En la pizarra, los grandes ganadores fueron Sergio Gómez y Favio Orsi. Por la baja de Guillermo Acosta por lesión, Adrián Sánchez se metió en el “11” titular y terminó siendo clave para el triunfo del “decano”. El “5” además de marcar y raspar, le aportó dinámica al ataque, recuperando y jugando siempre para adelante y obligando a Carrera y a Pereyra a ser más punzantes.
Muestra de ello fue el gol. Sánchez robó en tres cuartos de cancha y habilitó a Estigarribia que sólo tuvo que definir. ¿Hace cuánto un jugador no quedaba mano a mano con el arquero rival?
Por el orden, precisión y despliegue, Sánchez fue uno de los mejores del equipo. El ex Boca brindó una asistencia, dio 22 de 25 pases bien, generó dos chances de peligro -además del gol- recuperó la pelota nueve veces y ganó cinco de los 11 duelos disputados.
A partir de su solvencia, Atlético construyó el triunfo con un 4-4-2 bien plantado; esquema que se transformó en un 3-5-2 a la hora de atacar. Mateo Coronel fue clave para que Rodrigo Villagra no pudiera salir con comodidad desde el fondo. Y de esa manera interrumpió la conexión Villagra-Garro que rinde muy bien en el esquema de Javier Gandolfi, uno de los equipos con mejor funcionamiento del fútbol argentino.
El plan de la visita fue copar el medio con mucha gente. Garro, Gómez, Barticciotto, Villagra y Depietri intentaron generar superioridad numérica con un 4-5-1 que rápidamente se desdibujó, por el gol tempranero de Estigarribia.
El “decano” jamás se inmutó y ejecutó el plan desde el primer minuto hasta los 86 cuando, con el ingreso de De La Fuente por Coronel, lo llevó a abroquelarse al fondo con un sólido 5-4-1.
Con el 0-1, Gandolfi reacomodó las piezas y se paró con un 4-3-3 para buscar el empate. Pero Atlético continuó siendo superior durante gran parte del partido. Incluso en el primer tiempo tuvo chances para ampliar el marcador.
La dupla hizo apenas dos cambios en relación al partido con Banfield: Sánchez por Acosta y Estigarribia por Giani; pero la diferencia en la creación de juego fue abismal. Pereyra jugó con más libertades, se encontró muchas veces con Carrera, y así Coronel y Estigarribia tuvieron sus chances.
Ante un Colón golpeado, parece ser el momento para meterse de lleno en la pelea por las Copas. Si muestra la misma ambición que contra la “T”, nada parece ser imposible.