Tras 40 años de actividad política, Osvaldo Jaldo se convertirá hoy en gobernador por los próximos cuatro años. Encabezará la gestión constitucional número 31 de Tucumán (según los registros oficiales, que datan lógicamente desde 1853). El hasta ahora vicegobernador cumplirá su mayor anhelo después de un derrotero particular. En los últimos años fue el compañero de fórmula de Juan Manzur; emergió como el principal opositor al manzurismo en la interna del justicialismo local; se convirtió en aliado forzado del médico para reemplazarlo 513 días y terminó siendo, sin Manzur en la fórmula por una decisión judicial, el gobernador más votado en la historia de la provincia.
Durante la transición, desde junio hasta hoy, Jaldo tuvo que construir su equipo y planificar su gestión entre los malabares para mantener el buen vínculo con el gobernador y los vaivenes electorales (las PASO y las generales). Todo esto con un Manzur en retirada, que dejó en manos del vicegobernador la resolución de varios conflictos y en el contexto de una situación social y económica espantosa en el país.
El comienzo del Gobierno “osvaldista” será intenso. Además de una primera semana en la que prepara medidas de alto impacto en materia de seguridad y economía, estará a 20 días de la celebración del balotaje entre Sergio Massa (Unión por la Patria) y Javier Milei (La Libertad Avanza). “El lunes comienza la campaña”, adviertieron en el entorno de Jaldo y subrayaron que se pondrá a la cabeza de las acciones proselitistas para la contienda nacional. Sucede que tener eventualmente un Gobierno nacional peronista sería clave para el desarrollo de sus días en la Casa de Gobierno.
El 19 de noviembre planteará dos escenarios posibles: uno con Massa y otro con Milei en la Rosada. Por supuesto que el primero es el deseado por Jaldo. El tranqueño iría dos pasos adelante. Por un lado, habría obtenido el compromiso del massismo de que le enviarán fondos significativos para la campaña. Por el otro, su tropa tiende lazos con la dirigencia justicialista porque aspira a llegar a los 500.000 votos a favor del ministro de Economía. También a la oposición, para poder gobernar sin sobresaltos. Además de sumar a Libres del Sur y a radicales disidentes a su grupo de trabajo, ya cerró acuerdos con el alfarismo a partir del pacto Jaldo-Germán Alfaro. También habrían iniciado conversaciones con algunos sectores del radicalismo opositor para lo que viene. Jaldo viene afirmando que convocará a la disidencia y que pretende emprender un Gobierno de diálogo. Eso, en parte, tiene que ver con la idea de refundar el jaldismo y pasar al “osvaldismo”, un frente político mucho más amplio.
“Primer gobernador de Massa”
“Vos sos mi gobernador”. Esa frase le habría pronunciado Massa a Jaldo durante el último encuentro que mantuvieron, durante la semana, en la sede del CFI, en la cita del candidato presidencial con los gobernadores del PJ. Si Massa gana, Jaldo se convertiría en el primer mandatario de su era. Si eso sucede, la perspectiva cambia sustancialmente para la gestión local. No sólo porque el Ejecutivo local podría asegurarse más fácilmente la llegada de recursos nacionales, sino porque abre la posibilidad de que dirigentes tucumanos ocupen lugares de relevancia. En el manzurismo mencionan que Massa se habría comprometido con Manzur a que, si se impone, podría nombrarlo canciller o Jefe de Gabinete. También trascendió que si el tigrense llega al poder, el senador Pablo Yedlin podría ser el próximo ministro de Salud. Yedlin tuvo un protagonismo destacado en la presentación del programa sanitario en la plataforma electoral. Hay otras figuras que además podrían llegar a migrar, como el legislador Gerónimo Vargas Aignasse, que coordinó la campaña en la región y que viene desde hace años trabajando en el massismo.
Hay entusiasmo en el jaldismo porque con los resultados de las generales se pasó del ánimo de derrota al de triunfalismo. “La pelota está en la cancha del PJ y el peronismo cuando pasa eso no la devuelve ”, bromeó un justicialista.
¿Qué relación tiene Massa con Jaldo? En el entorno del gobernador afirman que mantienen un buen vínculo institucional, por sus puestos, y personal. Afirman que suelen mensajearse y mantener llamadas. Cuentan que se conocieron hace añares, de la militancia y en sus distintos roles. Massa habría sido uno de los dirigentes nacionales que tuvo un papel importante en el desenlace de la interna Manzur-Jaldo. Fue ese domingo de septiembre en el que media Casa Rosada llamó a Jaldo para intentar persuadirlo de que aceptara un cargo nacional para que Manzur pudiese irse de Jefe de Gabinete sin dejarlo en el sillón de Lucas Córdoba. Cuando Jaldo ya había decidido no dejar Tucumán y asumir de interino, Massa -era presidente de la Cámara de Diputados- habría mediado para que atendiera al Presidente Alberto Fernández. Finalmente, Manzur y Jaldo acordaron una tregua, poner un punto en la disputa y pudieron ambos cumplir con sus cargos. Hoy, cuando ambos saluden desde el balcón del Teatro San Martín, probablemente sellarán ese vínculo de confianza.
¿Qué pasa con Manzur? En el jaldismo hay una dualidad. Dicen que actuarán para que Massa gane con contundencia en Tucumán, pero lamentan que eso implique en paralelo un resurgimiento de Manzur. Si bien Jaldo y Manzur mantienen un vínculo cordial, hubo chispazos de la interna en estas últimas semanas de transición. No ven las horas de que comience su tiempo en el poder, para “desmanzurizar” el Ejecutivo. La paz estaba pronta a terminar. Sin Massa en el horizonte, entienden que Manzur sería un senador más. Pero con el tigrense en carrera, la situación cambia radicalmente. Entienden que habrá que limar diferencias nuevamente y renovar un acuerdo de convivencia.
En parte del manzurismo ya se resignaron y entienden que ahora todos serán jaldistas. En otro sector, son optimistas por el futuro que varios de ellos podrían tener a partir del reverdecimiento de las posibilidades de Manzur. Entienden que es un hombre al que nunca hay que dar por vencido, que tiene mucha carrera por delante, que está muy conectado y que puede resurgir en cualquier instante. Son medidos en las expectativas, sin embargo, porque no están del todo seguros de que Massa cumpla su palabra para con el ex Jefe de Gabinete. Ambos no tendrían la mejor de las relaciones desde que compartieron equipo en Buenos Aires y cabe recordar que antes de que la fórmula Massa-Agustín Rossi se pusiera en marcha, se había anunciado por unas horas una alternativa conformada por Eduardo de Pedro y Manzur.
¿Y si gana Milei? Es la posibilidad menos querida por el peronismo. De todas maneras, consideran que si logran un buen resultado electoral el 19, será una buena carta de presentación para iniciar diálogo con el libertario. Afirman que tendrán que tender puentes con ese eventual gobierno. Arriesgan en que si se conforma un Gobierno plural, como dice Milei, podrían tener dirigentes conocidos.
Si se da este escenario, también tomará protagonismo Ricardo Bussi, legislador y diputado electo. Es el referente libertario en la provincia. En el entorno del republicano mencionan que estaría bien dispuesto para facilitar el nexo. Aún no está definido si asumirá su banca nacional, pero si gana Milei podría ser un referente parlamentario de experiencia. Los libertarios saben que necesitarán relacionarse con los gobiernos provinciales. Hay un futuro funcionario del jaldismo que también tiene contacto con el mundo Milei. El próximo secretario de Gobierno, Raúl Albarracín, entabló algún vínculo con el politólogo y asesor del candidato, Agustín Laje. Vino a la provincia a uno de los eventos “Por las dos vidas” que el ex parlamentario hizo en el contexto de la discusión de la despenalización del aborto.
Tras 40 años de actividad política, Jaldo jurará hoy como mandatario e inmediatamente se abocará a la construcción de su Gobierno; a las previsiones por los escenarios nacionales posibles y a la campaña electoral.