Frío y calculador. Esas parecen ser las dos características que definen a Riestra, el primer rival de San Martín en el Reducido de la Primera Nacional.
Su adaptabilidad a cada situación del juego y su buena lectura de los partidos, lo transforman en equipo impredecible con diferentes propuestas de juego según lo que necesite el partido. Características que harán transpirar a Pablo Frontini y sus dirigidos en su afán por detener los embates de “los malevos de Pompeya”.
Si bien comenzaron el campeonato a los tumbos, los “blanquinegros” encontraron la constancia durante la segunda vuelta. Solamente sufrieron tres derrotas (dos como visitante) en 17 partidos y lograron posicionarse en el séptimo puesto de la zona B de la Primera Nacional; gracias a los 50 puntos cosechados.
Uno de los déficits que acompañó al equipo fue los diferentes cambios de DT en 34 fechas. Ni Cristian Fabbiani, ni Walter Marchesi lograron asentarse en el banco de suplentes. Así, Matías Modolo afrontará su cuarto partido como DT “blanquinegro” en La Ciudadela.
Hasta el momento, el entrenador no conoce la derrota (sumó dos victorias y un empate) y su mayor conquista fue la inyección de carácter que le imprimió a un equipo que apostó todo para llegar a los “mata-mata”.
Su esquema táctico va mutando. En el último partido, apostó por un 5-3-2 con el objetivo de poder aprovechar los espacios que Gimnasia de Jujuy le brindó. Sin embargo, el entrenador presenta mucha rotación en la figura táctica; cambiando del 4-3-3 al 4-4-2 según el momento y el resultado de cada juego.
Estos cambios de dibujo no impiden que el equipo mantenga su principal virtud: los ataques directos.
Aunque no desprecie la posesión, Riestra no se caracteriza por formular cadenas interminables de pases. Al contrario, opta por un juego rápido y vertical, intentando sorprender a sus rivales con velocidad. Esa combinación entre precisión y explosividad fue la fórmula que lo posicionó como uno de los rivales más peligrosos de la categoría.
Su principal carta goleadora es Lázaro Romero. El delantero está firmando su mejor temporada en el profesionalismo con 12 tantos. No obstante, el motor de la ofensiva es un viejo conocido de La Ciudadela: Milton Celiz.
El “Tanque” se desempeña como segunda punta y es el conductor de cada embate. Así, se colocó como el segundo goleador del equipo (11 gritos en esta temporada). Gracias a su potente tiro, es el encargado de ejecutar los tiros libres cercanos al área y parece ser el jugador a controlar por la defensa “santa”.
El punto más bajo del equipo se encuentra en la defensa. Los “blanquinegros” permiten que los rivales generen demasiadas oportunidades de peligro frente a su arco y no lograron una solvencia a lo largo de las 34 fechas. Es más, promediaron un gol en contra por partido (34 tantos en contra).
No obstante, este déficit fue subsanado durante la segunda rueda por las grandes actuaciones de Ignacio Arce.
De los 17 partidos que jugó, "Mono" obtuvo ocho vallas invictas (47% de los partidos disputados sin recibir goles) y sólo recibió nueve goles; dos menos en la comparativa con Darío Sand en ese mismo período.
Su importancia en el equipo crece si se considera que ofrece una salida limpia para los contragolpes del equipo, siendo una variante más a la ofensiva de Riestra.
Todo esto presupone que el partido en La Ciudadela será minucioso desde lo táctico. San Martín deberá mantener máxima concentración para no cometer errores que lo dejen fuera de la carrera por el segundo ascenso.