. El motor era Wirldwind Wright radial fijo de 200 HP, “Es pues un motor igual al que accionó el ´Spirit of Saint Louis´ con el cual el héroe del Atlántico capitán Lindbergh cruzó el océano en vuelo para unir el Hudson con le Bourget. Es el mejor dato y el mejor elogio que podemos hacer de la máquina del nuevo avión que tiene el Aero Club Tucumán”. Y a continuación se dio un dato interesante que era que la nave podía trasladar cuatro pasajeros pero “conviene tener presente que si se trata de personas de poco peso, señoritas por ejemplo, pueden viajar hasta cinco”. La cabima era calefaccionada en el invierno. “Los asientos son forrados en felpa gris y el espacio de la cabina ofrece cuantas comodidad pueden desearse viajando en dicho avión”.
Entre los elementos técnicos destacados estaban sus alas plegables “de suerte que el espacio que necesita para ser guardada la máquina es realmente escaso”. Tenía una hélice metálica y “el arranque de la misma era mecánico con lo que se evitan los riesgos comunes para el personal que debe dar hélice a mano”. Otro detalle era la seguridad la aeronave contaba en los extremos de las alas “un juego de luces comprendida dentro de las reglamentación internacional de señales luminosas para aviones, lo que en caso de vuelos nocturnos evita cualquier accidente” . Un juego igual de, luces llevaba en el timón de dirección.
Avión confundido
Con esta crónica subsanamos un error cometido al confundir al avión Ryan, que llegó en 1931 y del cual contamos su arribo en la nota “El mítico avión Ryan llega al Aero Club local” del 17 de julio de 2016. El 4 de enero de 1931 llegó a Tucumán el avión Ryan del Aero Club para aumentar su flotilla y mejorar el servicio que brindaba. “Los datos aportados al diario señalaban que tenía un motor Wright de 300 H.P, con un “plafond” (techo de vuelo) de 5.500 metros y una velocidad crucero de 180 kilómetros por hora. Su autonomía era de seis horas. Era silencioso y su cabina permitía el transporte de cuatro pasajeros y dos tripulantes. Este avión, así como el que había sido adquirido dos años antes (es el que se ve en la foto de abajo, en Tafí del Valle), son similares el recordado “Spirit of Saint Louis” con el que Charles Lindbergh cruzó el Atlántico en 1927”. En este párrafo se produjo la confusión debido a lo parecido de las naves aunque para un ojo entrenado como el de nuestro lector Roberto Gaineddu no es posible por ciertas características identificatorias. En su comentó allá por 2016 decía que “La foto del avión en Tafí del Valle corresponde a otro tipo de aeronave. Ese es un Fairchild FC-2 con número de constructor 146 y matrícula argentina R-122 bautizado “Presidente Yrigoyen” por el Aero Club Tucumán. En los parantes del tren de aterrizaje se pueden notar las diferencias”.
A Tafí del Valle
Hasta 1943, cuando se inauguró el camino, llegar en auto era imposible y el caballo era la única forma de llegar. Pero el avión lo hizo antes que el coche y fue el 21 de julio de 1921. Bajo el título “El primer viaje aéreo a Tafí del Valle”. Decía la crónica: “a las 7.50 salió el “Cóndor” del Aeródromo Benjamín Matienzo (ubicado en el parque 9 de Julio), piloteado por el teniente Jorge Sariotte y conduciendo como pasajeros a los señores Luis Ciaffardini, Juan Brú y Juan Jattar. La mañana estaba espléndida y empezaban a cobrar fuerza los rayos del sol. A las 8 y 5, llegó el aeroplano a Villa Nougués: allí el teniente Sariotte hizo un tirabuzón, para ganar altura y los pasajeros pudieron admirar las bellezas del Aconquija. Las 8 y 20 serían cuando el “Cóndor” se lanzó sobre la cumbre de Mala Mala. El altímetro del aparato marcó 3.500 metros. A las 8 y 45 llegaron a La Ciénaga. El estrecho pasadizo que ofrecían las montañas y la fuerza del viento que daba de frente, obligaron al piloto a efectuar varios virajes”. Tras pasar El Pelao avistaron el Campo de las Carreras en la estancia de Frías Silva, donde aterrizaron cerca de las 9. La aparición de la nave debe haber sido algo increíble ya que hasta el propio comisario se acercó por pedido de los habitantes. Tras dejar el aparato recorrieron las tres leguas hasta el poblado, fueron al telégrafo desde donde mandaron un mensaje al presidente del Aero Club, Nicanor Posse, sobre el feliz resultado del viaje. Los pasajeros llevaban ejemplares de nuestro diario que repartieron entre los curiosos. Este viaje impuso varios récords para la época. Uno fue el de altitud en Sudamérica con 3.950 metros sobre el nivel del mar. El otro fue que el primer transporte mecánico que alcanzó Tafí fue un avión, más de 20 años antes que un automóvil. Y por último que por primera vez LA GACETA se leía allí en el mismo día y fue a las 9.50 de aquel 21 de julio de 1921.