Hay dos cuestiones que desvelan a los gobernadores. Por un lado, la definición acerca de quién será el presidente de la Nación a partir del 10 de diciembre. La otra está vinculada con la herencia, particularmente con aquellos mandatarios que están por asumir sus funciones, como es el caso de Osvaldo Jaldo en Tucumán. Ambos temas serán parte de las conversaciones que los gobernadores justicialistas mantendrán con el ministro de Economía y candidato presidencial de Unión por la Patria Sergio Massa. La cumbre se realizará en la sede porteña del Consejo Federal de Inversiones (CFI).
El encuentro fue impulsado por el bonaerense Axel Kicillof y por el tucumano Juan Manzur. Se espera la participación de los gobernadores Ricardo Quintela (La Rioja), Gustavo Sáenz (Salta), Gildo Insfran (Formosa), Sergio Ziliotto (La Pampa), Oscar Herrera Aguad (Misiones), Gustavo Melella (Tierra del Fuego), Alicia Kirchner (Santa Cruz), Arabela Carreras (Río Negro), Gustavo Bordet (Entre Ríos), Alberto Rodríguez Saá (San Luis), Mariano Arcioni (Chubut), Sergio Uñac (San Juan) y Jorge Capitanich (Chaco). En tanto, el gobernador de Santiago del Estero, Gerardo Zamora, no asistiría por sugerencia médica.
El último domingo, Massa ganó la elección de arriba hacia abajo, con Alberto Fernández en funciones protocolares y con Cristina Fernández de Kirchner recluida en el silencio al que se ve sumergida ante la dificultad para encarnar alguna lógica propositiva sobre la Argentina, expresan los analistas Federico Zapata y Pablo Touzon. Si fuera un tango, indican, podría titularse “todo tiempo pasado fue mejor”. Para que el triunfo en la primera vuelta fuera posible, el titular del Palacio de Hacienda contó, en todo caso, con el apoyo de gobernadores (sobre todo en el norte) y sindicatos e intendentes (sobre todo en el conurbano bonaerense). “Estaba sólo, y sólo ganó, ayudando involuntariamente a un peronismo bonaerense en estado de crisis abierta, traccionándole las listas”, acotan. En todo caso, plantean Touzon y Zapata, el éxito final de su candidatura depende de fundar un edificio político sobre premisas contrarias a las que definió el actual presidente. Como pudo percibirse en el acto del domingo a la noche, de una insólita sobriedad, Massa sabe que el suyo es un poder vicario y que tiene que reconstruirlo de cero, sintetizan. En la cumbre de este jueves, el candidato oficialista tendrá que desplegar toda su batería de anuncios, pero además, tendrá que darle certezas a los gobernadores preocupados por lo que se viene tras el balotaje, independientemente del resultado en las urnas. Uno de ellos será Jaldo que acompañará a la cita del CFI a Manzur, que el domingo le entregará el poder.
En la previa a la cumbre de gobernadores, los equipos técnicos de las 24 jurisdicciones argentinas analizaron la relación impositiva Nación-provincias. Particularmente, la inquietud de los representantes del interior pasa por la compensación que hará el Gobierno nacional a cada uno de los distritos por las medidas anunciadas por el propio Massa respecto de la eliminación del cobro del impuesto a las Ganancias. El pasado 6 de este mes, el Poder Ejecutivo Nacional promulgó la nueva ley que modificó la cuarta categoría de Ganancias para que sólo paguen el tributo aquellos trabajadores y jubilados con mayores ingresos. El nuevo mínimo no imponible se fijó en 15 salarios mínimos, vitales y móviles, actualmente equivalente a $1.770.000. A medida que se actualice el Salario Mínimo Vital y Móvil, también subirá ese piso. La inquietud de los gobernadores pasa por la compensación que recibirá cada una de las provincias, al tratarse de un impuesto coparticipable y, por lo tanto, la medida implica una reducción en el nivel de ingresos.
De acuerdo con los cálculos oficiales, la caída de los ingresos por Ganancias para el caso de Tucumán rondaría los $30.000 millones para todo el ejercicio fiscal 2024, además de los casi $8.800 millones que se resignarán en el último trimestre de este año. En su momento, el Palacio de Hacienda propuesto compensar con lo recaudado por el impuesto al Cheque, pero los técnicos provinciales consideran que esa forma de revertir la baja puede significar complicaciones judiciales. Por lo tanto, observan que la Nación debería proponer un régimen permanente y no transitorio de compensación. En este sentido, los caminos de las interpretaciones se bifurcan. Hay quienes piensan que la vía más directa para compensar sería que la Nación genere un nuevo impuesto para acumular fondos que llegue al interior. Esto chocaría con la idea de los candidatos presidenciales de no tocar más la carga impositiva nacional. Sin embargo, hay otros referentes provinciales que consideran que los fondos que le quitan a las provincias por Ganancias (y también por el sistema denominado “Compre sin IVA”) provengan de la distribución primaria de la coparticipación federal de impuestos, pero de la torta que maneja la Nación.
Según un análisis realizado por la Bolsa de Comercio de Buenos Aires, el anuncio de Ganancias implicará una pérdida cerca al billón de pesos para las provincias a lo largo del año que viene. El diagnóstico elaborado por el economista Ariel Barraud, director del Instituto de Investigaciones Económicas de esa entidad, las provincias y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires corren con el costo del 58% de las medidas a través de una menor coparticipación, mientras que el 42% restante es aportado por menor recaudación para el nivel nacional (el Tesoro Nacional aporta el 36% y Anses completa con el 6% restante a través de menores ingresos tributarios).
Los gobernadores quieren que el esquema de compensación se defina antes del recambio de gobierno, previsto para el 10 de diciembre.