Una barra que saludó el ingreso del nuevo gobernador. Un “gracias Juan al oído”. Un reconocimiento público al mandatario peronista que “le puso la banda a otro peronista”. Osvaldo Jaldo vivió su momento de gloria al asumir la conducción del Poder Ejecutivo, pero en su mensaje, dejó en claro que su administración de gobierno se diferenciará con la que desarrolló, durante ocho años, su ex compañero de fórmula: Juan Manzur. “No me temblará el pulso para corregir los errores”, enfatizó el tranqueño en su improvisado discurso. Jaldo necesita mostrar acción, esa que aplicó durante los 513 días, de septiembre a marzo, cuando Manzur ocupó la Jefatura de Gabinete de ministros de la Nación. La conclusión de un ciclo tiene ese aroma de despedida, pero en el caso de Manzur, todo es imprevisible. Lo que sí reconoce el ahora ex gobernador es que no habrá doble comando en Tucumán, mucho menos tendrá injerencia en las decisiones que pueda adoptar Jaldo. “Llegue a la gobernación con aplausos y hoy me voy de la misma manera. ¿Qué más puedo pedir?”, afirma el médico sanitarista. La salida del poder de Manzur implicará, además, una ausencia relativa de la provincia. Como jefe de la campaña de Unión por la Patria para el Norte Grande, tiene programada una gira por distintos distritos de la región, que arrancará en Chaco, y que incluirá viajes a Salta y a Catamarca. Por esa razón, Jaldo deberá tomar las riendas de la campaña a menos de tres semanas de la segunda vuelta electoral. Sergio Massa dice que Tucumán seguirá en la consideración de la Casa Rosada. Y, si vence en el balotaje, posiblemente incorpore a tucumanos a su gabinete. Se habla del propio Manzur y de Pablo Yedlin, actual senador y diputado electo. La transversalidad será una constante hasta el 19 de noviembre. El propio candidato presidencial del oficialismo dio instrucciones a todos los distritos para que afiancen sus relaciones con sectores de la oposición. Ayer, al ingresar al Teatro, llamó poderosamente la atención el abrazo del tigrense con el legislador radical José Cano. Ambos se conocen desde elCongreso Nacional. Pero la efusividad es una muestra de la conducta de apertura del oficialismo hasta otras fuerzas. Algo parecido sucedió en el foyer del teatro, cuando Massa se cruzó con otro diputado opositor, Domingo Amaya, que tiene una charla pendiente con el gobernador actual. Jaldo ha señalado en su mensaje que la conformación de su gabinete es amplia y pluralista, más allá de las críticas y algunos gerstos de celos que ha recibido dentro y fuera del Partido Justicialista por la incorporación de hombres y mujeres de otras fuerzas. Jaldo tendrá una semana complicada. Tendrá que acomodar la estructura de gestión en base al nuevo organigrama y adecuar las partidas presupuestarias a la nueva realidad del Poder Ejecutivo. De a poco irá citando a los referentes de distintas entidades intermedidas para contarles qué hará para acompañar y facilitar la tarea del sector privado. Manzur, en tanto, seguirá viajando por la Argentina. Ayer le dijo al bonaerense Axel Kicillof que tiene previsto profesar la fe massista en su territorio. No hay cargos públicos a la vista para el ex jefe de Gabinete. La banca en el Senado continuará en manos de Yedlin. Cree que puede volver a la Casa Rosada si Massa se impone en el balotaje contra Javier Milei.