Carlos Marcovich, el hombre que fue protagonista de las crónicas policiales de los últimos 20 años por los hechos que cometió y por las cinematográficas fugas que protagonizó, sufrió un nuevo revés judicial. No sólo la Justicia decidió unificar las dos penas que recibió a prisión perpetua, sino que lo declararon reincidente. Pese a ello, su defensor anunció que el año que viene iniciará los trámites para solicitar que comience a gozar con salidas transitorias.
Marcovich, ahogado por las deudas, ideó un macabro plan. Mató y quemó al linyera Juan Carlos Carrizo el 26 de abril de 2000 para fingir su muerte y así cobrar los seguros de vida que estaban a su nombre. Dos días después del hallazgo del cuerpo de la víctima, se presentó ante el ex fiscal Héctor Abraham Mussi asegurando que lo habían asaltado y que los delincuentes lo habían liberado en San Pablo. Nadie creyó en su versión y terminó siendo acusado del crimen.
En 2003 fue enjuiciado. En el debate se confirmó la teoría. Marcovich necesitaba dinero para afrontar los gastos que le ocasionaron tener tres relaciones sentimentales paralelas. Enfrentó a los jueces en libertad, ya que permaneció dos años con prisión preventiva sin ser enjuiciado. Un tribunal lo encontró culpable de homicidio agravado y lo condenó a prisión perpetua, pero dispuso que siga libre hasta tanto la sentencia quede firme. Cuando la Corte Suprema de Justicia de la provincia confirmó el fallo, el penado desapareció. A partir de este caso, a la mayoría de los sentenciados con esa pena se les dictaba la prisión preventiva para evitar que se escaparan.
Marcovich se estableció en Neuquén, donde trabajó para dos empresas abocadas al campo, hasta que un informe de Anses alertó a los pesquisas de su paradero. Los investigadores lo descubrieron por los datos que le había aportado a sus empleadores, que eran propietarios de campos. Se lo capturó en la localidad de El Chañar, de esa provincia en 2009. Fue trasladado inmediatamente al penal de Villa Urquiza.
Segunda fuga
En agosto de 2015, el condenado comenzó a realizar trámites para que le otorguen el arresto domiciliario por cuestiones de salud. La Justicia confirmó las enfermedades que padecía y en octubre de ese año aceptó el pedido. Había perdido más de 20 kilos cuando estuvo encerrado en un calabozo.
Se instaló en la casa de una nueva pareja en Banda del río Salí. En mayo de 2017, la mujer lo denunció por haber abusado sexualmente de su nieta.
Se presentó ante las autoridades luego de que la niña le contara que el ataque se había producido cuando ella había abandonado la vivienda para realizar un trámite. Los médicos confirmaron la lesión y la Justicia ordenó su detención. Cuando la policía acudió al domicilio, el sospechoso ya no estaba. Los vecinos informaron que lo habían visto salir de la casa con un bolso. Al parecer, habría recibido ayuda de sus parientes.
En diciembre de 2019, en la sección “Historia detrás de la Historia”, LA GACETA publicó los detalles del homicidio y del abuso sexual. También contó que era uno de los hombres más buscados por las autoridades. Enumeró todas las investigaciones que se habían desarrollado sin éxito para poder encontrarlo.
Un salteño que se encontraba en la provincia visitando a unos familiares descubrió que esa persona vivía en Salta y que se hacía llamar “Marcona”. El hombre, cuya identidad nunca trascendió, aportó datos sobre su paradero.
Una comisión policial y del Equipo Científico de Investigación Fiscal confirmó la información y lo detuvieron en enero de 2020 cuando se dirigía a trabajar en la carnicería de su nueva pareja. Fue trasladado a la provincia bajo un fuerte operativo. Al poco tiempo intentó solicitar que se le otorgaran beneficios por sus problemas de salud, pero nunca lo hizo sabiendo que se lo rechazarían.
Largo proceso
Después de la pandemia, Marcovich fue condenado a seis años de prisión por la causa de abuso sexual. En mayo, en una audiencia se unificaron ambas penas a perpetua. Pero faltaba un trámite.
Por pedido de la auxiliar Fernanda Antoni Piossek, días atrás donde solicitó que se le declare reincidente. El defensor oficial Ramiro Suárez Fromm no se opuso a la medida, por lo que el juez Gonzalo Ortega aceptó el pedido de la representante del Ministerio Público.
En esa audiencia, Suárez Fromm anunció que a partir de julio comenzarán con los trámites para solicitar los trámites. Ahí se iniciará una larga batalla judicial en la que todas las partes tendrán que tener en cuenta las modificaciones de las normas, sancionadas para evitar que ciertos condenados puedan acceder a algunos beneficios, ya que fueron realizadas después de que cometiera los dos hechos por los que fue condenado.
Las fugas que protagonizó también son toda una cuestión. En principio, no deberían computarse los años en el que estuvo prófugo, que fueron siete. Pero antes habrá que determinar qué magistrado no tendrá en cuenta sus antecedentes para otorgar salidas transitorias.